Por primera vez, Chika aprendió que cuando algo terrible lo sorprendía y se deprimía sin remedio, no se le iba el sueño, sino que caía en uno realmente profundo. Casi como si estuviera escapando al mundo de la fantasía para no pensar más en lo que le hacía daño en el mundo real.
"Pensé que no sería capaz de dormir".
Y tan pronto como se despertó por la mañana, se dio cuenta de que los eventos de ayer no habían sido solo un simple sueño. Es más, incluso el techo era justo como lo recordaba.
"No puedo molestarme si alguien de repente dice que soy una bestia. Duermo como una".
Se sentó tan decentemente como pudo, pero la puerta principal se abrió con un fuerte "¡Pas!" Apenas un par de segundos después.
"¡Buenos días!"
"¡Despierta!"
Entonces algo rebotó como una pelota y saltó hacia el pecho de Chika.
"¡...!"
Allí, unos pequeñitos, con el pelo alborotado y los ojos chiquitos, miraban fijamente el rostro de Chika al darse cuenta de que había perdido el impulso para terminar derrumbado en el futón.
"Onii-chan, ¿Cuánto tiempo has estado durmiendo? ¡¡Es hora de desayunar!!"
¿Tenían cuatro o cinco años? Su forma de hablar era maduro, pero su tono era muy infantil. Y al echar un vistazo rápido, incluso pudo notar que uno de ellos llevaba un gran gatito de peluche en sus delgados brazos. Sin embargo, Chika pronto se dio cuenta de que no era un animal de peluche. Con la cola y las orejas moviéndose, eso de allí se parecía más bien... A un bebito. Un bebé tigre como el de los zoológicos.
"¿... Es un tigre bebé de verdad?"
La niña, con el cabello revuelto, se aferró a los hombros de Chika al darse cuenta de que no podía entender la situación en absoluto. Tal vez le parecía divertido o demasiado inocente como para dejarlo por su cuenta.
"¡Es de verdad!"
"Onii-chan, ¿De dónde eres?"
Sin responder a la pregunta, Chika se turnó para mirar las dos caritas que tenía adelante. Se parecían tanto que fue lógico decir que se trataba de gemelos, incluso aunque no había reparado demasiado en la dirección. Tenían cabello rojizo y ojos color ámbar que le hacían pensar que eran hijos de un extranjero muy guapo. El niño llevaba camiseta y la niña vestido, pero las telas tenían el mismo estampado y los mismos acabados al final. Por cierto, el cachorro de tigre que sostenía la niña tenía el cabello rojizo con rayas negras muy parecido al color de una puesta de sol en un parque.
De repente, aparecieron orejas redondas en las cabezas de los niños.
"¡Ah!"
No solo eso. Sus colas largas y rayadas se extendían desde sus traseros y se balanceaban alegremente de un lado para otro como si quisieran jugar con él. Al parecer, sus ropas tenían agujeros especiales que les dejaban sacarlas de modo que no era incómodo para ellos. Y por supuesto, Chika no pudo ocultar su consternación al verlos.
"Oye..."
Un niñito se subió al futón.
"Oye, ¿Qué tipo de hombre bestia eres? ¿Un león? ¿O una cebra?"
"¿Tienes muchos dientes?"
Como no podía responder a esta pregunta, la pequeñita se inclinó hacia delante.
ESTÁS LEYENDO
Bambi se casó con un león. (Traducción Finalizada)
FanfictionA unos pasos de un restaurante de soba, en una montaña bastante remota, Chika, a quien todos llaman amorosamente "Bambi", escucha la encantadora historia de un león gigante, y sus lindos cachorritos de tigre, de quien se hace cargo desde que los caz...