No podía dejar de extrañar los días tranquilos y armoniosos, con aire fresco y limpio y el sol en su máxima expresión. Cuando llovía durante las madrugadas, por lo que las plantas y el césped terminaban salpicados de gotas brillantes. No hacía ni demasiado frío ni demasiado calor, por lo que eran días perfectos para salir de casa por un rato y disfrutar el tiempo.
Varias veces recordó aquellos días, acompañados de la voz tan dulce y paternal de Luzu que volaba por los aires cuando le hablaba, mirando e inspeccionando atenta y minuciosamente todo lo que le rodeaba. Cuando las risitas al decir tonterías revolotearon sin quererlo, obligándose a guardar silencio para seguir observándolo apaciblemente mientras caminaban por ese espacio abierto y lleno de vegetación.
Un "Cuidado" siempre salía de los labios de Luzu, con su voz cálida y amable resonando y haciendo eco en su subconsciente, como si todo fuera lejano. Todavía podía recordar como su corazón latía con fuerza en su pecho, erizando su piel por las caricias que le daba él tratando de cuidarlo, aún reprimiendo las ganas de reírse como un tonto enamorado para no interrumpir esos momentos de amor y paz, con el cuerpo emocionado y los sentimientos a flote de pie. Luzu, como él, solía sonreír como un tonto ante esas situaciones, reprimiendo esa risa boba y enamorada que solo se aflojaba con su presencia. Verlo sonreír era una de sus cosas favoritas, provocando que el calor subiera a su cuerpo, sus piernas temblaran y todas las grietas y heridas sangrantes de los malos recuerdos se juntaran y sanaran como si nada. Extrañaba sentir como su corazón latía y se estremecía más fuerte ante esos dulces y tiernos recuerdos tan naturales y sencillos, pero con un gran peso sentimental.
No pudo evitar extrañar la forma en que Luzu lo sostenía en sus brazos, haciéndolo gritar y patear al aire mientras se reían a carcajadas, causando que ambos cayeran sobre el césped, sin importar cuán húmedo y lodoso estuviera por la lluvia de esa noche. Sonriendo después de terminar encima del castaño, mirándolo con impaciencia por lo lindo y atractivo que era, llevándole las manos a la cara y apartando los mechones rebeldes, castaños y suaves que le cubrían el rostro. Terminando por inclinar su cabeza levemente para dejar un suave y casto beso en la comisura de esos labios, haciéndolo temblar, calentarse y dejarse agarrar suavemente de la cintura por él. Se estremeció por la mano que lo acariciaba y se deslizaba arriba y abajo de manera frágil y cariñosa por su torso, mientras que el pelinegro envolvía sus dedos en el cabello del otro con cuidado y cariño, sin dejar de besarlo en la boca. Recordó cómo se separó de esos labios con cara de disgusto y parpadeando de forma extraña al sentir la extraña textura entrar en su boca, terminando de quitarse un gran trozo de césped de su lengua.
Siempre recordaría la forma tan especial y contagiosa en que Luzu se reía por aquello.
Y el "¿Te gustaría casarte conmigo algún día?" siempre rondaba por su cabeza, días y noches, deseando que esas promesas siguieran en pie.
Antes sentía una cálida templanza, una calma que a veces lo asustaba porque no quería que dejara de ser así. Antes se sentía tan feliz que ya no cabían más emociones en su corazón, asegurándose de estar disfrutando cada momento por pequeño que fuera, a veces con mucho miedo, porque tenía dudas de que era demasiado bueno para ser verdad. Disfrutó de los besos, los abrazos, las caricias y se ponía nostálgico porque pensar en el final de su historia lo aterrorizaba y le provocaba lágrimas irremediables. Se negaba a que todo se convirtiera en un recuerdo. Quería vivir en este sentimiento para siempre, quería vivir en sus brazos, en sus ojos, en su cabello, en su voz, quería vivir siempre en él, como alguien que ya sabe a dónde pertenece y tiene su lugar en el mundo. Él es su lugar.
Lo pensaba hasta cuando lo miraba, dibujando mil bocetos en su cabeza, cada esquina, cada comisura y iba tejiendo un rosario con todos los momentos felices que vivieron y los que guardaba en sí mismo de la manera más sagrada en la que uno puede tener algo en el alma. Pero ahora, su amor se había convertido en un extraño malestar, como una ambivalencia, casi como un desacuerdo o una lucha constante por saber quién tenía la razón. Ahora todo era distante, vacío y triste.
ESTÁS LEYENDO
BOYFRIENDS › luckity; PAUSADO
Fanfic⠀⠀ ⠀ ❝𝗹𝘂𝘇𝘂 y 𝗾𝘂𝗮𝗰𝗸𝗶𝘁𝘆 ⠀⠀ ⠀ ͏ ͏siendo una pareja. ❞ ── 𝓒. ⠀⠀ fanart:@tlexjuice