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Siempre que miraban a Myoui Mina, pensaban en una alfa soltera por toda su vida, la razón era simple. Su personalidad.

Aquella alfa no era dominante y ruda como los demás, no, ella no era esa clase de alfa. Mina era suave y delicada, amante del color rosa y de las cosas tiernas, así era Myoui Mina, la alfa omega como solían llamarle de burla.

Mina era diferente, pero eso no le importaba, ella era feliz, de esa manera, siendo ella misma y no teniendo que fingir alguna actitud dominante y posesiva con algún omega.

Si algo odiaba Mina era que los alfas siempre se creyeran superiores a los omegas, siendo una alfa sabía que todos merecían los mismos derechos.

Aunque claro, los mismos omegas se encargaban de rechazar a Mina, creían que ella no podría defenderles del mal, creían que incluso Mina sería pasiva al momento de hacer el amor. Eso no era cierto y jamás lo sería.

Mina era consciente de lo que escuchaba a cada rato, no era ninguna pasiva, solamente tenía diferentes actitudes y eso era todo.

—Cachorra, vamos, despierta que tienes que ir a estudiar. —Dijo la Omega desde la puerta de la habitación de Mina.

—¿Mamá Seungwan?, Buenos días, mamá—Dijo Mina despertando de golpe al verla.

—Cariño, tu madre y yo te estamos esperando abajo para desayunar, báñate y vístete rápido. —Dijo la Omega sonriendo.

La Omega se retiró de la habitación de su hija y cerró la puerta detrás de ella, mientras Mina se levantó con una sonrisa en su rostro, quitó su pijama y se dirigía a bañarse.

Era otro día como cualquier otro, aunque claro, Mina disfrutaba al máximo su vida sin amarguras ni nada que lo hiciera sacarse de quicio.

Sí, Mina tenía ya veinte años y aún vivía con sus madres, escuchaba a sus demás compañeros burlarse de ella porque aún vive bajo el manto de ellas.

Según los demás, una Alfa antes de esa edad ya debería haber buscado un hogar propio, comenzar a cortejar a los omegas y comenzar con su propia familia.

No, Mina no quería eso, aún no, quería ir lento y despacio, no quería asustar a algún omega llenándole de cachorros y obligándole a hacer lo que quisiera.

Mina no era así.

Cómo siempre, comenzaba su rutina diaria para ir a estudiar, ya se bañó y se arregló lo mejor que pudo, bajó las escaleras y vió a sus madres en el comedor platicando cómodamente.

Myoui Taeyeon y Son Seungwan eran pareja, ambas habían concebido a Myoui Mina, una alfa diferente a los demás, pero eso a sus madres no les importó en lo absoluto.

De hecho, amaban que su hija fuera así, respetuosa, educada, tierna y demás cosas que sus madres siempre iban a amar de su cachorra.

—Buenos días, ¿Cómo amaneciste? —Dijo Mina tomando asiento en una de las sillas del comedor.

—Muy bien cachorra, aunque tu madre sigue y sigue pateando toda la noche. —Dijo Taeyeon sonriendo y viendo a su hija riendo, luego volteó su vista y vió a su Omega haciendo un puchero.

—Es muy clásico de mamá Wendy, siempre patea y patea cuando duerme con alguien. —Dijo Mina tomando un cubierto y llevando un bocado de panqueques a su boca.

—Pero en mi defensa, soñé que estaba en la cama más cómoda del mundo. —Dijo la única Omega en esa familia.

—Ajá, ¿Seguro que no era en el vientre de tu madre, cariño? —Dijo la Alfa mayor viendo a la omega.

—No, estoy segura de que era en la cama más cómoda del mundo. —Dijo Seungwan afirmando con la cabeza.

Ambas Alfas solo soltaron una pequeña risita, amaban todos los momentos en familia que tenían, incluso si la pequeña Myoui Eunchae estaba dormida en su cama y no participara demasiado en el desayuno familiar.

—Bueno, me tengo que ir, nos vemos más tarde. —Dijo Mina terminando rápidamente su desayuno.

—Está bien cachorra, lávate los dientes y luego ya te puedes ir.—Dijo la Omega levantando los platos de Mina.

—Está bien. —Mina hizo un puchero y se fue al baño.

Llegó al baño y rápidamente lavó sus dientes, después de eso volvió a despedirse de sus madres y salió con prisa.

Tenía unos minutos antes de que anunciarán que las clases empezaban, así que pasó por una floristería para comprar unas rosas.

Rosas las cuales se las daría a la única Omega que dejó que Mina la corteje, Im Nayeon, era la Omega más tierna y dulce del universo, o eso según Mina.

El amorío entre ambas había iniciado hace dos meses atrás, cuando Mina se acercó a la omega, con un sonrojó adornado en toda su cara y con una pequeña notita.

Esa notita estaba muy decorada en papel rosa, cuando Nayeon la abrió para leerla, leyó en el gran mensaje que había escrito dentro de la nube.

"¿Puedo cortejarte, dulce omega?", Decía aquel papel, Nayeon solo se sonrojó y le permitió a la Alfa empezar con su cortejo.

Ambas se amaban e iban muy bien, Mina quería conquistar más a la Omega y luego empezarían su relación.

sweet alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora