The Way Of The Dragon

Journey To Dragon

Visenya se levanto con algo de dificultad y una gran punzada en la cabeza.

—Auuu.—Se acarició la cabeza y levantó de la cama tambaleándose. Una criada entró y se reverenció ante Visenya.—Pasa algo?

—El príncipe Daemon la espera en Pozo Dragón Mi lady, Le trajo un obsequio mi lady.—Visenya formuló una sonrisa de oreja a oreja.

—Puedo verlo?—La criada asintió y se asomó por la puerta, otra criada entró con un vestido blanco, Visenya lo vio con una sonrisa y se acercó lentamente, para acariciarlo.

—El príncipe Daemon quiso que le mencionáramos que la tela viene desde Volantis mi lady.

—Puedo?—Pregunto con gentileza a la criada y está asintió, lo tomó entre sus brazos y lo extendió sobre su cama, era de varias capas, sin tirantes y con un cinturón dorado.

—Lo usara mi lady?—Visenya lo vio con innumerables sonrisas y finalmente negó.

—No, no quiero arruinarlo.

—Quiere alguna cosa específica mi lady?

—No te preocupes..... Cual es tu nombre?

—Ginebra. Mi lady.

—Está bien si te digo Ginny?

—Sería un honor para mi, mi lady.—Dijo la criada con una sonrisa.

—Pueden retirarse, si ocupó algo les haré saber.—Dijo sonriéndole a las criadas, amabas salieron de la habitación y Visenya no podía dejar de ver aquel vestido con una sonrisa en el rostro, se agachó frente al baúl que tenía y sacó lo que parecía una Kimono café con detalles blancos, un pantalón negro y una túnica negra de mangas amplias, no tardo mucho en ponerse la ropa, rápidamente hizo dos pequeñas trenzas de cada lateral de su cabeza y amarró su platinado cabello en una coleta.

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Visenya divisó a un Dragón rojo y al platinado acariciando su cabeza. El dragón al ver aquella presencia se alarmó y emitió un rugido que alarmó a su jinete, este se giró y sonrió al ver a la chica caminando hacia el.

—Veo que mi regalo no fue de su agrado.—Dijo arrugando el ceño.

—Al contrario mi príncipe, es muy bonito.

—Entonces por que no lo está usando?

—No me gusta montar con vestido.—Daemon alzó la ceja pícaramente y la vio de arriba a
abajo.—Creo que eso sonó mejor en mi cabeza.—Daemon le dedicó una sonrisa, Visenya comenzó a acercarse lentamente al dragón rojo.

—Este es Caraxes.—Dijo Daemon palmeando a su dragón.

—Es lindo, a veces digo que los dragones son las criaturas más incomprendidas en todo el reino.—Cuando Visenya estaba a punto de acercarse a Daemon, Caraxes rugió, haciendo que la platinada se quedara inmóvil y su cabello se agitaba por la ventisca del dragón.

—lykiri Caraxes.—Daemon se acercó lentamente a la chica y la tomó de la mano bruscamente para poner ambas manos sobre el Anfíptero Sangriento, Daemon vio con asombro a la chica, no estaba asustada, al contrario veía al Anfíptero Sangriento con admiración.

—chi minii aavtai taniltssan biz dee?—Daemon se sintió confundido al oír que la chica habló en un dialecto extraño.—Gde je moj Zmaj? (Donde está mi Dragona)—Pregunto la platinada.

—Nije htela da posluša staratelje, odbija da napusti svoju pećinu. (Ella no quiso obedecer a los cuidadores, se niega a salir de su cueva)—Daemon no apartaba su mirada de la platinada, que ahora apoyaba su cabeza sobre la del dragón, Daemon observaba cómo Caraxes se familiarizaba poco a poco, el dragón sentía que estaba de nuevo con su antiguo jinete y movía su cabeza en señal de cariño.—mu se sviđaš. (Le agradas)—La platinada le dio una débil sonrisa, sus ojos se inundaron en lágrimas.—jesi li dobro? (Estás Bien?)—Visenya asintió

—Solo es la nostalgia de volver a ver a un
dragón—Visenya se aclaró la garganta y se giró a la fosa de dragones para emitir un silbido suave y casi insonoro, Un rugido estrepitoso resonó por toda la fosa y grandes pasos comenzaron a acercarse provocando un gran eco, unos grandes ojos verdes se pudieron divisar en medio de toda la oscuridad, cuando salió a la luz, el dragón de Daemon se veía mucho más pequeño ante este, Valaerys soltó un gran rugido, sin embargo Caraxes no perdió la compostura ante este.—Dohaeras Valaerys.—El dragón miró a su jinete y agachó lo más que pudo su cabeza, que tenía grandes crestas negras, Visenya acaricio estás y se giró a Daemon quien la veía con una pícara sonrisa.

—Por lo que veo, los cuidadores tenían razón, será más grande que Balerion.

—Y....... A donde iremos?

—A Tyrosh.—Visenya le dio una sonrisa a Daemon y rodeo a su dragón para poder
subirse.—¿Te parece si hacemos una carrera?—pregunto sonriente, mientras la platinada lo miraba con una ceja alzada.

—Solo si no te importa perder.—Respondió altaneramente la platinada mientras Daemon
fruncía el ceño.

—Yo nunca pierdo.—Respondió de la misma forma en que su prima lo había hecho.

—Ya lo veremos.—Dijo la platinada haciendo una pausa.—Te daré una ventaja de diez segundos, empezando ya.—Daemon sonrío mientras este palmeaba a su dragón y seguido de eso empleó sus alas volando.—Soves Valaerys.—Ordenó Visenya a su dragona.

Está se elevó volando unos cuantos metros detrás de Caraxes, El viento azotaba contra el rostro de ambos Targaryen, sin embargo Visenya de nuevo se sentía viva, como si le hubieran devuelto algo que anhelaba con todo su corazón.

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Tras unas cuantas horas de vuelo, el Anfíptero descendió sobre una colina a las afueras de Tyrosh, cuando el oscuro dragón de Visenya tocó tierra, incluso la colina tembló.

—Fue placentero tu viaje prima?—La platinada se sonrojó al escuchar salir aquellas palabras de su boca.—Dije algo malo?

—No.—Dijo firmemente.—Si eso creo, dejando de lado que atravesando el mar angosto casi me caigo, a excepción de eso todo bien.—Cambio el tema rápidamente y posó su mirada en los ojos de Daemon, rápidamente este hizo contacto, sin embargo ninguno apartó la mitad.

—Y? Que quiere hacer? Beber? Explorar? Montar? Usted decide, pero iremos a una fiesta en la noche.—Dijo Daemon para comenzar a bajar la colina.

—Una fiesta? En la noche? En ningún momento me dijo que nos quedaríamos toda la noche mi príncipe.

—La corrijo, partimos mañana, es muy peligroso recorrer distancias tan largas durante la noche a dragón prima.

—Perfecto, El rey me decapitara, pero antes de eso mi hermano me matará.

—Como es posible que mi hermano le decapite, si su hermano ya le hubiese matado?

—Zove se sarkazam (Se le llama
sarcasmo)—Susurro Visenya por lo bajo provocando que Daemon se parara en seco.

—Bolje da ne pričam više, da me više ne udari. (Mejor no hablaré más, no me vaya a meter otro puñetazo)—La platinada formuló una sonrisa y siguió caminando.—Que quiere hacer?

—Quiero conocer la ciudad.—Daemon sonrío y se giró para volver a caminar.