Extra 1

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La maternidad era sin duda un mundo nuevo y complicado.
Decir que la pequeña Rei era una bebe posesiva era decir poco y es que no le gustaba compartir a su mamá Nako, siempre que podía la impregnada de su aroma a bebé aunque de igual forma adoraba a su mami Eunbi, más que nada porque le compraba cada semana algún peluche que ella quisiera. Por otra parte, adoraba a sus tías en especial a Sakura e Yuri, ellas siempre la sacaba a pasear a lugares bonitos y le sacaban miles de fotos que las hacían chillar de emoción.

—¿Quien es la bebé más linda de todos?

Rei miraba con sus bonitos y brillantes ojos a su madre mientras la vestían con un bonito vestido de color amarillo luego de ser bañada y mimada como tanto le gustaba que su mami omega hiciera con ella.

—Si, mi pequeña Rei es la bebé más bella de todas.—Los labios de Nako se dirigieron a sus pequeños piecitos de bebé y dejo varios besos que sacaron una risa dulce que ablandaba el corazón de cualquiera, en especial de su tía Sakura.

Nako mantenía una dulce sonrisa mientras carga a su pequeña bolita de amor entre sus brazos, buscando su bolso se dispone a salir de su hogar lista para ir al supermercado.
El viaje en auto era algo que le gustaba mucho a Rei, ver las nubes, personas y mantener a su bonito peluche de conejo con ella era suficiente para tenerla feliz aunque sabía que tenía una misión.  Su mami Eunbi le había pedido que cuidara de su mami Nako, debía mantener lejos a quien quisiera acercarse y ella cumpliría su misión aún si estaba sentada en uno de esos asientos para bebé.

Mantenía su mirada fija en la omega que compraba todo lo que tenía en su lista, poniendo un bote de fórmula que no le gustaba, la pequeña comienza a balbucear haciendo notoria su molestia aunque Nako solo termina besando su cabeza mientras sigue colocando varias cosas en su carrito, de un momento a otro Rei queda fascinada viendo a su madre, sus bonitos cabellos negros acentúan su rostro y la hacen ver tan linda que parece hipnotizada. A Rei le gustaba mucho su mami, adoraba que la cuide tanto y ese rico aroma dulce que la puede hacer dormir en cualquier lugar, tenía tanta suerte de tener una mami como ella.

—Que linda bebé ¿Es tuya? — La voz de un alfa pone alerta de nuevo al bebé, poniendo sus bonitos ojitos sobre el desconocido.

—Si, es mía.— Nako da una sonrisa amistosa pero no le presta atención al tipo frente a su carrito y sigue tachando algo de su lista, el alfa desconocido sigue tratando de llamar su atención hasta que fija su mirada en la bebé.

Rei parece molesta, no le gustaba que se acercarán a su mami, así que cuando esté intenta tocar su mejilla la bebé no tarda en abultar sus labios y rompe a llorar asustando a todos en el pasillo. La omega no tarda en tomar a la pequeña en brazos y trata de calmarla cantando como la mayoría de veces lo hace, parece que se olvida del mundo a su alrededor pues solo intenta tranquilizar a su pequeño pedacito de nube como suele decirle a veces, suaves caricias en su espalda parecen calmar lentamente a Rei.
El alfa que anteriormente quería hablar se despide un poco avergonzado aunque Nako no le presta atención, siendo que cuando esté se aleja la bebé parece estar como sin nada, poniendo su manita en su boca.

—No se porque siento que Eunbi tiene que ver en esto.— Nako deja escapar un suspiro mientras su bebé se acurruca entre sus brazos y duerme durante lo que resta de las compras.

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Eunbi abre la puerta de su hogar con una expresión agotada, no tenían más de 11 meses desde que se graduaron y  5 meses desde que Rei había llegado a su vida, ser padres primerizos era aterrador y es que aunque la madre de Nako se había ofrecido a pase una temporada con ellas luego del nacimiento de Rei, la omega asé negó diciendo que ellas podían hacerlo y que era bueno que aprendieran, por supuesto la primera vez que se enfermo, su primera alergia e incluso el primer baño fue una odisea para la pareja que estaban aterradas de que pudieran herir a su lindo bebé de alguna forma. Al final ambas lo superaron y aprendieron a llevar esa nueva etapa de su vida, su bebé las había hecho cambiar para bien.

Dejo a un lado su bolso junto con sus llaves mientras entraba y se permite respirar un poco de calma. En los últimos días se había dedicado a componer y producir musica, tenía bastantes solicitudes de grupos e incluso solistas para tener alguna de sus canciones y es que las baladas de Nako tenían bastante éxito siendo esa la razón por la cual la habían buscado y sus letras que eran aunque eran distintas de igual forma atrajeron algo de gente, extrañaba demasiado tener a su bonita omega en el estudio pero por obvias razones ahora era algo complicado eso.

—Ya estoy en casa.— Escucha algunos pasos en la cocina y se dirige ahí, Nako terminaba de preparar la cena mientras su pequeña la admiraba desde su asiento para bebé y con su conejo entre sus regordetas piernas, Eunbi se acerca la bebé y deja un beso en sus cabellos negros y dirige toda su atención a Nako, rodeando su cintura con sus brazos deja pequeños besos sobre sus mejillas mientras está intenta no reír.

— ¿Cómo te fue hoy en el estudio? ¿Sirvió mi canción? — La azabache sirve los platos con algo de espagueti a la boloñesa.— Siento que era demasiado cursi pero es algo que tenía desde hace rato en mi cabeza.

Eunbi no puede evitar suspirar y acomoda su rostro en el cuello de la omega, la amaba tanto que se siente completa ahora que está en casa.

—Si, les encantó a todos.— Inhala el aroma tan característico de su cuello, tan dulce que su lobo ronronea.— Algunos grupos quieren la canción pero quiero que tú decidas a quien se la darás.

Termina por soltarla y toma los platos de la encimera y los lleva a la mesa, enseguida de dejarlos toma a Rei y la coloca en su sillita mientras da otro beso en su cabeza, la bebé balbucea y parece querer decirle algo.

—¿Cuidaste bien a mami Nako? ¿No dejaste que nadie se acercara?— Una risa por parte de la bebé le confirma que lo hizo. —Luego te daré lo que acordamos.

La bebé solo balbucea algo y mete su puñito en su boca. Nako no tarda en llegar, secando sus manos con un trapo mientras se sienta a lado de Eunbi y se siente bien, mira a su pareja jugar con la bebé mientras la calidez del hogar le da una sensación de paz, de comodidad que solo puede suspirar. Nako era feliz con su vida, tenía todo lo que podría pedir y aunque aún le quedaba demasiado por vivir estaba lista para seguir con los siguientes retos que le de la vida.

—Dejare que tú decidas a quien darle la canción, confío en ti Eunbi.— Mete un poco de comida en su boca y termina por acercar una pequeña libreta de color azul a la más alta.— Tengo más canciones aquí, Rei es muy buena inspiración.

Y lo era, su pequeño pedacito de cielo era su mejor musa luego de Eunbi, aunque la pequeña no entendiera nada de ese mundo solo sabía que era realmente muy afortunada de tener unas mamis que la quieren mucho aunque por supuesto adoraba más estar más con su mami Nako pero eso no se lo diga a Eunbi.
La cena transcurre entre algunas bromas y besos entre la pareja, no es hasta que un quejido por parte de Rei les hace poner toda su atención en ella, siendo rápidamente tomada por la omega, desabrocha su blusa un poco para permitirle comer, un suspiro por parte de la bebé hace reír a la pareja que solo observa como  se alimenta durante un rato hasta que sus ojitos se van cerrando, el aroma de su mami Nako siempre la adormece de esa forma, sus manitas se vuelven puñitos y termina por dormir apenas termina de cenar un poco.
Con movimientos suaves, la azabache termina por dejar a la bebé en su cuna, rodeada por almohadas que eviten se lastime y con su fiel amigo el conejo termina por perderse en el mundo de los sueños.

—Ahora que se durmió, que tal si tú y yo hacemos algo divertido— Sugiere Eunbi como si de una adolescente se tratara, Nako quiere negarse pero las manos de la alfa sobre su cintura se siente bien y antes de que piense en algo más es llevada a su habitación en donde una vez más se demuestran cuánto se aman.

courtiser 「Yenyul/Yuren 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora