JUNIO.
Parecía imposible, pero Anna era quien se veía más relajada de los Kosh, quizás porque ella no sabía todos los detalles. Anna sería parte de la audiencia solo por unos minutos, luego tendría que esperar afuera a que todo terminara.
—Es increíble que vaya a verla luego de tantos años—me susurró Jenna—, siempre creí que Anna sería la última Parker a la que vería, lástima que no fue así.
—¿Estás nerviosa?
—Estoy enojada, Jeremi. No puedo creer que tuviéramos que llegar a esto, no es justo.
Le di la razón, no era para nada justo, mucho menos para mí hermana quien tenía que revivir malos momentos. La pobre apenas había salido de rehabilitación para luego ser bombardeada por problemas. Sin embargo, veía a Jenna segura de sí misma, nerviosa, molesta, pero segura, eso era un alivio.
A las diez de la mañana nos hicieron pasar, Anna se quedó junto a Astrid quien besó mi mejilla deseándome buena suerte antes de pasar a la sala donde se desarrollaría la audiencia.
A pesar de que Anna estaba más que atacada por no llevar a una cita decente a Astrid a esta poco le importaba que nuestro primer beso hubiera sido en mi cocina.
Quizás las citas no son para mí, Jer, por eso he fracasado estrepitosamente en cada una de ellas.
Sin embargo, tenía algo especial preparado para ella, solo quería que todo esto acabara para poder poner mi atención en algo más. No podía concentrarme en establecerme con Astrid si solo pensaba en la muy mínima posibilidad de que Anna pudiera compartir su vida con la señora Parker.
Jonas Fox fue el primero en hablar, luego Gutier Delaware soltó su verborrea barata de como Jenna había sido una mala madre.
Por un momento los ojos de Jenna se cristalizaron, tuve que tomar su mano tratando de transmitirle fuerzas. Jenna no era una mala madre, al contrario, trabajaba fuertemente para darle a Anna todo lo que pidiera, solo había pasado por cosas malas, cosas que la hicieron perder el rumbo y todo era culpa del hijo de esa mujer.
—¿Señora Kosh, es cierto que hace años no pasa un día completo en los cumpleaños junto a su hija?
Delaware hizo la pregunta maliciosa, como había advertido Fox el vejestorio se agarraría por ahí. Le hicieron más preguntas a mi hermana, sobre su estadía en rehabilitación, sobre sus múltiples parejas y sobre aquel episodio que fue motivo de que Anna pasara todos sus cumpleaños conmigo. Al final, hizo una pregunta extraña, una que Anna ya me había hecho y que yo llevaba años queriendo averiguar.
—Señora Kosh, hay algo que de verdad me causa curiosidad. ¿Por qué si sentía tanto resentimiento por su esposo y su familia llamó a su hija como su cuñada?
Jenna guardó silencio y miró sus manos.
—¿Señora Kosh?—insistió Delaware.
—Vi a Anna un par de veces, muchas de ellas en mi casa, Seth se... calmaba cuando ella estaba presente, él la amaba, ¿sabe? Y ella lo amaba aún más porque sabía que su infancia no había sido fácil—inicio Jenna con su relato—. Un día... Seth me había golpeado, me dio una bofetada que resonó en la sala de nuestra casa, no fue a más porque había sonado el timbre, era Anna. Ella siempre fue muy oportuna. Ya para ese momento sabía que estaba embarazada, me dije que si era niño se llamaría como mi hermano, Jeremiah, pero si era una niña le daría el nombre de la persona que siempre me salvaba, Anna. Por eso escogí ese nombre.
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Un Disfraz para Halloween | Festividades #3
Historia CortaLibro totalmente independiente, no es necesario haber leído MDEBDN y UEDSPSV. Jeremi Kosh vivía por su sobrina. Anna era su día, su noche, su todo, era más una figura paterna que su tío, después de todo su hermana Jenna lo había empujado a eso. Jenn...