Brooklyn, New York.
No. No era un departamento en el último piso de un edificio de lujo. No tenía un ventanal enorme, sin embargo, desde aquella vieja azotea con un par de masetas y paredes con una pintura, la cual, a simple vista, parecía que llevaba años sin retocarse, Son ChaeYoung daba el primer paso para lograr su mayor sueño.
Brooklyn era la primer puerta para llegar a donde quería. Con quinientos treinta y dos dólares en su cuenta bancaria, una pequeña maleta con ropa y sus mejores cuadros, se había mudado a aquel pequeño cuarto en aquella azotea. Tenía una vista preciosa de la ciudad y eso sin duda, recompensaba cualquier obstáculo.
Su amiga y compañera de cuarto, Hirai Momo, le había programado una entrevista para trabajar medio tiempo en una pequeña cafetería a dos cuadras de ahí. En realidad, todo aquello de la entrevista, era para seguir el protocolo del lugar.
—Es demasiado pequeño, pero las propinas ayudan al menos un poco. El trabajo es tuyo, no es como si cualquiera en su sano juicio, quisiera trabajar en una cafetería de este barrio.
Había oído decir a Momo. El trabajo era suyo, lo sabía. No se sentía emocionada, porque si, era una cafetería del barrio bajo, una cafetería con un par de clientes mal humorados. Clientes que se sentaban a beber un café negro, a leer el periódico o simplemente a observar el movimiento de las personas que iban y venían en la calle.
Personas que tenían una vida miserable en aquel lugar pero como tantos, se habían resignado. Al principio creyó que al pisar el territorio americano, el temor la invadiría y regresaría a Corea del Sur, justo como sus padres le advirtieron.
Dos días llevaba en aquel lugar. Dos días donde lo único que sentía, era coraje, coraje de querer seguir adelante y hacerles ver a todos, que no, no era una soñadora fracasada.
Porque si, los sueños a veces costaban. Costaban mucho, pero si se persistía en ellos, sabía que iba a obtener una recompensa incluso mejor de la esperada. Esos eran los pensamientos de Son ChaeYoung. Una chica con un gran sueño, pero con los pies centrados en la tierra.
La pequeña rubia elevó los brazos al aire, echando la cabeza hacia atrás, mientras comenzaba a reír descontroladamente. Estaba ahí y no iba a rendirse. Maldición, estaba en Brooklyn al fin.
—¿Debo preocuparme de que estés quedando loca?.
Escuchó la voz de Momo detrás de ella.
La rubia se giró, encarando a su amiga.
—Simplemente estoy dandome cuenta de que ¡estoy en Brooklyn!.
—Para que te de más rápido el golpe de estar aquí, deberías alistarte que saldremos.
—¿A dónde?.
Momo se acercó a ella. La japonesa pasó su brazo por los hombros de la más bajita.
—Una fiesta privada en Baccarat hotel. El padre de mi amiga Sana, es uno de los accionistas mayoritarios, le conté a Minatozaki sobre ti, ella y su novia DahYun piensan que es un buen inicio para que extiendas tu círculo social en cuanto a personas de la alta gama.
El rostro de la rubia cambió por completo.
—Mira.—habló Momo de nuevo.—Conozco a un tipo del centro de la ciudad, es dueño de una tienda de ropa de marca independiente. Es muy bueno en cuanto a sus diseños, no es algo caro, pero si es elegate y te hará destacar, puedo hablar con él y pedirle un tipo de descuento.
La japonesa sintió el cuerpo de la menor abrazarla con fuerza. Su corazón estalló de emoción. ChaeYoung fue su primer amiga durante su estadía en Corea del sur. Cuando a penas si podia decir {gracias} y {hola} en coreano, la rubia le ayudó a entender mejor el idioma y desde ese día se hicieron amigas. Se sintió feliz de reencontrarse con ella en Brooklyn, y sentia que lo menos que podia hacer, era ayudarle a su amiga a ser una artista famosa.
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Be Be Your Love (Michaeng)
Hayran Kurgu𝘛𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘯 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘺𝘰 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘢𝘮𝘰𝘳. 𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘢𝘮𝘰𝘳. 𝘘𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥.