Capítulo 34

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Los días pasaban y yo seguía convenciendo a gente para que se uniera a mi pero gran parte de la gente tenía miedo, sentía ansiedad ante lo desconocido.

—¿Que vas a hacer Jacob? —me responde Sheila sacándome de mi pensamiento.

—No lo sé —le respondo con el tono casi hundido, jamás me había costado tanto tomar una decisión.

—Jacob, George ha empeorado estos días y apenas puede moverse, le quedan días, no le hagas pasar sus últimas horas cargandolo de esperanzas que sabes de sobra que no puedes llegar a cumplir, Abraham y Brayan no te dejarían nunca que cometieras semejante locura —aclara cortandome cualquier tipo de esperanza.

—¿Y que hago? cada vez queda menos comida y no puedo quedarme parado viendo cómo vamos cayendo uno a uno —le respondo de la forma más sincera.

—Sé que eres diferente al resto y si algo me ha llamado la atención de ti es ese atrevimiento que tienes —me responde poniendo ojos vidriosos, se que sus sentimientos hacia mi son fuertes pero yo ahora mismo no puedo complacerle de la misma forma que lo puede hacer ella conmigo. 

Tengo mujer y aunque no se si estoy enamorado de ella se que la quiero lo suficiente para no hacerle esto.

Se me pone delante de mi, joder con esa mirada se me derrite ahora mismo el corazón, se para completamente el tiempo por cada honda de pelo que atraviesa mi mirada, es como el mar, su olor es como poesia para mi olfato. No se una definición de belleza pero se que seguro que llevaría su nombre.

—¿Sigues volviéndote loco por mí propuesto verdad? —pregunta con su voz suave y seductora.

—Tengo miedo a enamorarme de ti —le respondo con algo de miedo porque no se si lo estoy ya.

—Ya lo estas, la forma con la que me miras, como le das vueltas a lo nuestro, si lo tuvieses claro no hubieses vuelto a hablar conmigo, se que eres fiel, pero una última noche de pasión antes de que se acabe todo esto no le va hacer daño a nadie —me hace la propuesta mientras pone una nueva mirada, ahora tiene algo de toques perversos. Me encanta, en el fondo se que lleva toda la razón con lo que ya estoy enamorado de ella.

—No creo que sea la mejor solución para salir de aquí —decido cortar por lo sano y que no ocurra nada. Me doy la vuelta y decido salir de esa habitación envenenada para mi, en ella me transformo completamente y creo que haría cosas que luego con el tiempo me podría arrepentir. No sé cuánto tiempo podré aguantar esta tentación irresistible.

Llego hasta mi casa, aun huelo a su fragancia, es como si me hubiese estado persiguiendo todo el rato.

No puedo estar solo, voy a ver como está George, al menos mientras cuido de él no pienso en otra cosa.

Hector está en la puerta, tiene cara de cansado, lleva varios días cuidando de George.

—Jacob, tengo que hablar contigo —dice mientras se acerca a mi…

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