promesas rotas; nanami kento (𝑒𝓃 𝑒𝒹𝒾𝒸𝒾𝑜𝓃)

veintisiete

"Creo que está dormida..." una suave voz susurraba a una corta distancia de mi. 

"¿Eh? Pero tiene los ojos abiertos."

"Está dormida CON los ojos abiertos, idiota."

"Los escucho claramente, chicos." Dije reaccionando finalmente, Maki y Yuta se echaron para atrás, mirándose entre ellos, divertidos. "No estaba dormida, estaba...reflexionando." dije con voz serena mientras me ponía de pie. Como si nada. Estiré los brazos. 

"Claaaaro..." dijo Maki, no muy convencida. "¿Es por ese hombre rubio, verdad?" 

Yuta me miró interesado, pero mis facciones no revelarían absolutamente nada. Era una piedra ante mis alumnos, no podía soltarles la sopa tan fácil.

"¿Hablan de Nanami-san?" dije fingiendo desinterés cuando en el fondo mis rodillas temblaban con tan solo mencionar su nombre. "Es un muy buen profesor por lo que he escuchado." dije acomodando un par de papeles tirados por ahí. "Ojalá tengan alguna clase pronto con él, algo podrá enseñarles."

"¿Un buen profesor?" dijo Maki, alzando una sola ceja, parándose a un lado mío intentando sacarme la información. Reí al darme cuenta de su malévolo plan. La miré con una sonrisa ladeada.

"No metas la nariz en asuntos ajenos." dije posando mi dedo índice sobre la punta de su nariz, Maki se sonrojó y apartó la mirada, tímida. 

"¿Eso significa que lo conoces?" preguntó Yuta, acercándose más a nosotras. 

Sonreí, nostálgica.

"Sí, lo conozco. Solíamos...salir cuando éramos jóvenes, cuando teníamos su edad." dije apuntando hacia ellos, Maki y Yuta se miraron, sus mejillas ardieron. "Duró poco, Nanami-san se fue de la escuela poco después. Pero fue muy lindo mientras duró." dije honesta, recordando aquella época de mi vida. Incapaz de creer que la historia se repetiría diez años después, ojalá ahora sin el drama, la traición y las lágrimas. 

"¿Lo amabas?" preguntó Maki, curiosa.

"Es difícil saberlo, era muy joven para saberlo." dije alzando los hombros, "¿listos para comenzar? Tres vueltas a la cancha."

"¡P-pero Arai-saaaan!" dijo Yuta, echando la cabeza hacia atrás.

"Eh eh eh, sin respingar. Empiecen." dije apuntando al área verde. 

Los dos chicos gruñieron mientras corrían hacia la cancha, trotando por un par de minutos mientras terminaban con su calentamiento, Yuta y Maki hacían competencias de qué tan rápido podían correr. Sonreí al verlos. 

"Mis niños..." dije en voz baja, sintiendo una gran necesidad de cuidarlos y protegerlos de todo mal. 

Mi celular comenzó a vibrar, suspiré sacándolo de mi bolsillo. Contesté, sosteniendo el celular entre mi hombro y mi mejilla, presionándolo para evitar su caída.

"¿Si?" dije aún mirando a los chicos entrenar, Panda e Inumaki se habían unido.

"¿Estás ocupada?" preguntó la voz de Gojo al otro lado. 

"Meh, los chicos están entrenando. ¿Qué pasó?" 

"Reunión de profesores." Suspiró pesado, rodé los ojos. Ambos odiábamos las juntas, pero sabíamos que era un mal necesario. 

"Ya era hora...Te veo en 5." dije antes de colgar. "¡Chicos, misma rutina de siempre! ¡Los dejo!" dije en voz alta, sacudiendo la mano como despedida. Todos asintieron, continuando con su entrenamiento. De alguna forma, Panda había atrapado a Maki por los tobillos y daba vuelta con ella. Sus gritos sonaban ligeramente divertidos, así que decidí irme.