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𝗨𝗻𝗮 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗮 𝘁𝗼𝗰𝗮𝗿𝘁𝗲 𝘀𝗶𝗻 𝘁𝘂 𝗽𝗲𝗿𝗺𝗶𝘀𝗼
ⁿᵇ ʳᵉᵃᵈᵉʳ
𝐰𝐚𝐫𝐧; Acoso, abuso sexual.
Mi idea no es usar estos actos de alguna manera positiva, es pura parte de la historia y no se debe replicar ninguna de estas acciones.
︶︶︶︶꒷꒦︶︶꒦꒷˚๑
🎃 𝗠𝗶𝘆𝗼𝗸𝗼 𝗦𝗮𝗵𝗮𝗿𝗮
Con tu novia volvías a casa, estaba terminando la noche de Halloween, se había disfrazado de vampiro y tú de fantasma, haciendo un dúo imparable en toda la noche.
-Fue una noche bastante divertida. – Sahara sonrió, haciéndote olvidar por un rato que sentías la mirada tan fija detrás de ti mientras caminabas al lado de ella. – ¿Estás bien, __? – Te preguntó mientras miraba como cada vez caminabas más rápido.
-Si, solo necesito llegar a casa. – Cuando llegaste a la entrada del edificio de Sahara, le diste un beso rápido en sus labios. – Nos vemos mañana, te amo. – Susurraste antes de irte a tu casa rápidamente.
-Ni siquiera me dejo corresponderle... - Murmuró, mientras te veía irte. Algo raro estaba pasando contigo y no era normal.
Cuando doblaste a la esquina de la calle, alguien agarro de tu brazo. Era quien estaba siguiéndote hace un rato.
-Hola, ¿Por qué te encuentras a esta hora por las calles? – preguntó el extraño con una sonrisa en su rostro, apretando tu brazo y tirándote hacia él. – Vamos, cariño. No resistas. – Lagrimas empezaron a salir de tu rostro, cayendo de tus mejillas.
-Por favor, déjame. – Rogaste al extraño mientras tratabas de liberarte de su agarre. – Déjame ir, te lo ruego. – Llorabas mientras te acercaba hacia él, abrazo tu cintura y se estaba acercando hacia tu boca.
Rotaste tu cabeza mientras sus ojos no paraban de soltar lágrimas.
El agarre del hombre en tu cintura se debilitó, después de que se te haya aclarado la vista, viste como se encontraba en el piso inconsciente su cuerpo.
-__, ¡¿Te encuentras bien?! – Sahara se acercó a ti, te abrazo con fuerza. – Lo siento por no haberme dado cuenta, en serio, discúlpame. – Apoyo su cabeza en tu hombro, mientras lloraban en medio de una esquina. Repetía una y otra vez las mismas palabras.
-Si, estoy bien, solamente me asuste. – Acariciaste su brazo, mientras levantabas su cabeza para que te mire. – Tranquila, ahora vayamos a mi casa, invito la cena. – Dijiste.
-No, yo insisto. – Asentiste, mientras caminaban a tu casa después del momento tenso.
-Está bien, la próxima vez seré yo quién invite. – Le dejaste un beso en su frente, mientras veías como se sonrojaba.
