Día 5: Vida doméstica

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La tarde era fresca gracias al viento otoñal, la gente se disponía a cerrar sus negocios o trasladarse a sus hogares, Todoroki Shoto era de estos últimos, caminaba tranquilamente por el parque para cortar camino hacia el complejo de departamentos en donde vivía junto a un chico llamado Denki.

Conforme avanzaba divisó la misma banca en la que hace unos años encontró a su desorientado roomie que había comido un postre mágico sin saber, cada que pasaba por ahí se reía recordando las incoherencias que decía el rubio estando bajo los efectos de esa sustancia. Pero fue una caja colocada bajo la banca lo que llamó su atención, sabía que eso no estaba ayer y la hubiera ignorado de no ser porque le pareció ver que ésta movía, creyó ver mal pero el movimiento se hizo más evidente así como unos sonidos desde el interior.

Apresuró el paso y se acercó distinguiendo los chillidos de un cachorro, sacó la caja y la abrió comprobando que dentro había un perrito abandonado, el pobre lucía asustado y lo miraba con sus ojitos tristes. Le dolía saber que la gente era tan cruel, lo dejaron aquí encerrado dejando que se ahogara probablemente. Sin dudar tomó al pequeño entre sus brazos y lo cubrió como pudo con la chaqueta que llevaba.

—Espero que Denki no se moleste.

Entonces retomó su andar a casa, su compañero era gentil y esperaba que no fuera un inconveniente llegar con el cachorro, alguna vez el rubio le mencionó que tuvo un perro cuando era niño. Desde que Shoto y Denki iniciaron la universidad se hicieron roomies, ya que no tenían opción pues el lugar estaba bien ubicado y la renta no era tan cara, fue una fortuna haber podido firmar antes que otros estudiantes a sabiendas de que sería compartido y aunque les fue difícil lograron acoplarse a vivir juntos ya que tenían personalidades, hábitos y horarios muy diferentes, para empezar ni estudiaban lo mismo.

Shoto estudiaba psicología y Denki una ingeniería en sistemas, nada que ver una con la otra pero vaya que les servía cuando se ponían a estudiar para un examen explicándole los temas al otro, no entendían mucho pero hacían un esfuerzo por apoyarse mutuamente.

El sol se estaba ocultando por completo cuando Shoto llegó a su apartamento en el tercer piso y entró notando que las llaves de su roomie no estaban, inmediatamente llevó al cachorro al baño y se dispuso a preparar agua para darle un merecido baño.

Media hora después Kaminari Denki llegó al hogar cargando una bolsa con comida, era su turno de cocinar pero no tenía ánimos así que pasó al restaurante que le gusta tanto al bicolor e hizo una compra. Anunció su llegada y caminó a la cocina, en la isla dejó las raciones de cada uno y se dispusó a sacar unos vasos para servir agua, estaba distraído en sus pensamientos hasta que escuchó unos ruidos y quejas de su roomie, se iba a asomar por el marco de la cocina cuando lo vio acercarse corriendo o más bien persiguiendo a una mata de pelos que también corría por el departamento, se agachó para atraparlo y lo miró con curiosidad, luego esperó una explicación del más alto.

—Lo dejaron en el parque, quise traerlo y bueno... No sé si estás de acuerdo en que se quede. Es travieso y ruidoso ¡me recuerda mucho a ti! Mira hasta pareciera que tiene un rayito en el costado —señaló Shoto haciendo que mirada mejor al perrito, parecía una cruza de labrador, su pelo era amarillo muy brillante y ciertamente tenía un par de mechones más obscuros alrededor de su cuerpo.

—Tú odias salir... Va a necesitar que lo saques a pasear —comentó el menor acercando al animal a su pecho, estaba muy a gusto con las caricias que le daba detrás de la oreja.

—Bueno dijiste que no puedo vivir aislado para toda la vida, es lo que necesitaba —replicó con una media sonrisa, le hacía ilusión tener una mascota, antes de independizarse siempre recibía negativas pero esperaba que ahora fuera diferente, buscó su mirada para insistirle sin palabras que accediera.

Encontrémonos siempre [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora