1.Respirar es el primer paso

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-Amity Blight no me hagas repetirlo de nuevo ¡Ya despierta!-Exigió Odalia a su hija mientras abría las cortinas de la ventana dejando que la poca luz del sol entrase en la habitación

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-Amity Blight no me hagas repetirlo de nuevo ¡Ya despierta!-Exigió Odalia a su hija mientras abría las cortinas de la ventana dejando que la poca luz del sol entrase en la habitación.

-Ya escuché, madre-Murmuró la chica de cabello agua marino, su voz denotaba cansancio y aturdimiento pues, ¿Quién no? si aún eran las 6 a.m. y ni hablar de lo mal que durmió-.Buen día. 

-Lo será en cuanto te dispongas a cambiarte y estés lista, nos espera un gran día por delante, Amity- Espetó la mujer dándole una fría y dura mirada a su hija antes de dirigirse a la puerta, tomó la manija entre su mano y se dispuso a salir, no sin antes echarle un último vistazo sobre su hombro a la señorita de cabello agua marina y amenazarle-.No lo eches a perder con tu mala actitud, hablaremos sobre eso más tarde.

-Sí, madre-Balbuceo Amity con sueño notable en su rostro, en serio que se tuvo que dormir más temprano. Talló sus ojos y se dirigió al baño de su habitación para tomar una ducha, talvez así lograba deshacerse del cansancio y fingir que tres horas durmiendo son suficientes para no parecer un zombi. 

Se desvistió, entró a la ducha, dejó caer el agua y en cuanto esta tocó su cuerpo...

-¡Fríooooo!



Más tarde, en el auto ya lista y preparada para lograr su objetivo, Amity decidió tranquilizar su ansiedad con un poco de música, también pensaría por última vez en su plan para lograr convencer a su madre de que los dormitorios de la universidad y que su corazón no serían ningún problema para las buenas calificaciones. Claro que esto último era lo que menos le importaba a Odalia. Su madre solo quería una excelente habitación ideal para que su hija lograse un buen rendimiento académico y asegurarse de que nada ni nadie la distraería de lo importante: Ser la mejor. 

-Hablé con tu padre y dijo que te deseaba suerte, querida-Comentó Odalia sin quitar la vista del frente-.De igual forma, Amity, creo que ya sabes lo que diré ¿No es cierto?-Cuestionó la mujer de ojos azules, causando un estremecimiento que recorrió toda la espalda de su hija. La señorita de cabellos verdes y castaños sabía que su padre no le deseaba precisamente la buena fortuna de ganar el examen de admisión, estaba más que asegurado que no sería un inconveniente para ella, el verdadero problema era el de mantener serena a su progenitora y  persuadirla de que esta universidad era la mejor. 

-Un Blight nunca falla, madre. Siempre nos enfocamos en destruir a nuestros oponentes, sin piedad o lástima, eso hacemos-Dijo la señorita de orbes dorados despegando la mirada de la ventana solo por un segundo para después depositar su vista en sus muñecas que, sin duda, estaban ocultas bajo las mangas tipo obispo de su blusa blanca, escocían un poco aún. 

Amity se seguía preguntando como pudo ceder a la necesidad de apaciguar su ansiedad cortando su propia carne. Ella había prometido tratar de calmarse de otra forma, algo más sano, sin embargo, no lo logró. Ayer mientras tomaba un baño para "relajarse" terminó nuevamente pensando en ¿Cómo podía si quiera creer en la idea de que algo al fin daba un buen resultado en su asquerosa vida? y ¿Su ansiedad justo tuvo que presentarse en el momento en el que más calma necesitaría para librarse de su madre y del resto de su familia?

-Señora Blight, perdón que la interrumpa pero estamos a punto de llegar-Señaló el chofer de la familia.

Amity sintió su corazón latir con fuerza y su estómago dio un vuelco al escuchar esas palabras, eso no era buena señal sin duda. Le preocupaba mucho que algo malo pasara y no ayudaba en nada que su pecho doliese, solo deseaba que fuese por los nervios pero espera... ¿Cuándo fue la última vez que tomó su medicina?

-Antes de bajar querida, te diré una última cosa-Inquirió Odalia con voz impostada sacándola de sus pensamiento -.Cuando planees engañar a tu madre haciéndole creer que esta es la universidad a la que debes asistir, asegúrate de saber bien con quien tratas, cariño-La señorita de orbes dorados creyó haber escuchado mal por un segundo, talvez solo fue una alucinación, ¿no?... ¡Maldita sea, claro que no fue así! ¡Su madre lo sabía! Amity se creía morir ahí mismo; eso sería mejor que seguir escuchando a su madre-.Por suerte, me tomé la libertad de averiguar por mi cuenta que beneficios tiene que estudies aquí y no en el extranjero, después de todo, tu padre y yo también cursamos nuestros años universitarios en este establecimiento-Anunció la mujer algo risueña, si Amity no la conociera bien, diría que está de buen humor, puede que no sea así.

-Y-yo no... esto...

-Amity, basta, deja de balbucear. Lo detesto y lo sabes-Espetó de manera tajante su madre-.Como te decía, debes estar muy agradecida de que esté de acuerdo con que estudies en Hexside, solo no me hagas cambiar de idea tan rápido, ¿Quieres?

-Hemmm sí, madre. Perdón por eso y muchas gracias-.¡Ugh! estas palabras le sabían a vinagre a Amity, "¿Perdón por eso y muchas gracias?" ¿Por qué debería de estarlo cuando su madre era la maldad en persona? Maldición, Odalia la quería mandar a cientos de kilómetros lejos solo para estudiar en una universidad prestigiosa y llena de niñitos de papi y mami que seguramente la tratarían bien en cuanto se enteraran que era una Blight... ¡Estúpido apellido!  Ella solo quería ser una egresada de la misma universidad a la que su padre asistió y lograrlo por su esfuerzo y trabajo duro, no por esa mierda de nombres heredados de padres a hijos. 

-Bien, llegamos. Tyler abre mi puerta rápido, ¿quieres? y tú jovencita apresúrate, llegar tarde no es algo digno de un Blight-Anunció su madre con esa horrenda voz que Amity tanto detestaba.

-Claro, bajo enseguida-Ahí estaba otra vez, ese dolor en el pecho, y nuevamente esa porquería de que algo es o no digno de un Blight.

Bien, Amity. Tú puedes, es como cualquier examen, nada que no puedas resolver con el poco cerebro que tienes, vamos. Se dijo así misma tratando de encontrar valor y luego de eso, procedió a bajar del auto.

El frío aire se coló por sus fosas nasales y eso la tranquilizó un poco, ¿Y si talvez nada salía mal y acababa graduándose más rápido de lo que creía? 

De eso no estaba segura, lo que si sabía es que...Ninguna medicina la ayudaría a resolver este examen, tenía que calmarse y recurrir a todo en su cerebro para lograrlo por su cuenta y aprender a respirar hondo. Después de todo...

-Ese es el primer paso.





En algún momento de la vida, mientras trataba de esconder mi sentimientos entre dulces de menta y poemas de Emily Dickinson, encontré una grandiosa frase (No, no tiene nada que ver con ella pero, si se le debiese de dar a alguien, sería a su persona y a sus magníficos pensamientos adelantados a su época) Cito, tal cual mis pensamientos, nublados por las esporas  del polvo, me dejan recordar (Maldita alergia) lo que en ese momento no entendía: Si la escritura es honesta, no puede separarse del hombre que la escribió. Entonces, ¿Cuál es mi verdad?  Realmente...solo deseo que alguien disfrute lo que, en versos falla y de prosa carece; que goce la pequeña felicidad que yo experimenté al escribir esto, y más en publicarlo.

Este capítulo lleva una dedicatoria especial para un gran escritor, mi querido brunocardenas3

Quien me inspiró para crear... lo que sea que sea esto. Y para alguien que, en lo personal, es mi pilar para soportar esto a lo que llamamos vida.

Con nada más que decir, me despido.

-ForasteroErrante01 

 


Lo Que La Medicina No Cura (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora