05; piñata insegura

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Luzu no sabía si sentirse feliz, enojado, triste o emocionado, pero sus fuertes emociones lo abrumaban. Solo quería huir y esconderse de todo ser existente para calmar su acelerado corazón, pero sus amigos no fueron de mucha ayuda.

No estaba acostumbrado a salir a lugares públicos y grandes, la mayor parte del tiempo se estresaba mucho cuando convivía con mucha gente, sobre todo con todos sus amigos y compañeros de vida gritando, bromeando y riendo como niños tontos en un cumpleaños a punto de romper la piñata, aunque viéndolo en retrospectiva, ahora se sentía como la piñata.

Estaba abrumado, estresado y notablemente mareado a simple vista, obligándose a alejarse un rato de los demás y esperar a sentirse mejor y más tranquilo emocionalmente, sentándose para olvidar su visión borrosa y los murmullos a lo lejos, incapaz de distinguir con claridad lo que otros decían.

Probablemente estaba teniendo algunos problemas de estrés emocional.

Su corazón se sintió apuñalado y golpeado como una piñata al ver la gran cercanía que estaban teniendo Quackity y Rubius, algo inusual ya que el más joven constantemente se quejaba y hablaba mal de él a sus espaldas, contándole furiosamente lo terrible y agobiante que era como jefe, pero al parecer Quackity era bipolar, pues ahora tenían una relación bastante fuerte y pesada que hacía que su cerebro gritar por ayuda, diciéndole "¡Luzu, date cuenta!"

Bromeaban, se reían, hablaban MUY cerca. Luzu se entristecía cada vez que bromeaba sobre algo que solo ellos entendían, riéndose mutuamente y dejándolo atrás, haciéndolo sentir como un estorbo.

¿Por qué el mundo siempre tiene que conspirar en su contra?

Se sentó en una banca, turnándose para comer y morder los dos panchos (hot dogs) que tenía en cada mano, los cuáles había comprado para él y su novio, pero retrocedió cuando vio que Quackity decidió compartir las papas fritas que Rubius compró para ambos, robándole la oportunidad de pasar un buen rato con él. Se sintió como un animal abandonado cuando se quedó de pie con ambos panchos, mirándolos desde lejos como ambos comían y se regalaban sonrisas llenas de felicidad y picardía, mientras bromeaban y reían al ver a Vegetta en los caballos del carrusel, mientras Staxx le estaba tomando fotos como un loco con la cámara de Quackity. Se sentía extrañamente distante, aunque tampoco es como si estuviera tratando de socializar con sus amigos, simplemente estaba allí, de vez en cuando riéndose en silencio de los comentarios de los demás, pero no lograba sentirse satisfecho y disfrutado.

A veces se sentía tan culpable por sentirse mal al ver a Quackity disfrutar con otras personas, se suponía que su felicidad lo hacía feliz, pero ¿Por qué se sentía tan dolido cuando le regalaba esos hermosos momentos a alguien que no era él?

Ese sentimiento lo hacía sentir egoísta y culpable todo el tiempo, y era tan abrumador para él, por qué desde que conoció a Quackity comenzó a tener ese sentimiento borroso de pertenencia y sobreprotección todo el tiempo, siendo inevitable no arder en celos cada cercanía que tenía con otra persona. A veces se preguntaba si Quackity se sentía tan enojado y celoso como él.

Sintió una presencia a su lado, girandose para ver quién era, encontrándose con la sonrisa socarrona de Rubius, mientras le palmeaba el hombro y se sentaba a su lado con total confianza. Luzu ardía de ira, mirándolo con notable desprecio y mezquindad en el rostro, juzgándolo de arriba a abajo con su aguda mirada. Para Rubius, el evidente enfado de Luzu no impidió que lo saludara, moviendo la mano frenéticamente, él contrario ni siquiera se tomó el tiempo de saludarlo y solo lo miró sin contestar.

A lo lejos se escuchaban las risas y gritos emocionados de Quackity, llamando la atención de ambos. Quackity estaba abrazando a un animal de peluche, que probablemente Alexby le compró en algún puesto, lo que lo hizo saltar de emoción por su lindo regalo nuevo. Luzu lo miró desde la banca, una sonrisa apareció lentamente en su rostro al ver a su novio tan feliz y contento, haciendo que su corazón se acelere ante la hermosa y feliz sonrisa en su rostro. Las sonrisas de Quackity siempre traían nostalgia a su pecho, no sabía cómo ni por qué, pero una sensación de distancia y melancolía lo invadía cada vez que lo miraba feliz, haciéndolo sentir emocional, pero tontamente enamorado de ese chico.

BOYFRIENDS › luckity; PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora