D I E Z

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Los sonidos de la noche fueron los únicos que se escucharon mientras Jungkook y Namjoon caminaban por la aldea, a paso lento.

Jungkook estaba seguro de que cualquier alfa podía escuchar lo rápido que latía su corazón, por todos sus nervios. Seguro que Namjoon lo sabía.

-¿Qué dudas tienes, joven alfa? -Preguntó Namjoon, con seriedad, cuando ya estaban un poco alejados de la casa de Jungkook, y por lo tanto, del buen oido de su padre, al menos, si susurraban. Jungkook se dio cuenta de que Namjoon nuevamente había escondido su aroma.

-¿Crees que podamos ir al campo de entrenamiento un momento? Para que podamos practicarlo. -Mintió Jungkook. Solo quería poder hablar con libertad y sin tener miedo de que los escucharan. -Es una de estas combinaciones que me enseñaste hoy.

Namjoon no le había enseñado ninguna nueva. Tal vez fue por eso que detuvo su andar, y miró a Jungkook con los ojos vacíos.

-¿Qué estás haciendo? -Susurró Namjoon, tan bajo, que si Jungkook no hubiera estado a su lado, no habría escuchado.

-Solo... Vamos, ¿de acuerdo? Quiero hablar contigo. -Jungkook susurró también. -Esta vez sin pelear, lo juro, Namjoon.

Namjoon lo miró fijamente por unos segundos, y luego asintió.

-Vamos al campo de entrenamiento entonces. -Aceptó.

En los minutos que les tomó llegar al campo de entrenamiento, ninguno dijo una sola palabra. Jungkook tampoco esperaba que hablaran, era peligroso.

En la noche todo era más silencioso, y por lo tanto, mucho más fácil de oír.

Una vez que estuvieron en el medio del campo, Namjoon se sentó en el suelo y Jungkook se sentó a su lado, aunque dejando una distancia razonable entre ellos.

-Bien, joven alfa, cuéntame de qué quieres hablar conmigo. -Dijo Namjoon, aún con seriedad. Su aroma no estaba por ningún lugar.

Jungkook hizo una mueca por el nombre.

-¿Por qué sigues llamándome así? -No se suponía que eso fuera lo primero que iba a decir, pero realmente lo estaba molestando.

-No somos amigos, así que no es necesario llamarte de otra manera. -Su respuesta, evidentemente, le dolió. También le dolió que Namjoon ni siquiera lo mirara. -¿Es eso todo lo que querías decir?

-No. -Dijo Jungkook, negando también con su cabeza. -Quiero hablar sobre lo que pasó hoy.

-Y exactamente, ¿qué más queda para decir? Ya me dejaste claro que no somos amigos, y que soy asqueroso por haberte consolado. Yo entendí, y actuaré en consecuencia. Fin de la historia. -Dijo Namjoon, encogiéndose de hombros.

-No. -Jungkook se alegraba de que su voz no hubiera temblado. -Solo... Déjame hablar, ¿de acuerdo? Quiero explicar por qué dije lo que dije.

-No veo la utilidad de...

-Namjoon. -Impulsivamente, Jungkook puso su mano encima de la de Namjoon. -Por favor.

Fue entonces cuando Namjoon por fin lo miró. Parecía que estaba estudiando el rostro de Jungkook y decidiendo si era sincero o no.

-Bien. -Dijo, después de unos segundos. -Habla.

Namjoon no apartó su mano, y Jungkook no sabía qué hacer. No sabía si apartarla o no, si Namjoon se sentiría ofendido o no si es que lo hacía. Todo lo que sabía era que su mano era cálida y suave en el dorso, y que era la primera vez que Jungkook tocaba la mano de un alfa que no era su padre.

-Estoy asustado. -Confesó, sin despegar su mirada de su mano sobre la de Namjoon. -Estoy asustado por Jimin, y también porque desde que te conocí he comenzado a dudar de todo lo que antes había aceptado sin pensar dos veces. Siento haberte dicho que eras asqueroso por haberme abrazado, y por negar que somos amigos. Tú realmente... Eres mi amigo, Namjoon. -Dijo lo último mirando a los ojos a su amigo y maestro. -Para mí, eres mi maestro y mi amigo.

Antinatural • NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora