Capítulo uno

51 6 2
                                    

NAOMI

Estaba en el sofá de la sala viendo una revista de moda, de esas que me encantan ver. A un lado está mi teléfono que empieza a sonar, lo tomo y veo una llamada entrante de mi mejor amiga Diana.

Contesto.

—¡Hola linda!— grita, haciendo que mi oído casi explote.

—Vas hacer que me quede sorda — le reprocho.

—Lo siento, es que no he hablado contigo desde ayer y te extraño.— Su voz suena triste pero con chispas de sarcasmo.

—Ay linda — susurro.—Si quieres podemos vernos esta tarde.

—Sii, ¿qué te parece si nos vemos en Starbucks?

Diana es la mejor amiga que he tenido en toda mi vida, ella me demostró el verdadero significado de la palabra amistad. Hubo un tiempo atrás donde llegue a pensar que la amistad no existía para mi porque en ningún lado encajaba. Pero ese pensamiento se fue a la mierda cuando ella llegó a mi vida.

Ambas nos conocimos en un parque de atracciones cuando vine a Miami a pasar las vacaciones con mi papá, mi madrastra y mi hermanastro. Nos tocó juntas en una montaña rusa. Recuerdo cada detalle.

—¿Tienes miedo?— me pregunta.

—¡Si muchísimo!— grito.

Ella se ríe.

—Seguro es tu primera vez en una montaña rusa — dice entre risas.

—¿Se nota?

—Es bastante obvio — asegura.—Pero tranquila, no vamos a morir, posiblemente vomitemos cuando termine — bromea.

Empieza y siento que me voy a morir, estoy mareada y en cada bajada siento que mi alma se sale de mi cuerpo. Ella solo grita de emoción mientras que yo grito de miedo al sentir que será mi fin.

Terminó y es verdad lo que dijo... tengo náuseas. Al bajarnos de la máquina ella se da cuenta y me toma de un brazo para dirigirnos a un baño público.

—¿Cómo te llamas?— Pregunta, después de todo el desastre y de que ella también vomitara.

—Naomi,— sonrío,—¿y tú?

—Diana — me devuelve la sonrisa.

Y así nuestra historia comenzó.

—Me encantaría, a las 4:00 ¿si?

—Vale, chao, te quiero—

—Hasta el infinito y más allá — la interrumpo.

Me levanto de allí, subo las escaleras y me voy hacia mi habitación. En una de las esquinas se encuentra un estante repleto de libros, lo admito, estoy obsesionada con la lectura y más si se trata de un romance. Cuando mi obsesión por los libros de romance empezó a crecer, siempre he soñado con vivir algo así de lindo porque el amor en esos libros es tan real y verdadero que me dan ganas de teletransportarme a uno de ellos, no significa que en la vida real no se encuentre algo así, ¿Es difícil? Si ¿Es imposible? No.

Tomo uno de ellos y busco la pagina donde había parado la lectura, tomo mis audífonos de mi escritorio y me acuesto boca abajo; leyendo y escuchando música. Es uno de mis pasatiempos favoritos, algunas personas no pueden leer y escuchar música al mismo tiempo... dicen que no los deja concentrar pero en cambio a mi no puedo concentrarme si no es con música, siento que es algo que le da vida a lo que leo, he leído varías veces sin música pero no se siente igual. Lo único que hace que piense que no soy anormal es que también hay personas con cosas parecidas a mi.

Felizmente inefable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora