5.Entrevista

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Abrí mis párpados lentamente mientras sentía los rayos del solo colarse por la ventana del cuarto de hospital

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Abrí mis párpados lentamente mientras sentía los rayos del solo colarse por la ventana del cuarto de hospital.

Después de rogarle a Morfeo para que me ayudase a dormir y me permitiese entrar en el jardín de los sueños, logré descansar un poco y perdí esa sensación de extremo cansancio, claro que aún sentía algo de pesadez en mí cuerpo. 

Cuando el reloj marcó las siete y media, escuché unos golpes en la puerta de alguien que pedía permiso para entrar.

-Adelante-Contesté pensando en que talvez podría ser la doctora de electrizantes ojos avellana.

-Buen día-Saludó un médico que para nada era la chica de ayer.

-Buen día...-Saludé algo desilusionada-.¿Y la doctora Clawthorne?-Cuestioné sintiendo mucha curiosidad al no verla por ahí siendo ella quien lleva mi caso.

-Oh, bueno la doctora Luz no podrá llevar su caso hasta nuevo aviso, por eso estoy yo acá-Explicaba el hombre frente a mí. Pretendí prestarle atención a lo que decía mientras no podía evitar preguntarme ¿Por qué me siento un tanto decepcionada al no volver a esa chica de cabellos oscuros?-.Bien señorita Blight, por favor desabroche el primer botón de su camisa, necesito corroborar los latidos de su corazón.

Hice lo que me pidió y checó mi estado actual, anotó unas cosas en varias hojas que tenía sobre un portapapeles y me dijo que todo estaba mejor. Me explicó que debía hacer a partir de ahora, lo que debía consumir y lo que no, que tanto movimiento podría realizar y un sinfín de cosas más. 

¿Volví a prestarle atención? 

No.

Y mi razón era simple: No era mi primer pre-infarto y mucho menos era la primera vez que me daban las misma jodidas explicaciones, las cuales, conocía de derecha a izquierda, de arriba a bajo, de ida y vuelta. 

-Bien, señorita Blight, he terminado así que me retiraré. Que tenga un lindo día, la veo mañana.

Solo le di una pequeña sonrisa mientras esperaba a que saliese de la habitación. Cuando lo hice pensé en seguir durmiendo pero una llamada proveniente de mi celular borró toda intención de aquel anhelo.

-¡Mittens!-Gritaron dos voces al unísono del otro lado de la línea. Ruidosos, fue lo primero que pensé, lo segundo fue odiar ese estúpido apodo.

-Hola Em, hola Ed-Los saludé con la mejor voz monótona que podía emitir en ese momento, me gusta fingir fastidio cuando hablo con los gemelos, ser entusiasta y admitir que los quiero es literalmente darle armas al enemigo, y no es que ellos lo fueran, pero sus bromas eran irritantes de vez en cuando y no quería más motivos para que las hicieran-¿Qué tal?

-¡Eso deberíamos preguntarte nosotros hermanita!-Gritó Ed alzando su dedo hacia la pantalla-.Papá nos contó que te desmayaste en tu examen.

-Sí... como siempre conté con mucha suerte-Comenté sarcástica. Mis hermanos se limitaron a lanzarme una mirada triste, sé que cuando hago ese tipo de comentarios sobre mi salud ellos son los que realmente salen heridos al no poder ayudarme demasiado, pero se me hacía imposible no hacerlos, es como un mecanismo para combatir mi frustración por estar atada de por vida a la mierda que me rodea.

Lo Que La Medicina No Cura (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora