~ 𝑉𝑒𝑛𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑚𝑎𝑓𝑖𝑎 𝐶𝑜𝑟𝑒𝑎𝑛𝑎 ~ ʰʸᵘⁿˡⁱˣ [✔]

Cuatro.

No se cuantos días habían pasado desde nuestro viaje, solo sé que ahora estamos por tomar un vuelo hacia Japón, lo cual no era mucho tiempo de aterrizaje y eso me aliviaba un poco. No quise tocar a Felix desde entonces, ya que se podría decir que se comportó bien, en el sentido de que sus llantos habían cesado y al parecer ya estaba aprendiendo a quererme, o eso es lo que quiero pensar, no lo sé muy bien.

El viaje fué tranquilo, Lix durmió en mi hombro por unos minutos, lo cual me pareció demasiado lindo. Estoy pensando seriamente que todo en el, es lindo, casi perfecto, pero no creo que esté enamorado, pues nunca pasé por ese sentimiento, el de estar en pareja, que alguien me ame o yo lo ame, pero al parecer, todo indicaba a que Felix será la excepción.

En media hora aproximadamente ya estábamos en Japón, lo cual al bajar del avión, nos dirigimos rápidamente hacia un balcón enorme donde hombres nos estaban esperando, o mejor dicho, me esperaban a mi.

—¿Tienen el encargo que les pedí?—cuestiono una vez que llegamos hacia ellos.

—Si—contesta el más grande de todos mientras que al mismo tiempo avienta un chico hacia mi. Parecía menor de edad; tenía el cabello castaño; y como todo niño, sus ojos se encontraban llorando.

Me doy vuelta para mirar a Lix, quien estaba parado a sólo unos metros de mi sin decir o hacer nada, parecía congelado en su lugar sin querer levantar su cabeza, algo que ya se estaba volviendo una costumbre para mí. Le quito la mirada al rubio y me acerco hacia el niño que seguía parado frente a mí sin hacer nada, le quito la cinta que tenía en su boca y llevo mi mano hacia su mentón para levantar lentamente su cabeza. Lo observo por unos minutos y lo analizo de pies a cabeza.

—Tu serás el regalo perfecto para mi amigo It boy—digo una vez que termino mi inspección en el y saco mi mano sobre su mentón.

—Per—La voz de Felix se escuchó detrás de mi, pero inmediatamente me di vuelta sin que pueda seguir diciendo aunque sea con una letra más.

—Te callas o te pondré una cinta en tu linda boquita por el resto de tu vida—observo como el rubio no dice nada y agacha su cabeza nuevamente, lo cual me hace sentir demasiado superior a él, aunque en realidad sí lo era, pue yo soy un mafioso alfa y el es un simple chico omega que fue vendido hacia mi.

—¿Como te llamas?—pregunto una vez que salí de mis pensamientos, dándome cuenta que estaba ahí para algo más que pensar en la máxima autoridad que tenía hacia el rubio—¿cuantos años tienes? Y sobre todo, ¿eres virgen?—cruzo mis brazos para esperar cómodamente hasta que el chico decida responder.

—Me llamo Choi Beomgyu—responde aún sin mirarme—tengo diecinueve años y aún soy virgen.

—Perfecto—contesto rápidamente al mismo tiempo que me acerco hacia el y lo tomo de su brazo izquierdo. Comienzo camino hacia un pequeño baño que se encontraba a unos pasos y dejo su cuerpo dentro de la habitación para luego dirigirme hacia Felix—quiero que lo bañes y lo cambies, ¿entendido?—el rubio solo asiente y me sostiene la mirada—cuidado con intentar escapar porque te juro que te arrepentirás.

El mas pequeño asintió nuevamente y sin decirme nada, se dirigió al baño, adentrándose y perdiéndose dentro de la habitación mientras yo me daba media vuelta e iba a hablar con algunos de los hombres sobre el caso de este chico.