Al no tener dinero suficiente para pagar sus estudios Harry Styles decide abrir una cuenta de contenido exclusivo para clientes especiales sin saber que Louis Tomlinson; su mejor amigo es uno de sus mejores consumidores.
Esto es para ti que me motivas a pasar de mi cabeza a la pantalla éstas palabras.
Harry se encontraba sobre su cama ansioso viendo cómo aquella pequeña barra azul de porcentaje se llenaba poco a poco, al llegar a 100 sonrió levemente esperando que dentro de poco pudiera cosechar los frutos de aquellas fotografías publicadas. Se imaginó que cosas pagaría con el dinero, cómo su alquiler, la colegiatura de su escuela o la mensualidad de su automóvil. Una de sus fotos normalmente le daba 500 dolares a la semana, y con un poco de suerte algun pervertido lo buscaba para solicitarle alguna pedido especial, cómo había estado pasando durante las últimas cuatro semanas, se trataba de un sujeto llamado “top_21.91” que le había enviado comentarios alagando desde sus primeras hasta sus últimas actualizaciones haciéndole saber a Harry que había comprado todo su contenido, el rizado fue amable y agradecido con el seguidor cómo con todos hasta que recibió un incomodo “me casaría contigo si te conociera” por parte de top_21.91, en ese momento dejó de contestar. Styles comenzó a notar cómo la gente comenzaba a consumir aquellas fotos con lencería coqueta sin llegar a ser vulgar que había subido a su cuenta “bunny_69” los mensajes privados comenzaron a llegar y el primero cómo siempre fue de aquel suscriptor.
“Podría ver estas fotografías todo el día”
“Me encantaría conocer el bello rostro de la dueña de las mejores pajas de mi vida”
“¿Podría tener algún tipo de contenido exclusivo?”
“Te lo pagaría bien, cariño.”
Harry rió levemente al leer el segundo mensaje, poco después se puso de pie cerrando al mismo tiempo aquella ventana dejando el computador encendido para ir a tomar su merienda y un baño, debía terminar antes de que su compañero de carrera y mejor amigo llegara a su departamento para su tan especial y acostumbrada noche de chicos semanal.
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Un omelette de champiñones con queso, una taza de té verde y un baño después el interphone de Harry sonó tres veces, sabía que se trataba de su amigo, pero aún así levantó el teléfono.
—¿Sí?
“Soy yo Harry, abre.”
—¿Quien habla? — Fingió no saber que se trataba de aquel ojiazul.
“Soy Louis, tonto” — El ojiverde rió levemente.
—Ya, ya, ¡tranquilo! Ahora te abro. — Lo tranquilizó de manera juguetona, rió una vez mas antes de presionar aquel botón gris dandole el acceso al edificio. Harry vivía en el cuarto piso, así que Louis subió por las escaleras. Al llegar a aquel piso se encontró con su amigo rizado esperandolo frente a la puerta. —¡Hey!
