XIII

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Louis se acercó a la mesita de noche y quitó las cookies que había traído Harry del plato, dejándolas en la bandeja. Se acercó a sus pantalones vaqueros que estaban ahora en un sillón y cogió la cajetilla para encenderse un cigarrillo, utilizaría el plato como cenicero.

Harry seguía desnudo, de rodillas y vendado, en medio de la habitación. Aún no sabía cómo había llegado a ese punto. Realmente Louis le había hecho arrodillarse? Harry confiaba plenamente en Louis pero... no poder verle... saber que no estaban completamente sobrios... y escuchar como se acercaba y se alejaba le había puesto nervioso. Era muy difícil aguantar esa posición, le estaban empezando a doler las rodillas.

Louis cogió el plato, ahora cenicero, y se lo llevó con él al borde de la cama, sentándose otra vez delante de Harry. Si Louis era completamente sincero, no tenía ni idea de porqué había hecho eso pero, ahora tenía a Harry Styles de rodillas frente a él, esperando cualquier orden por su parte.

Louis había jugado anteriormente con este tipo de cosas... no iba a mentir... tampoco iba a decir que era un experto... y también cabe aclarar que la mayoría de veces el vendado era él, pero esta vez era diferente, había ordenado a Harry que se arrodillara y lo había hecho, y le había dejado que le vendara los ojos... debe hacer algo, que parezca que realmente sabe lo que hace.

Louis se da cuenta de que las piernas de Harry empiezan a temblar. Deja el cigarrillo en el plato y este en el suelo. Se quita la sudadera, porque ahora empieza a molestarle. Se levanta y no sabe que hacer, hasta lo que tiene entendido la gente es ruda en estas situaciones pero a él no le nace serlo. Le coge la mano a Harry y lo ayuda a levantarse.

Es mucha carne y músculos para él solo... ahora podía hacer lo que quisiera con él y Harry se dejaría. Lo guió hasta la cama y lo tumbó boca arriba en ella. Harry no decía nada, solo aceptaba todo lo que Louis hiciera. Louis decidió entonces que no iba a gritarle, ni a actuar mal con él, ni cualquiera de esas gilipolleces que hacían en esas ocasiones, tenía a Apolo bajo su mando. Quién es capaz de pegar a un dios? Un ángel no debía hacerlo.

Louis se sentó sobre los muslos de Harry y dio gracias a que aún llevaba los pantalones de chándal puestos, porque Harry estaba muy duro y Louis no se podría haber resistido mucho más a montarlo. Louis se inclinó hacia delante y apoyó sus manos a los lados se Harry, acercándose y besándolo. Harry le correspondía, sonriendo ahora que se sentía más seguro. Harry le acarició el pelo y Louis tomó esto como una muestra de confianza y aprobación. Se reincorporó otra vez, quedando sentado y teniendo todo el cuerpo de Harry para él, aunque sabía que era algo lógico, necesitaba dejarlo claro.

-Hazz... si no quieres seguir en algún momento dilo.

-Confío en ti ángel.

Esas palabras hicieron que el corazón de Louis se le acelerara, acaso Harry le había estado leyendo los pensamientos?

Entonces Louis recordó lo que le había dicho Harry en la piscina:

Lou... una cama calentita... sábanas suaves... lubricante... mejor que esto...

Louis se levantó y abrió la mesita de noche encontrando condones y lubricante. Recordó que había dejado el cigarrillo en el suelo y rodeó la cama para cogerlo y dejarlo en la mesita. Luego de una calada decidió coger el lubricante de vainilla, dejó el cigarrillo y cogió los preservativos con la otra mano.

-Harry... no nos hemos cuidado...

Louis vuelve a subir sobre los muslos de Harry pero solo trae el lubricante.

-Tienes miedo de estar embarazado? -Harry pone sus manos en el vientre de Louis y rie.

-Idiota. -Louis pellizca el muslo de Harry y este se queja aún riendo.

No es un juego [L.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora