-Estamos justamente en la calle que necesita arreglo, linda.-arreglo mi casco y doblo las mangas de mi camisa.
Da un paso al frente decidida a mandarme al carajo.
-Por favor, muévase a otro lado.-sus llamativos ojos marrones se clavan en mi mirada...
-Nos alegra tenerte por acá, Iveth.-saludo a Louis con un beso en la mejilla.
Se encuentran en la mesa Leonardo, Sean, Alana, Louis y Henry.
-Muchas gracias, Alana es buena convenciendo.
-¿Hoy sí accederás a divertirte un poco más,bombón?.-el ojiazul besa mi mejilla y coge mi cintura.
Me erizo... ¿Por qué? No tengo puta idea, solo sé que mi cuerpo reacciona cada vez que lo tengo cerca. ¡Mierda! Siempre se ve tan varonil y huele delicioso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Tal vez.-doy un paso hacia atrás, me inquietaba su cercanía.
Tomo lugar en el sofá y procede a sentarse a mi lado.
-¿Una piña colada? Pero esta vez yo invito.
-Oye, si extraños desean darme bebidas gratis, ¿quién soy yo para rechazarlos?
Henry
Me encantaría borrarle esa sonrisa poniendo mis labios sobre los suyos. Es tan cínicamente coqueta cuando se lo propone.
-Conmigo puedes tener todas las rondas que se te apetezcan.-veo sus labios.
-No carezco de solvencia económica, Henry.-sonríe.
-De antemano lo sé. Eres una mujer independiente. Pero, vamos, déjame invitarte, solo por hoy.
-Está bien.
Chocamos puños.
-Voy al baño. Paso por tu bebida y regreso.
-Sí.
Como un corre caminos, Alana toma asiento.
-¿Ya cambiaste de opinión acerca de Henry?
-Te mueres de ganas de saber lo que estoy conversando con él, ¿verdad?
-El chisme es mi religión y nada me faltara.
-Tonta.-golpeo su brazo y reímos.-Es un hombre muy agradable y divertido. Al menos tiene buena plática.
-¿Te gusta?.-muerde sus uñas como niña pequeña.
-No armes algarabía, solo es un buen amigo. Así lo quiero.