𝕀𝕀. Tortura llamada Universidad

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Universidad, un establecimiento académico donde muchos le llaman tortura, cárcel y cosas de ese estilo, a la gran mayoría no le llama la atención ni le gusta estar en este lugar, pero hay una pequeña parte al que concurrir le libera la mente de muchas cosas que no quiere pensar en el día. En esa pequeña parte, para no decir que es extremadamente poca, estoy yo. Manuel Lennox, un joven de veintidós años, ya terminando la carrera de psicología. Hace cuatro años que había comenzado la universidad y recién ahora estaba entendiendo muchísimas cosas, las cuales al comienzo jamás pensé que me pasarían. En ella conocí muchísimas cosas y gente, sobre todo gente y de algunas, me arrepentía de conocer.

Mire a mi alrededor de una forma disimulada, como si estuviese analizando a cada persona que estaba ahí, y tal vez si lo hice, mire y mire viendo a todos lados encontrándome con mucha gente, entre ellas estaba Analía, una chica pelirroja con ojos celestes, la conocí en primer año, es muy parecida a mi hermana: Siempre con una sonrisa y tratando de demostrar que está bien, aunque por dentro puede estar derrumbándose. Luego estaba Luz: Ojos color avellana con cabello oscuro, su personalidad es muy diferente a la de Dani, ella va a decir lo que ella quiere que la sociedad escuche, jamás van a lograr que Luz diga lo que la sociedad quiere escuchar si ella no está de acuerdo. Luego sigue Lukas: Un chico de ojos risueños, colores verdes, de cabello magenta, ama experimentar en su cabello y cambiarlo de color constantemente, junto a él viene su pareja Marcos, son el combo perfecto, Lukas el risueño que cree que algún día vivirá en un cuento de hadas y Marcos que es mucho más realista, pero adora las ocurrencias de Lukas, aunque para él no tuviesen coherencia. A todos ellos los conocí mientras cursaba tercer grado, primero llego Lukas, luego Marcos y por último y no menos importante Luz. Era un grupo sumamente hermoso a mi punto de vista, todos nos llevábamos bien, aunque fuésemos totalmente diferentes, este, este es el grupo que adoro de aquí a la eternidad y que jamás me arrepentiría de conocerlos. Por otro lado, claramente si está el grupo que me arrepiento eternamente de conocerlos.

En una tarde de abril, hace dos años, recién comenzado el año, la profesora de Sociología nos mandó a hacer un trabajo en equipo, en ese trabajo estaban Luz, Marcos, Derek y yo. Derek pertenece a ese grupo que detesto y odiaré por el resto de mis días, en la universidad todos creen que es un chico perfecto y que su grupo también lo es, que jamás serían capaces de hacer algo horrible, ni siquiera serían capaces de matar a una pobre hormiga, pero estoy seguro de que, si todos aquí supieran lo que paso, hasta sus mismísimos padres estarían decepcionados y tal vez hasta los odiarían.

Si no fuese por Analía y el timbre nunca habría terminado de analizar a las personas que estaban a mí al rededor, tal vez por esa razón comencé a estudiar esta carrera, siempre analizaba acciones, facciones, cosas mínimas de las personas, cosas que al resto tal vez no le llamaban la atención, pero eran muy importantes.

: - ¡Manu vamos! Se nos hará tarde y la profesora de Neurocognición se altera fácilmente

Sonreí, asentí y sin darme cuenta volví a recordar a Dani

: - ¡Levántate que vas a llegar tarde Lanu!

Al recordar cómo me decía salió una sonrisa verdadera de mí, una de esas sonrisas que no salían desde que Daniela partió, recordaba muy bien que cuando Dani era pequeña se le dificultaba horrores la eme, así que la cambiaba por una ele, todas sus frases con eme eran como "Lala", "Lanu", "Lañana" y así podría seguir por horas y horas.

: - Calma Ani, con tal de que lleguemos antes de que pase asistencia, ella estará tranquila, además, somos muy buenos alumnos, no tendría por qué enojarse como un ogro en caso de fallar una vez

Le dije tratando de que esté tranquila, Analía era muy buena estudiante, eso era un poco contrario a Dani, a Daniela le costaba mucho entender algunas cosas que a muchos se nos hacían simples, y no porque su intelecto no la dejara, sino porque era muy distraída.

: - Lo se Manu, pero sabes que odio que me llamen la atención y mucho más si es frente a otras personas, me hace sentir expuesta y humillada, además no olvidemos aquella vez que fue una emergencia y, sin embargo, no acepto mi retraso

Era verdad, una vez Ana se sintió indispuesta en medio del horario de clases, logrando así retrasándose un poco antes de entrar a clases, sin embargo, cuando llego, la profesora ya tenía planeado todo un cuestionario de preguntas respecto a su llegada tarde y como si fuese poco, la obligo a responder que le pasaba y porque se retrasó frente a todos. Cuando vi aquello entendí que Analía era una chica sumamente tímida, si ya de por sí le costaba expresarse cómoda delante de las personas que ella contaba como sus amigos, no quisiera saber cómo fue esa experiencia estando delante de más de veintitrés personas, en su mayoría, desconocidas o con poco trato.

: - Sí, lo entiendo Ani, pero tenés que relajarte, últimamente está siendo más liberal con eso, ahora comprende que las emergencias son emergencias y que son muchísimo más importante que perder cinco minutos de clases

: - Tienes razón

Ahí la vi tranquila, así que le sonreí para que se sienta aún más cómoda, entramos a clase y nos sentamos juntos, mire la hora: 08:20 am. Cerré mis ojos y respire hondo "Solo un par de horas más y seré libre" me dije a mi mismo como un comentario de aliento, a veces los días se me hacían pesados, pero los martes eran horribles, por alguna razón tenía esas asignaturas que odiaba y las que se le hacían pesadas juntas.

: - Chicos, vacíen sus bancos, solo dejen lápiz y borrador, se separan en seis filas sumamente derechas y que no quede ningún banco junto a otro, vamos a comenzar la prueba

Cuando escuche eso, mire a Analía y a Marcos algo asustado mientras movía mi banco, ¡Me había olvidado totalmente de la prueba, estaba convencido de que era la semana que viene, incluso, estaba dudando pensando que, en vez de ser la semana próxima, podría ser la semana que le seguía!

: - Ay Diosito, si me va a ir bien dame una señal

Dije en un susurro inaudible mientras miraba al techo, cuando vi que el banco ya estaba en la posición que la profesora pidió mire hacia la ventana algo nervioso y ahí vi una Jazmín, así que sonreí para mí mismo, ¡Un Jazmín! Sin dudas era una señal, esta prueba la iba a salvar sí o sí. 

Hasta que los Jazmines se acaben (Jazmines #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora