Capítulo 5: Lejos de mi corazón

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Por más que el pelirrojo intentó detener la hemorragia, dar oxígeno al chico ojiverde y mantener el corazón latiendo fue inútil. La chica aún llorando sobre el estómago de su prometido repitiendo que no la dejará. El militar se sintió miserable ante la bella dama, bañados los dos de sangre solo miró sus manos temblando.

- Lo lamento... - dijo con angustia el muchacho

La mujer solo se aferró al muerto. Llorando sin consuelo, en ese momento llegó el otro guardia.

- ¿Qué pasó Ichigo? - dijo otro hombre de cabello carmín, un poco más alto, mayor, de un cuerpo más musculoso

- Ese hombre que corrió es un ladrón que por robarle a está linda chica a matado a... - dijo Kurosaki intentando no ser insensible

- Ya veo. Pero ¿qué era? - preguntó el recién llegado

- Era contador... - dijo la sollozante dama

- Lo importante es detener a ese hombre. Él es un ladrón. Este hombre murió defendiendo a una esta bella mujer... es el tipo de hombre que el 3 er riche quiere... - dijo el médico

- Tienes razón... - dijo el segundo uniformado

- Se fue por allá. Debe haber atacado a alguien más, ayúdame a buscarlo y yo me encargo del reporte... - dijo Ichigo

- De acuerdo. Volveré enseguida... - dijo el de cabello carmín

Entonces fue por el camino indicado. El pelirrojo regresó la mirada a la chica que sólo lloraba.

- Hay que levantar un reporte para la morgue, en ésta ciudad no hay. Hay que llevar el cuerpo a la próxima, tal vez Allensbach o Wallshousen... notificar a su familia... - dijo lo más amable que pudo el militar

- No tiene familia. Es huérfano. Igual que yo. Si se lo llevan lo van a arrojar a la fosa común... ¡yo no puedo permitir eso! El joven Ulquiorra y yo nos íbamos a casar... - dijo la doncella rompiendo en llanto una vez más

Esto solo hizo suspirar al hombre.

- Perdón por mi atrevimiento señorita... - dijo el caballero

- Mi nombre es Inoue Orihime. Y él es Ulquiorra Ciffer... - dijo la chica

- De acuerdo entonces creo que puedo ayudarte. Tengo un amigo en la pequeña funeraria de la ciudad... además él puede expedir actas de defunción... yo la puedo firmar como médico y eso será suficiente con algo de dinero para pagar la documentación... para que no vaya a la fosa común... - dijo el pelirrojo

- Gracias... pero necesito recuperar mi maleta... ahí están mis cosas de valor... - dijo la deprimida novia

- Entiendo... yo lo haré por usted... - dijo amable el hombre

Se quitó zapatos y calcetas. Se remango el pantalón y dio unos pasos al agua.

- ¡Se va a resfriar! - exclamó la de ojos grises

El joven tomó la orilla del bote y lo trajo a la orilla.

- No se preocupe no estaba muy lejos ni estaba muy profundo... ustedes ¿intentaban cruzar a Suiza? - preguntó el hombre

- No tenemos más documentación. Solo nuestra acta de nacimiento, bautismo y comunión... - dijo la pelirroja sujetando la maleta

- Así que por eso intento cruzar así... - dijo el caballero

Inoue sacó de su equipaje una sábana para cubrir a Ulquiorra. En ese momento arribó Abarai.

- Encontré a tu ladrón. El problema es que no hay nada que hacer... - dijo el intruso

Mi querido íncuboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora