۵ she is perfect ۵

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Se recomienda leer este capítulo con Gilded Lily - cults.

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"Venir aquí fue la peor decisión de mi vida" se decía Jihyo viendo atentamente a la amante de su esposo moverse alegremente dentro de la tienda, era la sexta clase que tomaba con ella y en esas tres semanas había llegado a una muy dolorosa conclusión.

Minatosaki Sana era perfecta.

Una combinación entre cursilerías infantiles y seria madurez, todo perfectamente contenido en un tonificado cuerpo, atractivo por su lechosa piel, capaz de comunicar cada emoción en un solo gesto de aquel rostro con finos rasgos.

Jihyo no tenía nada eso.

Era incapaz de sonreír como Sana lo hacía, no tenía su gracia al caminar, ni el destello que aparecia en sus ojos por cualquier mínima cosa, sus dedos estaban chatos de tanto morderse las uñas, mientras que las de la otra presumían un bello tono rosa, ella había tenido que cortar su cabello hasta los hombros para evitar maltratarlo más luego de descuidarlo esos días, y el de la extranjera no había hecho más que crecer.

- ¡Mierda! - Jihyo no pudo evitar su exclamó de sorpresa al escuchar el vidrio del frasco estrellándose contra el suelo.

Hacia días que estaba perdida, para ser exactos, desde que había empezado a ir al taller de la japonesa, no podía concentrarse en nada, tuvo que pedir vacaciones en el trabajo y le invento toda una mentira a Daniel para quedarse en casa de sus amigas por unos días, saber que la amante de su esposo era todo lo contrario a ella estaba matandola.

Porque en su vida sería capaz de darle todo lo que Sana le estaba dando a su marido.

- ¡Dios, Jihyo! - la castaña corrió hasta ella cuando la vio maldecir nuevamente llevándose su dedo a los labios - ¡¿Estás bien?! - ese angelical rostro mostró una preocupación que hizo a Jihyo exclamar de repugnancia - Dame - ordenó la japonesa tomando su mano sin importarle la resistencia que estaba poniendo, y con un pañuelo limpio la sangre que salía de su dedo herido, "Ojalá pudiera hacer lo mismo con mi corazón" pensó - ¿Estás bien? - la pelinegra observó a la extranjera, aún sostenía su mano entre las suyas, y estaban innecesariamente cerca, así que Park dió un paso lejos de la mujer que estaba costandole su felicidad.

- Solo es una cortada, al rato la habré olvidado - afirmó Jihyo en un tono que apenas pudo sonar serio.

- No me refiero a eso. Daniel me contó sobre ustedes - los castaños orbes de la mujer casada fueron con enojo hasta los de la otra "Y tienes la cara para hablarme de frente ¿Cómo te atreves?" - Lo que sea que estén pasando, saldrán juntos de eso - "¿Cómo puede sonreír así cuando está destruyendo mi matrimonio?"

Jihyo se sentía estúpida por permitir que el llanto se desbordara de sus ojos, pero no podía contenerse más, Sana era el tipo de mujer que cualquiera buscaba y ella estaba muy lejos de parecerse, aunque fuera un poco, al alma libre que era la japonesa.

Ahora entendía bien porque Daniel se había fijado en ella.

Siempre la veía atendiendo a los clientes con una alegría que llegaba a molestarla, hacía tontos bailes cuando creía que nadie estaba viéndola, se preocupaba por todos a su alrededor, pero no dejaba que nadie se ocupará de ella.

Era un verdadero fastidio.

Toda ella era un fastidio.

- Jihyo~ya - una vez más, la dulce voz de Sana irritó sus oídos - Ya no llores, por favor

La amante de mi esposo (SaHyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora