-Hipócrates decía 《Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente》. Entonces... ¿Qué pecados...
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Escuché como la puerta de mi apartamento se abría y nuevamente alguien la volvía a cerrar, un paso tras otro y después la voz de Hunter.
-¿Luuuuuz?-Me llamó alzando la voz.
-Aquí-Esa palabra me costó el triple de esfuerzo de lo que llamaríamos "normal"-.Baja la voz, por favor, mi cabeza me está matando-Le rogué mientras intentaba colocarme de pie, sin embargo, no pude y mejor opté por repesarme en el sofá y tomar asiento en el suelo.
-A veces pienso que eso es lo que quieres...- Murmuró haciendo que el ambiente se volviera tenso-.Traje lo que me pediste.
Me entregó una pastilla para el dolor de cabeza y se dirigió a la cocina por un vaso con agua, me lo dio y con mucha sed, bebí el contenido del vaso a la vez que tragaba la aspirina.
-Mierda, me duele todo...-Me quejé sobando el puente de mi nariz mientras suspiraba pesadamente.
-Bien, ahora... ¿Me dirás por qué carajos estás llena de moretones y con la ropa sucia y completamente arruinada?-Hunter se notaba molesto.
-No.
-¿Y el por qué saliste del hospital estando aún en horario de trabajo?-Me observó detenidamente con un semblante serio, no era ese que colocaba cuando le hacía alguna broma o lo molestaba, era uno más como de preocupación o angustia.
-No fue nada importante...-Voltee a ver hacia otro lado, sabía que si dirigía mi mirada hacia la de el me delataría.
-¡¿Cómo no va a ser nada importante Luz?! ¡literalmente no puedes ni siquiera pararte!-Su voz me hizo sobresaltar de dolor y su pregunta me creaba más dolor de cabeza-.Saliste de la nada, me dijiste que algo UR-GEN-TE pasaba en tu casa y luego me entero que necesitas algo para calmar la resaca y cosas que te ayuden a desinfectar tus heridas y moretones, ¿Entonces cómo mierda no va a ser algo importante, Clawthorne?
A pesar del dolor que sus gritos me provocaron decidí no darle importancia y en vez de eso preferí regalarle una sonrisa.
-Hunter... si un día cualquiera aparece un hombre de la nada y te dice que es tu padre... ¿Le creerías?-Sentía que las lágrimas amenazaban con salir así que volteé a ver hacia el techo para impedir cualquier seña de debilidad, no podía permitirme llorar.
-Bueno... no, sabes bien que no podría creerle porque mi padre murió, al igual que mi madre...-Si bien Hunter antes estaba gritando; ahora a penas si podía escuchar lo que decía. Él dio unos cuantos pasos hacia donde me encontraba y me abrazó. En otras circunstancias lo habría apartado por esa acción tan repentina pero, esto se sentía de alguna manera... reconfortante-.Escucha Luz, no sé que pasó ayer ni porque estás así pero en serio me preocupé al no tener respuesta después de marcharte del hospital y luego, cuando me llamaste y dijiste que querías que viniera y trajera algo que sirviera para las heridas yo... ¡Me asusté Luz!-En definitiva, él estaba preocupado-.Juro que si no tuvieses tantos moretones en la cara yo mismo me encargaría de darte un buen golpe.