CAPÍTULO TRES

11.5K 1.4K 1.2K
                                    

Uno de los recuerdos que JiMin resguardaba con un sentimiento agridulce en su corazón fue el día de nacimiento de JungKook. Fue un miércoles primero de septiembre, una fecha que los médicos escogieron para el proceso de la cirugía ya que al ser un omega macho necesitaba atravesar una cesárea.

JiMin estuvo solo la mayoría del tiempo, ese día salió de casa muy temprano y sus padres seguían trabajando. No estuvo rodeado de familiares como le habría gustado, fue tratado con cuidado a pesar de todo, pero sabía que muchos de los enfermeros y doctores que lo veían cargaban en sus ojos un sentimiento de pena: "es muy joven", seguro pensaban.

Él lo sabía, claro que sabía lo que significaban esas caras, no era un idiota. Sin embargo, trató de ser positivo, se mantuvo tranquilo y dejó que las cosas transcurrieran como la sagrada luna quisiera que lo hicieran.

—Vas a estar despierto en todo momento, así que si sientes algo raro, por favor avísanos —fueron las palabras del doctor SungDeuk. Lo recuerda bien, un alfa encantador que fue realmente cuidadoso con sus manos, fue dulce y quizás fue por la lástima de tener a un jovencito completamente solo en una camilla, pero le habló con cariño como un padre a su hijo—. Ya vamos a comenzar, ¿está bien? Tranquilo. Vas a estar bien.

JiMin asintió, pasando saliva con el revoltijo de nervios golpeando su estómago como dagas y rezó para que la anestesia hiciera efecto lo antes posible. Sus ojos miraron el techo en todo momento, recuerda haberlo comparado con un consultorio odontológico, pero el constante pitido de su corazón ansioso resonando en la sala le recordaba en dónde estaba.

Luego de lo que parecieron horas sintiendo cómo sus entrañas eran removidas, escuchó al doctor murmurar: "aquí está".

—Felicidades, es un varoncito —felicitó una de las enfermeras, quien sostuvo su mano durante todo el proceso.

JiMin sonrió, aliviado.

Sin embargo, la sala estaba en silencio.

—Enfermera —llamó SungDeuk.

No hubo llanto alguno y su lobo se alteró, su corazón comenzó a latir con una fuerza preocupada y trató de mirar en todas direcciones para saber si su hijo estaba bien. La enfermera que lo sostenía tuvo que atender el asunto y JiMin comenzó a preguntar si todo estaba bien, pero nadie le decía nada.

Un segundo después, el bebé comenzó a llorar.

JiMin lloró con él.

En ese momento no quiso verlo y tampoco quiso ponerle nombre en ese momento, no estaba seguro de poder hacerlo para empezar. Se había mentalizado de que probablemente tendría que darlo en adopción, de que con suerte su lobo lo rechazaría y él estaría tranquilo, pero después de despertar en su habitación y de ver la cuna a un lado, no pudo evitar buscar su carita.

JiMin lloró de nuevo y extendió su mano hacia él, aunque no pudo alcanzarlo por el dolor. El bebé dormía plácidamente, respirando con parsimonia con una pulsera en la que no había nombre alguno, sólo un número de habitación como si fuera una entrega por delivery.

—Mi bebé —murmuró entre sollozos, deseando poder tocarlo.

Sus padres no llegaron sino horas después, pero la enfermera que lo contuvo visitó su habitación y lo ayudó a cargarlo. Él estuvo solo todo ese tiempo simplemente mirando al bebé, arrullándolo entre sus brazos y disfrutando tanto de su presencia como de su aroma a recién nacido.

—¿Ya pensaste en un nombre? —le preguntó la enfermera una vez regresó a su habitación. El nombre de ella era SunHee y se veía mayor, quizás un poco más que su madre.

JiMin asintió. Sabía el nombre del bebé desde el momento en el que consideró siquiera ser padre. Lo había planeado desde hacía años, ¿cómo no podría saberlo?

EL MOTOCICLISTA Y EL UNIVERSITARIO ♡ MYG + PJM FT. JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora