𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟏𝟏

32 6 0
                                    

En poco tiempo, Maruvajo regreso.

Pensé que no regresaría.

Había tres tazas de café en una bandeja. Una para Katsuki, una para mí, y puso una delante de ella y lo bebió con provocación.

—¿Qué te trae aquí?

Se sentó en el sofá y cruzo las piernas.

—¿Por qué estás buscando a la persona que tiene el pendiente? —pregunta Katsuki.

—Porque estoy interesada en eso.

—¿Y por qué has golpeado a Zeina hasta casi morir? —frunció su entrecejo.

—Porque la odio —responde.

Que rápida respuesta.

—¿Piensas que te van a perdonar ese motivo? —arquea una ceja cuestionándola.

—En mi posición, por supuesto.

—No le he dicho a nadie sobre esto aún. Pero si lo digo o no al jefe, será dependiendo de tu respuesta.

Maruvajo torció los labios con despecho cuando escucho la palabra "jefe".

—Siempre dicen jefe, el jefe que... ¿eres estúpido? —su expresión era de diversión.

Que cosas dice ella.

Mientras pensaba eso, algo hizo clic en mi mente.

Es cierto...

Recordé algo que ella dijo antes de que me encerrara en el sótano.

"Yo no lo amo", es lo que dijo esa ocasión.

De hecho, ella debe amarlo.

Por lo tanto, "él" debe ser el jefe.

¡¡El jefe es el padre de Katsuki!!

Lo dijo con tanta libertad que finalmente lo entendí.

—Esta chica es su hija, ¿cierto? —pregunta Maruvajo.

—¿Quieres decir la hija del jefe? —¿Qué? ¿Katsuki lo sabe?

—Sí, estas tan obsesionado con la hija del jefe y es natural que tú lo obedezcas, que pedófilo eres, te la llevaste cuando era solo una niña la criaste para ser de tu tipo.

Sus hermosos labios formaron un arco.

—Pero, no eres muy bueno con las técnicas de información, ¿verdad? ¿No quieres que sea tu pareja? Si es así, me gustaría compartir información contigo, e incluso te dejaría dormir conmigo.

—Lo siento, pero no me gustaría dormir con mi madrastra.

Al decir eso, Katsuki tomo el pendiente debajo de su ropa.

Él quería mostrarle de esta manera, por eso, hace rato me pidió que le devolviera el pendiente.

Pareció eficaz. Todo el color de su rostro desapareció.

—Imposible...

—Es posible. No sé en donde te equivocaste, pero el pendiente es mío. ¡Tampoco eres muy buena con las tácticas de información, ¿verdad? —Katsuki poso una sonrisa victoriosa en su rostro.

La cara de Maruvajo cambio a forma inexpresiva.

Katsuki siguió empujándola.

—Estas conectada con Aokutsu, ¿cierto?

Los ojos de Maruvajo temblaron.

—Eres una de las espías internas. ¿Estabas dando información a Aokutsu a cambio de la información del pendiente?

—Que interesante deducción —menciona ella.

—¿Sabías que no te dijeron todo? El hombre encapuchado sabía que el pendiente es mío.

Maruvajo respiro profundamente.

—Ni siquiera te indicaron si su hijo era un niño o un niño, ¿cierto? El hombre encapuchado sabía que su hijo era un hombre. El hombre encapuchado te ha dicho que Zeina era la duma del pendiente, ¿no es así? ¿Has tenido alguna buena información de él?

Los labios de Maruvajo comenzaron a temblar.

—Has oído que Zeina llevaba el pendiente. Eso te lo dijo el hombre de negro, ¿no? pero eso fue recientemente —Katsuki continuaba hablando.

Maruvajo frunció las cejas, y miro a Katsuki, sin ocultar su odio.

—Si estoy en lo correcto, solo una persona vio que ella llevaba el pendiente. Así que prensaste que Zeina era la hija de Mitsuki.

—No digas su nombre. Me da rabia —escupe Maruvajo.

—Usted dijo que no amaba al jefe, pero... ¿Por qué? ¿No lo ama en realidad? —pregunto.

Maruvajo me frunció las cejas, y me miro con odio profundo desde lo hondo de su corazón.

—Eres tan estúpida. Yo debo ser amada y respetada al máximo. ¿Escuchas? Yo no perdono que alguien no respete a mi belleza. Todos los hombres de este mundo deben amarme, incluso si yo no el amo

Ella esta demente.

Recordé que los tres hombres que me llevaron a la celda dijeron que ella estaba loca.

Tal vez hay otras personas que murieron por esa razón...

Ahora entendí la conversación de ellos.

—Como la reina de blanca nieves —dije en voz baja, pero parecía que Katsuki lo oyó, y sentí que él sonrió un poco.

—Esa mujer fue amada más que a mí, por el feje y otras personas también. Así que la mate.

—No puedes ocultarlo más. La muerte te está esperando —le habla Katsuki.

—...Si. Supongo que no tengo otra opción —ella reconoció fácilmente, y termino el resto del café.

¿Ya termino todo?

En realidad, me sentí algo aliviada.

Sentí alivio y me dio sed.

Yo también bebí el café que me había ofrecido.

—¡Idiota! ¡No lo bebas! —Katsuki grito.

—... Ya lo bebí...

—¿Estas bien? ¿No te sientes extraña? —Katsuki miro mi rostro y me pregunto eso con una mirada de preocupación.

—Sí. Creo que estoy bien...

Mi taza cayó al suelo con un fuerte golpe.

—¿Eh? —no podía mover mis manos porque se paralizaron.

No solo las manos.

Mis piernas también comenzaron a paralizarse poco a poco.

—¡Ay!

Mire a Katsuki y Maruvajo le estaba dando una apuñalada con un cuchillo en la espalda.

—Idiota, me mostraste la espalda debido a esta chica... es indigno de un profesional.

—¡Mierda! —maldijo Katsuki.

Por sorpresa, Maruvajo levanto el cuchillo a mi cuello.

—Te tomare como rehén —comenzó a reírse.

—¡No! —Katsuki grito mirando en mi dirección.

Quiero resistir, pero no puedo mover bien mi cuerpo.

—No prometo devolverla con seguridad, pero si continúas resistiendo, voy a matarla ahora —amenazo—. AH, pero primero... ¡necesito matar al hijo de esa mujer!

Ella dijo eso, y apunto el cuchillo hacia Katsuki.

Continuara...

𝐌𝐎𝐁 𝐋𝐎𝐕𝐄 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora