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– Cierra tus ojos y relájate, yo me encargaré de todo – Le susurré al oído.

–...– Asintió con la cabeza y se dejó llevar.

Volví a bajar hasta quedar entre sus piernas, allí hice lo que pude con mi lengua hasta que acercó completamente a su centro para lo que seguirá devorando, luego de unos segundos liberó un gemido y me soltó a pesar de eso no me detuve hasta que llegó por segunda vez.

– Oh Dios, ¿qué fue eso? – Se cubrió el rostro con sus manos – ¿Es hechicería? – Rápidamente las quitó para poder verme – Porque si es así te llevaré de inmediato.

– Ya cállate – Me senté a horcajadas en ella y la besé por un largo rato.

(.....)

Tenía su hermoso cuerpo a mi merced nuevamente, sin embargo, cuando mis dedos comenzaron a hacerle cosquillas cerca de su zona íntima abrió los ojos de golpe y me alejó de su cuerpo con un empujón, este me hizo caer dela cama.

– ¡Verónica!.

– Auch... – Me quejé desde el suelo – Solo debiste decirme que no querías y me hubiera alejado – La vi taparse con las cobijas mientras yo me paraba – Jamás te obligaría a hacer nada.

– Yo... de verdad lo siento, no quise lanzarte, fue solo la reacción de momento y...

– Hey, tranquila – Me senté junto a ella para acariciar su rostro.

– ¿No te lastimaste?.

– Nop, no pasó nada, mira, estoy bien – Me señalé y ella mostró su hermosa sonrisa – ¿Quieres ropa para dormir?.

– Claro.

– Por la mañana iremos a bañarnos – Busqué en uno de mis viejos muebles y saqué dos camisones.

– ¿Juntas?.

– Si – Le entregué el suyo para poder vestirme.

Cuando ya estuve lista me recoste junto a ella y cubrí mi cuerpo, luego de un rato me giré en su dirección para quedar cara a cara.

– Buenas noches, cazadora – Susurré.

– Buenas noches, bruja, que descanses.

Tomé sus labios de sorpresa y los tuve prisioneros por un largo tiempo.

– También tu.

Luego de eso me giré sintiendo como Ana me pegaba a su cuerpo para abrazarme. Al saber que estaba cómoda, caí rendida en los brazos de morfeo.

Ana:

Cuando desperté me sentía como nunca, estaba llena de energía y tenía ganas de despertar a Verónica para que volviera a hacerme eso con su lengua nuevamente, sin embargo me contuve porque se veía tranquila durmiendo y aún estaba un poco oscuro.

Me puse de pie y tomé mi ropa para vestirme, cuando ya estuve lista salí a dar un paseo por el lugar y aproveché para llevar leña.

Encendí un poco de fuego para que Verónica no sintiera frío al despertar y después hice pan para el desayuno. Se me quemó un poco pero de seguro eso no le importaria.

Mmm... – Se quejó desde la cama.

El sol ya había asomado y los pajarillos empezaban a cantar, eso despertaba a la rubia.

– ¿Ana? – Con su mano tocó el lado donde ahora yo dormía y no me encontró – ¿ANA? – Se sentó de golpe

– Holaaa – Saludé con una enorme sonrisa desde el asiento que había junto al fuego.

Temptation  // VerAna //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora