capitulo dieciocho

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En cuatro años pasan muchas cosas, buenas y malas, Jacaerys había terminado su entrenamiento y ahora con diecinueve años, estaba preparándose para la que sería su coronación, Aegon lo estaba ayudando.

"No estés nervioso amor" Aegon beso el anillo en el dedo de Jacaerys, antes había pertenecido a su padre y a la Reina Aemma, ahora eran suyos, porque representaban un gran amor como el que ellos tenían. "Serás un grandioso Rey, ya lograste mucho solo siendo el príncipe de Dragonstone, harás mucho más, eres un dragón"

Las palabras de su esposo sonaron reconfortantes, y bajaron considerablemente su ansiedad, ahora solo necesitaba ver a sus padres.

Rhaenyra ingresó, a los aposentos  sonriéndole a Aegon, mientras esté se inclinaba levemente ante ella y la llamaba 'Reina Madre', se acercó a su hijo abriendo sus brazos, Jacaerys no necesitó otra invitación, dejó que su madre lo abrazara y se sintió como un niño chiquito en los brazos de su madre asustado por afrontar un nuevo reto, pero listo y preparado para todo.

"Lo harás buen mi niño valiente, mamá siempre estará para ti y te ofrecerá sus consejos o sus abrazos cuando lo necesites" Rhaenyra beso la mejilla de su hijo cariñosamente, en ese momento Daemon ingresaba a los aposentos seguido de Viserys, el niño de seis años fue a jugar con su tío Aegon quien lo recibió con una sonrisa.

Jacaerys se alejon de su madre para ver a Daemon, se pararon frente a frente, Jace ya casi tenia la misma altura que Daemon siendo aún media cabeza más bajo.

"Estoy orgulloso de ti, así no sea tu padre, desde que te vi supe que tendrías un futuro brillante, un heredero digno, serás un rey justo, valiente, guerrero y estoy seguro que el reino gozará de paz contigo al mando" Jacaerys sonrió con tristeza, mirando a Daemon.

"Tu eres mi padre, así como otros lo fueron en su momento, tu me criaste y me enseñaste desde que tengo seis años, nunca me trataste distinto, te ganaste el título, gracias por todo papá" Daemon sonrió antes de abrazar a su hijo mayor que ahora estaba a punto de convertirse en rey, a punto de hacer real el anhelo de Viserys.

"No lo sabes, pero cuando eran un bebé, te sentaste en el trono de hierro sobre las piernas de tu abuelo y el dijo que en un futuro ese sería tu lugar, mi padre tenía razón" Jacaerys se sintió más confiado con todas las palabras y el recuerdo que sus padre compartieron.

Cuando estos salieron de la habitación supo que era hora.

Sería Daemon quien lo corone como rey de los siete reinos, con Aegon a su lado derecho.

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"La Reina Madre Rhaenyra Targaryen, la reina Dragón" la reina se adentro posicionándose justo al costado de Aegon, al frente estaban sus hijos parados en primera fila listo para ver a su hermano ser coronado ante los lores de los siete reinos.

Alicent también estaba ahí, solo que ahora vestía de negro, por su viudez, se había negado a volver a usar algún tipo de color, solo usaba negro y sus típicos adornos de los siete, seguía habitando en el palacio, cada día se fue haciendo mejor la convivencia con la reina.

Las espadas de los caballeros se levantaron cuando las puertas se abrieron, Daemon ya esperaba junto al trono con la corona que antes fue del Rey Jaehaerys 'El Conciliador', el rey Viserys 'El pacífico' y la reina Rhaenyra 'La reina Dragón', ahora pasaría a un nuevo rey.

Jacaerys caminó bajo la mirada de todos, subió hasta quedar frente al trono de hierro.

El gran septón se acercó y le marcó la frente, le hizo jurar en silencio ser leal a su pueblo y servir con justicia, cuando se retiro fue Daemon quien se acercó con la corona en mano, la colocó en su cabeza, para luego entregarle la espada de los reyes.

"Su Majestad, el rey Jacaerys Targaryen, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los primeros hombres, señor de los siete reinos y protector del reino" Jacaerys levantó la mirada, absolutamente todos en el gran salón se habían arrodillado, incluido Daemon, la única en pie haciendo solo reverencia era su madre.

Él le dio una mirada a todos antes de sentarse en el trono de hierro, fue entonces que se levantaron, esperando sus palabras.

"Ahora la responsabilidad de los siete reinos recae en mi, haré lo mejor por mi pueblo y serviré con justicia, una promesa para cada Lord presente, las puertas de la fortaleza roja estarán abiertas a aquello que tengan problemas, como su protector juro cuidar de ustedes" no hacían falta las palabras todos los presentes sabían que así era, Jacaerys había demostrado con acciones que tan bueno era en su papel.

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No fue más de una luna después que Lucerys estaba siendo nombrado como el nuevo Lord de Driftmark, su abuelo había decidido solo ejercer como consejero naval para estar más cerca de su esposa, la cual seguía siendo mano del rey, Daemon era el maestro de Leyes junto con su madre, Rhaenyra se encargaba de que los castigos no sean muy sanguinarios.

"Príncipe Lucerys Velaryon, de la casa Velaryon, señor de las mareas, Lord de Driftmark, comandante de la flota Velaryon, Lord Almirante" Lucerys se levantó y le sonrió a su hermano.

Aemond ahora era Lord comandante de la guardia de la ciudad y había sido nombrado caballero, la feliz pareja pasaría un tiempo en el desembarco del rey, queriendo pasar un tiempo con sus hermanos.

Daemon sonrió al saber que tendría a sus hijos, exageraba ya que estos venían muy seguido, no podían alejarse mucho de sus padre por más que lo desearan, su gemelas eran más únicas que faltarían, Rhaena estaba en el Valle, ahora casada y Baela vivía su aventura de conocer el mundo, afortunadamente escribían todo el tiempo.

Joffrey ahora de dieciséis años, gracias a su padre todavía estaba lejos de las garras de los mitad Hightower o al menso eso le hacía creer a su padre, el no tiene la culpa, todo había sido un sucio plan de Aegon, que porque no decirlo le había salido bien.

Ahora en la cena de ese día todos parecían estar felices, Daemon fingía no ver las miradas de Joffrey y Daeron, ya tendría tiempo más tarde para atormentar al menor de los hijos de Viserys, la única a la cual quería era Helaena pero la princesa y Lady de Winterfell, ahora estaba muy lejos, y no vendría hasta la siguiente temporada.

Todo era tranquilidad en el reino, el desembarco del rey volvía estar estable, ahora tenía un ambiente más agradable y el mismo pueblo podía sentirlo, lo problemas eran mínimos, cosas que con un par de palabras se soluciona.

Nuevos reyes, paz en el reino, nuevos Lords un nuevo inicio.

Todo gracias a una propuesta hecha en un pasillo de estos muros que guardaban sus secretos y agradecian que hayan guardado su secreto, tal vez los dioses tuvieron algo que ver, sea como sea, ese fue solo el inicio de su amor, que contra todo persistió, a pesar de los problemas pasados, hallaron a forma de superarlo y ahora sus corazones arden juntos en el fuego como dragones, después de todo el fuego no quema a los dragones y ellos lo eran.

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Y llegamos al final.

Espero que les guste este último capitulo <3

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