Mirad, Es Alguien Siendo Robado

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Shinobu, con rabia desbordante, pisoteaba el documento de despido del empleado, rompiéndolo en pedazos. Las lágrimas seguían rodando por sus ojos morados, reflejando una mezcla de dolor y furia mientras caminaba sin rumbo por el oscuro sendero, sus piernas tambaleándose y su visión borrosa por la intensidad de sus emociones..

—¡Maldito hijo de puta! ¡¿Cómo pudiste engañarme?! ¡Después de que comencé a ahorrar para nuestra boda!. —gritó con furia, arrancando el anillo de oro de su dedo índice y arrojándolo al suelo con desprecio. —¡Y no soy lo suficientemente mayor para llevar oro!" continuó gritando al cielo oscuro, su voz cargada de ira que se intensificaba con cada palabra. —¡Tengo 25 años y me pasa es-"

De repente, una súplica llena de terror interrumpió su furia. —¡Por favor, no me mates! ¡Te daré cualquier cosa!. —El susurro o más grito de miedo provenía del callejón a su lado, haciendo que Shinobu girara la cabeza en esa dirección, dejando su oración incompleta en el aire.

Dos hombres la miraron con sorpresa, uno de ellos sostenía un arma de fuego apuntando a un hombre tembloroso en el suelo. Shinobu se enderezó un poco, parpadeando con sus ojos cansados e hinchados.

—¡Wow, mirad! ¡Es alguien a quien le están robando!. —exclamó Shinobu en voz alta, señalando al hombre con el arma, su día no podía ser peor que esto.—¡Estoy llamando a la policía!. —sacó apresuradamente su teléfono celular de su bolso, mientras los dos hombres entraban en pánico al darse cuenta de su propia situación.

«Oh, mierda», penso.

En ese momento, el hombre con el arma la apuntó a ella.

-¡Oye! ¡No me dispares, por favor!- Shinobu intentó calmar al hombre que le apuntaba con el arma, tragando con dificultad. -E-Estoy llamando a la policía- tartamudeó, sintiendo el miedo invadiendo cada fibra de su ser. Retrocedió, a punto de huir, pero de repente su visión se volvió borrosa y luego todo se sumió en la oscuridad...

«¿Es esto? ¿Esto es .... La muerte?»

«..¿Y ahora que?»

.

.

.

—¡No lo sé, tío! ¡Despiértala!

—¡No, tú la despiertas!

—¡¿Mierda, en serio?! ¡¿Cómo?!

—¡No tengo ni idea! ¡Maldita sea! ¡Échale agua o algo así!

—Auch, para... Duele, para... —murmuró Shinobu débilmente. —¡Ay, para!. —gritó al despertarse sobresaltada, llevando una mano a su rostro para limpiarse, solo para encontrarse con los ojos de dos hombres con la cara tatuada que la observaban agazapados junto a la cama en la que estaba acostada. Les dirigió una débil sonrisa antes de recostarse de nuevo en la cómoda y suave cama. «¡¿Cama??!» pensó Shinobu, dejando escapar un suspiro. «No es mi cama, esta es mucho más cómoda... ¡Ah! ¡Podría dormir todo el día! ¡Es como un... un... ¡HOTEL!»

—HOMBRE, ¡¿POR QUÉ ESTOY EN UN HOTEL?!. —Shinobu gritó, recordando el momento en que sonrió a unos completos desconocidos, pensando que era parte de su alucinación debido a las copas de alcohol que había tomado para desahogarse. —¡USTEDES! ¡¿QUIÉNES SON USTEDES, A-AMBOS?!. —exclamó un poco exaltada, mirando fijamente a los dos hombres que aún estaban agachados junto a la cama.

—M-mira, no quisimos hacerte daño, tú estab- —intentó explicar uno de los hombres.

Al oír esas palabras, Shinobu sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría. —¡ERES TÚ! ¡ESE LADRÓN DEL CALLEJÓN!. —gritó exaltada. —¿QUÉ QUIERES? ¿ME SECUESTRARON? ¡OH, ME DISPARARON! ¡OH, LO HICIERON!. —decía Shinobu con terror, dejando salir cualquier cosa que se le ocurría en ese momento. —¡VOY A LLAMAR A LA POLICÍA SOBRE USTE- antes de que pudiera seguir gritando, uno de los hombres se puso de pie y le tapó la boca con la palma de la mano, mientras los otros sujetaban firmemente sus manos.

Help me yukasa [Giyuu-Shino]                 En E D I C I O NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora