Capítulo dos

6.1K 744 137
                                    

No había nada que Lucerys no pudiera conseguir, así que cuando su tío, dijo que él no podría conseguir un beso dado por el mismo Aemond, Lucerys lo tomó como un reto, como una meta personal, no había nada que impidiera que consiga un beso.

Así que al día siguiente el ya tenía un plan para conseguir su objetivo.

Sabía que tenía que provocarlo, pero tenía tenía averiguar cómo, Lucerys dudaba que los celos funcionarán en este caso, así que pensó que podría molestar a su tío lo suficiente como para llevarlo al límite llegó a una conclusión, la atención, recordaba que cuando Aemond no tenía a Vhagar raras veces le prestaban atención, por lo que sería un buen inicio ya que siempre pudo notar que Aemond odiaba eso porque le recordaba la época en la que no era más que el segundo hijo del rey.

Ya tenía algo, otro podía ser el no responder a sus provocaciones sabía que eso molestaría a Aemond porque este pensaría que no le tomó importancia a su propuesta.

Así que con eso en mente, Lucerys se preparó para iniciar el día, pasaría por el lugar de entrenamiento de Aemond pero no le miraría ni respondería si este lo saludaba, iría directo al árbol donde le gustaba leer a su madre y se quedaría ahí leyendo más sobre Driftmark y practicando su lectura de Valyrio, luego vería a Arrax, por último en la cena se sentaría frente a su tío y no lo miraría.

Tal como dijo, Lucerys pasó vistiendo los colores rojo y negro, por el lugar donde su tío entrenaba y también como lo supuso este lo miró, ya que podía sentir la mirada de su tío puesta en él.

"Sobrino ¿no vas a entrenar?" Ante el tono calmado de su tío, Lucerys se estremeció podía sentir lo confiado que estaba Aemond, pero tal como lo dijo no contesto.

Aquello dejo descolocado a Aemond no esperaba que su sobrino le pasara de frente sin siquiera darle una mirada, lo peor es que ni siquiera lo vio de reojo, simplemente fingió que no existía y que nunca había hablado, tenía ganas de ir agarrar su mano y preguntarle quien demonios cree que es, para dejarlo con la palabra en la boca, pero se contuvo, no caería en lo que sea que Lucerys estaba haciendo, no cedería a sus impulsos.

Tal como espero, Lucerys tuvo la mirada de su tío sobre el todo el tiempo que estuvo ahí, luego dio su vuelta para ir a leer, estuvo tranquilo hasta que un guardia se paró frente a él.

"El príncipe Jacaerys Velaryon, solicita su presencia" anunció y eso dejó confundido a Lucerys ¿que quería su hermano? Asintiendo se levantó

Siguió al guardia hasta los aposentos de su hermano, donde luego de entrar pudo ver a Jace quien estaba sentado con un libro en las manos.

"Me mandaste llamar" Jacaerys se volteó a verlo.

"Ayer una doncella te vio con Aemond, según contó te estaba amenazando y hay rumores de que hoy no lo saludaste" el tono de su hermano no era de reproche era de curiosidad.

"En realidad tuvimos una conversación y no sabia que era pecado no saludar a alguien, simplemente no lo escuché " habló Lucerys mirando la habitación tan parecida a la suya.

"Lucerys, no puedes decir que no lo escuchaste porque Aemond lo gritó" Jacaerys se río por la cara de Lucerys.

"¡Estaba pensando en otras cosas!" Gritó Lucerys tratando de quitar la sonrisa divertida que tenía su hermano.

"Oh, si, dime hermanito ¿estabas pensando en lo sexy que se ve ahora sin un ojo? Porque ya no veo la culpa en tu mirada cuando do lo ves" Jacaerys siguió riendo abiertamente a costa de su hermano.

"¿Qué me dices tu? Faltaba poco para que se te caiga la baba por el tío Aegon" ante eso Jacaerys dejo de reír.

"Has aprendido a jugar sucio, pasas mucho tiempo con Daemon" Jacaerys ahora solo negaba con la cabeza.

"Bien si no quieres que cuente tu secretito, no cuentes el mío y un consejo deberían ser más discretos" luego de decir eso Lucerys camino hasta la puerta.

"¡somos discretos!" Gritó Jacaerys antes de que el salga por completo.

Camino por los pasillos dispuesto a llegar a sus aposentos y arreglarse para la cena, no estaba en sus planes hablar con su hermano, por lo que mañana tendría que ir a ver a Arrax, tampoco estaba en sus planes encontrarse con su tío en el pasillo.

"Sobrino" escucho la voz de Aemond saludando, sabía sabía iba dirigido a él pero aún así volteó confundido fingiendo buscar a alguien detrás de él, solo para molestarlo "sabes muy bien que es a ti" Aemond sabia que Lucerys solo buscaba provocarlo y no pensaba caer, pero aún con esa afirmación Lucerys lo pasó de largo sin mirarlo otra vez fingiendo que Aemond no estaba ahí.

Dos veces en un día, Aemond no sabía cuánto podría soportar que su querido sobrino no le preste atención.

*****

La hora de la cena había llegado, en un gesto de buena voluntad todos habían decidido cenar juntos pero solo la cena, de otro modo las miradas en verdad matarían.

Lucerys tomó el mismo asiento que ayer había iniciado todo este juego entre el y su tío, juego que parecía estarle costando a Aemond.

A pesar de estar frente a frente Lucerys hizo de todo por no mirarlo y lo consiguió porque durante toda la cena, no le dio a Aemond ni una mirada de reojo, había pasado completamente de él.

Para alegrar un poco el ambiente había música, luego de que su hermano sacara a bailar a Helaena y luego juntos sacaran a Aegon y entre los tres hicieran un baile raro, Lucerys se levantó y sacó a bailar a Rhaena.

Aemond no le quito el ojo de encima, Lucerys en verdad estaba molestándolo con su actitud.

Cuando acabo todo y todos se dieron sonrisas falsas y se dieron falsos buenos deseos, cada quien fue a sus aposentos.

Aemond siguió a Lucerys.

Lucerys sintió que su tío lo seguía.

Aun así ninguno dijo nada, Aemond indirectamente lo acompaño hasta sus aposentos y una vez que entro, se fue a los suyos, su intención había sido molestar a su sobrino pero por algún motivo solo lo siguió en silencio como si fuera su guardia personal.

Confundido camino hasta los suyos, sin saber que demonios había pasado y porque le molestaba tanto que Lucerys no le preste atención.

🔥

Lucerys tiene un plan y sabe lo que quiere.

Espero que les guste<3

Aemond's proposalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora