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—Mi amor...—Entró Mina a la sala de partos, dónde Nayeon estaba tan calmada amamantando a sus cachorros.

—Alfa, venga y vea a sus pequeños cachorros.—Dijo Nayeon dándole una cálida sonrisa a la Alfa.

Mina no dudó en acercarse a su ahora familia, después de tanto tiempo de espera por ver a los cachorros, ahí estaban, por fin, en los brazos de sus madres.

—Son hermosos.—Dijo Mina viendo a sus hijos en el pecho de Nayeon.

—Aún no les has visto la carita, están ocupados comiendo.—Nayeon soltó una risita nerviosa.

—Mi amor, no hace falta verles el rostro a mis pequeños para saber qué tan hermosos son. Son nuestra creación, son hermosos para mí, aunque no los vea.—Mina sobó la cabecita del cachorro que bebía solo en el pecho de Nayeon. 

Nayeon simplemente sonrió cansada, tuvo un parto un tanto complicado, después de todo eran tres niños los que crecían en su interior.

Mina repartió besos en sus cuatro amores, sus tres cachorros y su Omega, ambas estaban felices, por fin tenían la familia que ambas querían formar.

Una enfermera se acercó a la pareja, les preguntó que si querían que les tomara una foto a ellas y a sus recién nacidos. Mina y Nayeon no dudaron en aceptar.

Ambas posaron con sus cachorros y la foto fue tomada con el teléfono de la Omega, después Mina se encargaría de mandar a enmarcar ese hermoso recuerdo.

Después, tanto las madres de Mina como las madres de Nayeon entraron a la sala y vieron a la pareja y a sus hijos. Todo era totalmente hermoso para los ojos de todas.

Sus pesadillas no se hicieron realidad, su Omega y sus cachorros estaban vivos y nada malo les había pasado.

Después de todo, el destino quería que esa Alfa fuera feliz con su Omega. Ambas merecían ser felices.

—Mi amor, no llores Alfa, todo está bien.—Dijo Nayeon acariciando dulcemente la mejilla de su Alfa.

—P-pero m-mi amor... E-estoy m-uy feliz.—Dijo Mina entrecortada y con sus lágrimas cayendo por sus mejillas rojas y abultadas.

—Mi Alfa, deja de llorar o si no, los cachorros también comenzarán a llorar.—Dijo Nayeon acercándose para darle un beso en la mejilla a Mina.

Mientras sus cachorros bebían su leche del pecho de Nayeon, Nayeon y Mina habían entrado en su burbuja de amor. La Alfa estaba muy sensible en estos momentos.

Pero a Nayeon no le importaba, amaba a Mina, así fuera una Alfa llorona, la amaba demasiado. Su Alfa de color rosa.

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—Mi Alfa, por favor pásame la ropita de Soobin.—Dijo la Omega mientras vestía a sus cachorros.

—Voy corazón, ¿Dónde es que está la ropa de Soobin?—Respondió la Alfa viendo todo el armario repleto de ropa para los cachorros.

—Alfa tontita, están en el cajón de la derecha, el tercero, ahí están los mamelucos de Soobin para dormir.—Dijo la Omega intentando que sus cachorros no pelearan entre ellos.

—Voy mi amor.—Dijo la Alfa buscando un mameluco para ponerle a su cachorro.

Aunque la crianza de tres cachorros no era nada fácil, Mina y Nayeon habían aceptado su vida con sus tres cachorros.

Claro, algunas veces los cachorros se levantaban llorando en la madrugada, necesitaban de muchos cuidados y tenerlos muy bien vigilados.

Mina se acercó a Nayeon y le entregó la ropa a la Omega. Por su parte, Nayeon estaba colocándole la ropa a su cachorro, y Mina veía atentamente como se la colocaba.

—Debes aprender a colocarla bien mi amor, también necesito que me ayudes a colocarle sus pijamas y ropas de salida.—Dijo la Omega haciendo un puchero.

—M-mi amor, yo sé colocarlas, el problema es que a diferencia de ti y de mí, los cachorros me patean mucho. ¡A ti no te hacen nada!—Se quejó la Alfa también haciendo un puchero.

—Debes hacerlo lento y con cuidado, Minari, o si no los cachorros no van a cooperar.—Dijo Nayeon terminando de vestir a los cachorros.

—Bien, ya están listos.—Habló después Nayeon viendo a sus cachorros ya vestidos y jugueteando entre ellos.

Hace cinco meses habían nacido sus pequeños hijos, Myoui Soobin, Myoui Kai y Myoui San. Los tres siendo la felicidad de Im Nayeon y Myoui Mina.

—¿Les vas a dar de comer?—Dijo Mina haciendo un puchero.

—Claro Minari, tengo que darles de comer a esta hora para que después no les duelan sus pancitas más en la noche.—Respondió Nayeon desabotonando su camisa para poder darle de comer a sus cachorros.

—Mi amor, por favor, sostén un momento a San mientras alimento a Soobin y a Kai.—Dijo la Omega tomando a dos de sus cachorros.

—Está bien mi vida.—Mina tomó al cachorro y lo puso en su pecho, dejando que este olfateara el dulce aroma de su madre Alfa.

Por su parte, Nayeon dejó que los otros dos cachorros amamantaran su pecho, ambos cachorros parecían que no hubiesen comido en todo el día.

Mina veía a su Omega y a sus dos cachorros, mientras arrullaba a su otro cachorro.

Aunque no fuera tan fácil todo, ambas amaban a su familia.

La familia Myoui. Una familia llena de amor.

sweet alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora