Aemma, la segunda hija de la princesa heredera Rhaenyra Targaryen. Era una princesa muy querida por todo el reino. Más bien adorada por su tío Aemond Targaryen. Ellos saben que tienen que acabar juntos, pero los problemas familiares se los impiden.
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𝐄𝐲𝐞 𝐟𝐨𝐫 𝐞𝐲𝐞 𝐈
La princesa Aemma Targaryen se encontraba en su habitación llorando por la pérdida de su padre, Harwin Strong. La niña se pasó llorando toda la noche desde que le informaron sobre el fallecimiento del hombre. La causa de la muerte fue por un incendio.
Aemma estaba triste por perder a su padre y porque él le prometió que volvería para ver a su hija feliz casándose con Aemond y ahora nunca lo podrá volver a ver. Su madre, Rhaenyra, intentaba que su hija estuviera tranquila para ir al funeral de Laena Velaryon la cual murió en el parto de su tercer hijo junto a Daemon Targaryen.
Rhaenyra sabía que su hija estaba enfadada con toda la gente que había organizado el funeral de su tía. Porque casualmente se había dado en la misma fecha del funeral de su padre junto con Lyonel Strong. La pequeña tenía un plan, escaparse con su dragón el día antes para llegar donde se celebra el funeral. Sabía que se metería en problemas, pero no le importaría. Solo quería despedirse de su padre.
Así lo hizo, toda la gente se desesperó cuando vieron que la princesa no estaba en su dormitorio en la mañana. Su madre estaba enfadada y preocupada por dónde había ido. Todos asistieron al funeral menos ella. Aemma asistió al funeral y aunque para todos era una desconocida, ella estaba ahí. Al momento de acabar el funeral, se fue volando hacia Driftmark, donde se celebraba el funeral de su tía.
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Volvió por la tarde. Cuando llegó se llevó un gran regaño por parte de la princesa heredera. La cual la regañó por no estar en el funeral de su tía y su padre está muy mal por la muerte de su hermana. Aemma lo entendió y le pido perdón.
Salió del lugar caminando mientras veía el mar. A lo lejos visualizo una cabellera blanca. La cual ella la reconoció como Aemond. Fue corriendo hacia él, dándole un susto.
—Aemma me has asustado—le dijo el peliblanco a su sobrina mientras que se ponía una mano en el pecho—te encuentras mejor, tu madre me ha dicho que te encontraba mal y que por eso no has podido asistir al funeral de tu tía.
