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Eran alrededor de las dos de la madrugada y Kim Seokjin se removia en las sábanas de su cama sin parar de pensar en lo que ocurría en el patio trasero de su casa, molesto se sentó con los pies afuera de la cama y se quedó pensando, no podía consiliar el sueño y sabiendo lo que ocurría en la parte de abajo lo atormentaba, tomó una bata del perchero y se la colocó para así salir de la habitación.

Bajó las escaleras y caminó por la sala y salió por la puerta trasera que daba el acceso al patio trasero, la luz de luna iluminaba el lugar, pero también alrededor habían algunas antorchas de fuego encendidas y cuando divisó el centro, ahí se encontraba su esposo, Kim Namjoon, golpeando a un hombre que escupia sangre por la boca, alrededor de ellos se escontraba alredor de 10 hombres observando la escena sin moverse, simplemente observando como Kim Namjoon lo golpeaba. Con rabia en los ojos, Kim Seokjin caminó a pasos largos hasta colocarse detrás de una roca que se encontraba por ahí, observó a Kim Namjoon golpear a aquel hombre que poco a poco comenzaba a perder el aliento, y el enojo que su esposo hiciera eso lo molestaba, desde la muerte de su hija no había vuelto a asesinar a nadie, pues había comenzando el remordimiento al saber que quizá su hija también pudo haber muerto así, salió de sus pensamientos cuando observó a Kim Namjoon sacar un arma de su saco y apuntar en dirección al hombre que se arrastraba como tal gusano por el suelo.

-¿Tu lo viste? ¿Viste como la mataron? ¡Responde carajo! /gritó Kim Namjoon sin dejar de apuntar directo a su cabeza/

-N-No, S-señor, Yo...Yo no presencié N-nada.
/trató de aclarar aquel hombre que escupia sangre por la boca y su edad variaba desde los cuarenta y cinco a los cincuenta años/

Seokjin al escuchar aquello, de inmediato supo que de nuevo su esposo estaba buscando al susodicho de la carta que había llegado hacia tan solo unas semanas.

Aquella en la que un escritor anónimo narraba que alguien presenció la muerte de su hija, y Kim Namjoon lo haría pagar por no haberla defendido de las manos del maldita Park Jimin y Min Yoongi, a quienes haría pagar muy caro por ello, pero aún no era el tiempo, según Kim Namjoon. Seokjin ya estaba arto de todo aquello y decidió no intervenir más en el asunto de su hija, pero claramente no permitiría que nadie más muriera porque de nuevo su esposo no había encontrado al susodicho de la carta.

El sonido de un disparo lo hizo salir de sus pensamientos y cuando observó la escena, Kim Namjoon había disparado en la pierna del mayor quien gritó por el dolor de la intromisión de la bala, Seokjin con Clara furia en los ojos salió detrás de la roca y cuando menos lo esperaba ya se encontraba frente a Kim Namjoon, a su vez, cubriendo al hombre que yacía en el suelo con una bala en su pierna.

-Baja el arma, Kim Namjoon.
-habló Seokjin observandolo no bajar su arma-

-¡Te he dicho que bajes la maldita pistola!
-gritó con furia sorprendiendo a Namjoon, quien mantenía su arma firme y respiraba agitado-

-Jinnie, aléjate, quítate del medio, voy a matar a ese hijo de perra por no haber protegido a mi hija -Frunció su ceño empuñando aún más el arma en su mano haciendo que las venas resaltaron en ella-

-No vas a matar a nadie, ¡baja ese estúpida pistola ahora! -gritó una vez más haciendo que todos los hombres alrededor bajaran la mirada hacia el suelo-

-Quítate del medio, esto no es asunto tuyo.
-gruñó mientras hacían un mohín con la pistola para que se moviera del lugar-

-Es asunto mío, porque también era mi hija, que mates a tantos hombres no hará que ella vuelva a nosotros, ¡entiéndelo carajo!
-Seokjin empuñó sus manos logrando que sus nudillos se pusieran color blanco-

-Muévete o voy a tener que...

-¿Que es lo que harás, Kim Namjoon?
¿Vas a dispararme? ¿Le dispararías a tu propio esposo? -Seokjin rodó los ojos y lentamente se acercó a Namjoon hasta que su cabeza chocó con el arma, quedando esta en su frente- Si vas a matarlo a él primero tendrás que asesinarme a mí...

Namjoon no respondió, solo sintió como su mano comenzó a temblar de repente y Seokjin quien en ningún momento bajó la mirada ante su esposo, estaba seguro que su hija jamás habría querido algo como aquello, sólo sonrió al ver la mano de su marido comenzar a temblar mientras las frías gotas de sudor caían por su frente, el resto de los hombres alzaron la mirada para contemplar la escena y quedaron sorprendidos por la escena.
Las pupilas de Namjoon se dilataron y el arma no se despegó ni un centímetro de la frente de su esposo.

-¿Que esperas? Hazlo, dispara ya.
-tentó Seokjin con el rostro rojo de rabia-

Namjoon seguía temblando mientras sus ojos se aguadaron y las lágrimas amenazaron con comenzar a salir.

-¡Dispara!
-gritó Seokjin con molestia-

Y en el momento en el que menos creyó, el fuerte sonido del disparo se escuchó, pero no se movió, más sin embargo el cuerpo que cayó, fue el de Namjoon de rodillas al suelo, mientras que Seokjin lo observaba desde arriba como lanzaba el arma a un lado, volteó a ver hacia el cielo, que fue a donde había disparado antes Kim Namjoon y sonrió satisfecho

Dío media vuelta y observó a los hombres aterrados pero que aún así se mantenían firmes.

-Llevenlo a un hospital.
-esbozó Seokjin a aquellos hombres y dos de ellos asintieron para ayudar a levantar el cuerpo del hombre quien mantenía presionando con fuerza su pierna sobre el suelo-

Se dío la vuelta observando a Kim Namjoon en el suelo, con los cabellos revueltos y el labios lijeramente temblando.
Volvió la vista a los hombres que quedaban y habló.

-Esta es la última vez que alguien hace este tipo de cosas dentro de MI casa, quien se atreva a desobedecer mis órdenes va a lamentarlo, van a respetar MI casa y MI presencia, ¿Entendieron?
-Seokjin frunció si ceño en espera de una respuesta que jamás llegó, puesto que los hombres observaban en dirección a Kim Namjoon en el suelo, como si quisieran que el fuese quien les dijera que deberían decir.

-¿Porque lo ven a él? ¿Es acaso que se les olvida que soy su jefe? Tengo el mismo derecho que él y si yo ordeno algo, esa orden debe acatarse, no olviden mi lugar, y el suyo, he dado una orden. ¿Entendido?
-preguntó de nuevo, y la grave voz de los hombres resonó con un fuerte trueno en el cielo acompañandolos-

-¡Si, señor!

Seokjin suspiro y les pidió que se retiraran, cuando estos lo hicieron, observó el cuerpo de su esposo que aún permanecía en el suelo, simplemente lo ignoró y caminó dentro de su casa ahora sí, dispuesto a descansar.

                                  [🤍]
                              Maratón
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Don't Make Noise Minnie [Yoonmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora