Don't Make Noise Minnie [Yoonmin]

047

El camino de regreso había sido callado, cada vez que Yoongi intentaba hablar, el peligris simplemente Volteaba su mirada hacia la ventana, aquello en ningún momento hizo que la risa en el rostro de Yoongi desapareciera, manejó de regreso a la mansión, ambos entraron a aquella, pero Jimin en lugar de despedirse sólo dío un portazo y corrió a su habitación.
Aquello también llamó la atención de la señora Shin que de inmediato salió de la cocina a preguntar que había pasado, Yoongi sonrió, le dijo que no se preocupara, que todo estuvo bien y que hubo un simple inconveniente el cuál desearía hablar con Jimin por lo cuál le pidió a la mayor que no lo molestaran hasta mañana, la señora Shin asintió y vio al pelinegro desaparecer en subida por las escaleras.

Yoongi caminó hasta la habitación de Jimin, pero se sorprendió cuando esta puerta estaba abierta y no había rastro de Jimin, sintió un mal presentimiento por el cual habría corrido abajo, a no ser por el pequeño golpe que se escuchó desde su habitación...Sonrió y corrió a esta, entró con velocidad buscando con la mirada a su pequeño, pero apenas puso un pie en esta, un peligris se lanzó a devorar sus labios con lujuria mientras intentaba desprenderle la camisa.
Se separaron por falta de aire y tuvo el valor de ver al más bajo a los ojos, sus ojos cristalizados, sus labios rojos, más de lo normal, su pecho subía y bajaba y sus manos permanecían quietas sobre el pecho de Yoongi.

-Minnie, no quiero hacerte daño...
/susurró contra su rostro/

-Sé que no lo harás, P-por favor, te necesito
/susurró el menor escondiendo su cabeza en el cuello del pelinegro/

-Minnie, no quiero lastimarte.

Una parte de Yoongi se moría por tomar a Jimin ahí mismo, hacerlo suyo frente al espejo para que pudiese observar lo hermoso que se veía, pero otra parte dentro de él le decía que se alejara, que lo lastimaría, que le haría daño y eso era lo que menos quería Yoongi.

-No, sé que no lo harás, por favor
/suplicaba el menor aspirando el leve olor de la fragancia de Min Yoongi/

-No quiero que sea como la última vez.
El mayor tuvo el valor de guiar sus labios cerca de las mejillas húmedas del contrario que no sabía en qué momento había comenzado a llorar.

-No lo será, sé que vas a cuidarme, sé que amas y sé que no me harás daño, por favor...

Esto fue lo último que necesito Yoongi para cerrar la puerta a sus espaldas, quien de nuevo unió sus labios contra los del peligris, supcionando de aquellos con fuerza, la lengua del más alto sin pedir permiso invadió la cavidad bucal de Park, aquel que sin queja alguna comenzó a jugar con su propia lengua, la lengua ajena, en tan sólo segundos los cuerpos de ambos comenzaron a sentirse calientes, el beso no era suficiente ya que era de aquellos en los que la ropa estorbaba.
Jimin continuó con su labor de sacar la camisa de Yoongi, se había cansado de rogar, estaba arto, solo necesitaba ser tocado por Yoongi, necesitaba a su gatito gruñón acariciandolo mientras lo hacía suyo.
Yoongi tomó suavemente de los muslos del menor, haciendolo saltar mientras enrollaba sus piernas en su cintura, a paso lento y sin despegar sus bocas de aquel beso lo depositó como pluma en la cama posicionándose sobre él sin aplastarlo, no quería hacerle daño, llevó sus besos por todo cuello y también tomó la tarea de comenzar a desabotonar la camisa del más bajo.
El peligris abrió sus piernas pues para ese momento su ropa interior apretaba demasiado, el pelinegro restregó su entre pierna contra la del peligris quien ahogó un gemido en la boca del mayor.
Ambos yacían sin camisa devorandose mutuamente, Yoongi bajó su mano con delicadeza por el pecho de Jimin y se posó en uno de los botones rosas del menor, aquellos que con tan sólo su tacto se pusieron duros, con su pulgar e indice hacía círculos sobre él, llevó su boca al otro botón rosa, mientras con uno hacia círculos suaves con sus dedos, el otro estará tomando en círculos por su lengua.
El pelinegro bajó aún más sus manos comenzando a desabrochar el pantalón del peligris mientras lo veía retorcerse debajo suyo, desprendió sus pantalones bajando con sigo sus bóxers dejando al descubierto el pene erecto del peligris quien se mantenía viendo la escena con sus labios rojos entre abiertos y su pecho subía y bajaba rápidamente.