Capítulo tres

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Dos días. Era el tiempo que Lucerys había pasado completamente de él, curiosamente siempre lo encontraba o el menor siempre pasaba por donde él estaba y para Aemond ya era demasiada coincidencia.

No quería caer en el tonto juego de Lucerys, pero no le gustaba ser ignorado y menos si la persona a la que le hablaba pasaba o estaba justo delante de él, además a él nadie lo ignoraba, bueno nadie excepto Lucerys, pero ya vería ese bastardo le enseñaría que él también podía jugar a eso.

*****

Lucerys empezaba a ponerse nervioso, su madre ya le había preguntado que cosa le había hecho Aemond, pues este le había hablado frente a todo y Lucerys fiel a su palabra fingió no haberlo escuchado, lo único que le dijo a su madre es que era un asunto de tío y sobrino que ella no iba entender, Daemon se había reído por eso.

Justo ahora en la cena, Aemond no lo había mirado ni una vez, bueno con que también quería jugar, pues Lucerys le enseñaría como se juega.

Dejo de prestarle atención a su tío, para hablar con Rhaena, era con la que más confianza tenía, ambos reían de los poemas que los caballeros dejaban debajo de su puerta, Rhaena era preciosa y de lejos se podía notar.

"Luke tienes que probar esto" alzó una cuchara de plata con algo que Lucerys estaba seguro nunca había probado.

"No, definitivamente no, eso ni siquiera se ve rico" protesto Luke alejando la cuchara de él, llamando la atención de Aemond.

"No se tiene que ver rico, para tener buen sabor" contestó Rhaena llevando la cuchara a su boca y tomando otra para hacerle probar. "Mira hagamos esto, si no te gusta puedes pedirme lo que sea pero si te gusta vas a tener que admitir que estabas equivocado y que las cosas no se juzgan por como se ven" Lucerys asintió aunque odiaba admitir que se equivocaba.

Rhaena le dio una cuchara de esa cosa y sinceramente no tenía un mal sabor pero era demasiado dulce para su gusto, pero eso no impidió que no sirva para algo, Lucerys notó la mirada de su tío sobre él, así que en un lento movimiento sacó un poco la lengua y la paso por su labio inferior, sintió el ojo de Aemond detenerse ahí más tiempo del suficiente, ya tenía la segunda parte de su plan.

"Si llega a saltar sobre ti, no te ayudaré" su hermano se acercó a él para decir eso y Lucerys sonrió divertido.

"Si llegas a hablar con Aegon de tus sentimientos algún día que sea antes de que muera, quiero estar ahí para decirte si saltas sobre el, no te ayudaré y tu si que podrías hacerlo, después de todo tu forma de coquetear con él, es con insultos y golpes" Jacaerys lo miró y parecía querer matarlo ahí mismo.

"¿Qué me dices de ti? Las burlas y provocaciones son lo tuyo ¿no?" Habló y Lucerys asintió tranquilo mientras tomaba su copa para beber su contenido.

"Así es, eso ¿como era? Ah si, mantiene la chispa que nos caracteriza" dijo y ambos se callaron cuando una doncella fue a rellenar su copa.

"Algún día ese tonto juego llevará a uno a un límite que lo hará hacer algo que no desea" los hermanos estaban tan metido en su conversación que no habían notado que todo los estaban mirando.

"Si, pero no seré yo" Lucerys volvió a comer agradecía que Jace casi se caía de la silla para hablar con él y así nadie escuché.

"Aemond, escuché que eres un espadachín muy bueno" Rhaenyra quería quitar un poco el ambiente tenso que todos tenían.

"Así es" respondió Aemond sin mirarla

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