"¡Haibaraaaa!" grité con las manos alrededor de mi boca, creando un sonido más llamativo. "¡Haaaaaibaaaaraaaa!" Repetí, nuevamente, sin respuesta alguna.
Me detuve por completo, sintiendo mi cuerpo petrificarse al pasar frente a una puerta, al verla, podía ver la cantidad de energía maldita que emanaba aquel lugar. Saqué mi celular para enviarle un mensaje a Nanami, informarle de la situación.
"¿No hay señal...? Maldita sea..." bufé, guardando mi celular en mi bolsillo. Suspiré, acercándome lentamente a la puerta.
Logré abrirle y el olor era horrible, putrefacto. Cubrí mi nariz con mi uniforme, haciendo una mueca mientras me adentraba.
"¡Haibara!" grité, el eco respondiéndome. "¡H-haibara! Si estás aquí es momento de salir.."
"¡Ar...Arai-senpai!" escuché su voz, lejana. Suspiré aliviada al escucharlo, corrí hacia la fuente de aquel sonido, una suave sonrisa dibujada en mi rostro. Lo había encontrado, todo estaría bien.
"¡Haibara!" repetí.
"Aquí, Arai-san" dijo él, entré a una habitación buscando con la mirada a Haibara.
"Ahí estás, bobo.." dije al ver la cima de su cabeza sobrepasar una mesa. "¿Qué haces aq...?"
Mi cuerpo se congeló por completo al posar la mirada sobre Haibara, junto a él había un pequeño niño llorando, cubierto de sangre, pero cuidando de él.
"¡A-ayuda!" dijo el niño, llorando, limpiando sus lágrimas con su mano, manchándose de sangre en el proceso.
Haibara se veía pálido, su sangre estaba cubierta de sangre que había tosido y la enorme herida en su pecho había revelado su enfrentamiento reciente.
"¡V-vámonos de aquí!" dije, tirando de uno de sus brazos para sacarlo de ahí, Haibara me miró con ternura, una suave sonrisa dibujada en su rostro. "N-no me veas así, vámonos, Haibara." Rogué con la mirada, tirando de su brazo. "¡Vámonos, Nanami te está buscando!"
"Arai..." dijo con un hilo de voz, desabotonó su camisa y logré notar un enorme agujero en su abdomen, cubierto con aquel líquido verde que los hechiceros tanto temíamos. Veneno. "Este es el final de mi camino..." dijo mirándome.
Negué con la cabeza, llorando.
"No, no, no. ¡No! ¡No puedes rendirte tan rápido!" grité, aún tirando de su brazo, sin saber que le ocasionaba más dolor que simplemente dejarlo en paz. Pero yo nunca aprendí a dejar ir, no me enseñaron a superar, a dejar de amar.
"_______-chan...por favor saca al niño de aquí...Están cerca, van a saber que está aquí." dijo tomando mi mano, mirándome a los ojos. "Por favor..."
Me hinqué, ignorando al niño, posé mis manos sobre su abdomen intentando curarlo, pero en cuanto lo hice me dí cuenta de que no serviría de nada. Su energía maldita había sido contaminada, no había nada que pudiera hacer por él. Pero me rehusaba a creerlo, ¿no había nada que podría hacer? ¿Sólo dejarlo aquí? No podía hacerle eso, no a Haibara.
Ambos nos tensamos al escuchar gruñidos extraños provenir de la habitación de al lado, la maldición estaba cerca, y estaba buscándonos.
"________, sácalo de aquí." dijo, ordenó. Su voz tensa, llena de miedo.
Miré al niño llorar, cubrir su rostro con miedo, temblando. Lo tomé entre mis brazos y miré a Haibara.
"Volveré por tí, no te muevas." dije, mi rostro era pálido y una ligera capa de sudor lo cubría. Intenté ocultarlo con un par de pedazos de madera, intentando darme más tiempo si la maldición tarda en encontrarlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/282380633-288-k255533.jpg)
ESTÁS LEYENDO
promesas rotas; nanami kento (𝑒𝓃 𝑒𝒹𝒾𝒸𝒾𝑜𝓃)
FanficTu rutina había sido la misma desde que entraste a la escuela, despertar, ir a clase, llegar tarde, estudiar, sacar calificaciones perfectas, y pasar el día con tus dos mejores amigos, Gojo y Geto. Todo tu esfuerzo con el único fin de convencer a Ya...