۵ oh no ۵

155 26 16
                                    

Se recomienda leer este capítulo mientras escuchas Labyrinth - Taylor Swift.

Se recomienda leer este capítulo mientras escuchas Labyrinth - Taylor Swift

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

<☀️>

Sol y nubes, una combinación de clima que Jihyo agradecía porque detestaba que el calor le quemará la piel, Sana en cambio, adoraba la picazón de los rayos atravesandole cada poro del cuerpo, le daba una extraña energía que la empujaba a ser más feliz que normalmente, si eso era posible.

Una leve ráfaga de viento soplaba cada tres minutos, ¿Por qué tan exacto? Porque la pelinegra contaba cada segundo que sus piernas temblaban.

Park Jihyo había sido popular en la escuela, había salido con chicos muchas veces, conocía tan bien la rutina de las citas que luego de unas cuantas simplemente empezó a negarse siempre que la invitaban, porque todas eran una copia exacta de la anterior, ningún chico hacía nada diferente, incluso le decían los mismos cumplidos, como si las citas fueran un guión que todos seguían al pie de la letra.

Pero esto no era nada como eso.

Sus redondos ojos cafés guardaban cada detalle de la japonesa a su lado, Sana hablaba sin parar de porque adoptar un animalito era mejor que comprarlo, y Jihyo la escuchaba a medias, porque su ser estaba concentrado en recordar cuándo fue que se enamoró de ella.

"Oh. Estoy enamorada."

- ¡Mira! - la exclamación de la castaña regreso a la coreana al aburrido mundo normal en un instante.

Minatosaki tomó la mano de la coreana en un rápido movimiento, y corrió jalando de ella hasta el aparador de una tienda de peluches - ¡Es el unicornio más bonito que he visto! - su mano libre se pegó al vidrio, y saltaba con un entusiasmo característico de la japonesa.

Ningún hombre hablaba sobre cosas que les gustaban, menos si podrían parecer "bobas", tampoco es como que a Jihyo le fuera a interesar, pero con Sana era todo tan diferente, la coreana quería saber cada detalle de la japonesa, y eso solo era por una razón para nada simple.

"Oh no. De verdad estoy enamorada."

- ¿Lo quieres? - preguntó Jihyo de pronto sin saber de dónde salió su impulso.

Las bellísimas avellanas de Sana la miraron enseguida con un gesto de cachorrito, era obvio que la respuesta debía ser un no, "¡Pero por amor a las hadas, es un unicornio rosa" pensó, sin importarle que la pelinegra la considerara infantil por quererlo.

- ¡Te lo pagaré! - la parte razonable de la japonesa buscó la forma de conseguir ese unicornio, sin sobrepasar la línea que había entre ellas - ¡Te lo juro! - una línea que en realidad, jamás existió.

Jihyo podría comprarle todos los unicornios de la tienda sin que Sana se los pagara, lo haría si eso significaba ver la hermosa sonrisa de la japonesa y el increíble brillo emocionado de sus ojos, Jihyo le daría todo a Sana solo si prometía salir a pasear con ella para llevarla de la mano a todos lados.

La amante de mi esposo (SaHyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora