Había una vez una vieja profecía, una que decía que un guerrero con los poderes de un Fénix estaba destinado a proteger a Narnia de cualquier daño que pudiera surgir en su camino.
La mayoría ha renunciado a esta profecía y los pocos que aún creían e...
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✧ DIEZ AÑOS DESPUÉS
"Vamos, Nerissa. ¿De verdad vas a hacer que tu Rey suplique?" Peter iba detrás de Nerissa mientras ella corría por los pasillos de Cair Paravel.
Mucho ha cambiado desde que los Reyes y la Reina asumieron sus roles legítimos. Se han construido amistades de por vida y Narnia ha prosperado más allá de lo creíble bajo su gobierno, pero uno diría que Narnia les ha dado la misma forma.
El rey Peter, por su parte, exudaba tanta confianza que Nerissa estaba convencida de que algún día podría sufrir una combustión espontánea. Se había ido el chico inseguro que era la primera vez que lo conoció, este hombre estaba lejos de serlo.
"Creo que he dejado mis sentimientos por ti claros como el agua".
Nerissa se detuvo en seco y se dio la vuelta para mirarlo con tanta rapidez que casi choca contra su amplio pecho. "Y creo que he dejado perfectamente claro que creo que esta es una idea terrible. Trabajo para usted, su majestad. Difícilmente creo que eso sea profesional".
"Tonterías, Nerissa. Nunca he pensado en ti como una empleada".
Ella arquea una ceja ante la respuesta de Peter. "¿Qué somos, entonces?"
"Amigos cercanos. O pareja, si me dieras una oportunidad".
Nerissa puso los ojos en blanco mientras continuaba por el camino, "¿Alguna vez te rindes?"
"Ya deberías saber la respuesta a esa pregunta, cariño. Tú eres quien me entrenó de esta manera. Y solo para que ambos estemos en el mismo nivel de comprensión, no tengo la intención de hacerlo pronto". Peter responde, mostrándole una de sus sonrisas gallardas que hace que su corazón dé un vuelco.
Estirándose para agarrar su muñeca, el Rey la atrajo hacia él. "Deberes de guerrero a un lado, Nerissa. Dame una buena razón por la que no deberías salir conmigo".
Nerissa se tomó un minuto para pensarlo, realmente lo pensó y no se le ocurrió nada. No se trataba de la atracción que sentía por su Rey. Se sentía atraída por él, increíblemente, y esos sentimientos solo se habían profundizado a lo largo de los años de servicio a su lado. Aún así, había algo que la detenía. Tal vez eran solo sus propias inseguridades.
"No puedes pensar en nada, ¿verdad?" La voz de Peter la saca de sus pensamientos.
"Hemos pasado por esto, Peter. No voy a tener esta conversación contigo de nuevo".
Él frunce el ceño y se mueve para bloquear su camino antes de que pueda despegar de nuevo, "¿Por qué no accedes a salir conmigo? ¿De qué tienes tanto miedo?"
Nerissa cruza los brazos sobre el pecho, mirando a su rey desafiante, "No tengo miedo". Eso podría haber sido una mentira. Esto simplemente tenía demasiada incertidumbre para su gusto. Tenía miedo y no tenía dudas de que Peter podía verlo en sus ojos.
