M.MCuando me doy la vuelta, mi querido suegro ha vuelto a alzar el arma. ¿Pueden creerlo? Quiere dispararme solo porque Adara dijo que estaba profundamente enamorada de mí. Si supiera que su hija en realidad quiere cortarme las pelotas... El punto es que quiere dispararle a esta hermosura. No puedo morir siendo tan joven; sería una maldita tragedia.
Hay que reconocer que el padre de Adara intimida con un arma, y más si esa arma está apuntándote. Pero algo he aprendido en los negocios es que no puedes demostrar tus emociones. La cara de póker es tu mejor aliada. No mostrar nada no significa que no sienta; porque siento la adrenalina y un poco de miedo recorriendo mi cuerpo al ver que me apunta. Pero cara de póker.
—Tú y yo tendremos una conversación mañana a primera hora en la oficina, jovencito. Y lleva un abogado —dice su padre con voz gélida.
Solo doy un asentimiento de cabeza y veo cómo baja el arma. Esa es mi señal para irme. Camino hacia la puerta donde noto cierta sombra en el jardín de enfrente, pero se mueve tan rápido que no sé si es producto de mi imaginación o si de verdad había algo ahí.
Algo de esa sombra no me da buena espina, y mis instintos nunca fallan. Llego a mi coche para irme a casa. Averiguaré qué es esa sombra o le daré aviso a Adara. Nunca se sabe qué puede ser y siempre deben confiar en su intuición.
Espero que lo del abogado sea una broma; si no, me toca llamar a Roy.
Llego a mi casa más temprano de lo que había pensado. Ni siquiera terminamos de comer. Cabe decir que la dichosa conversación con el señor Giannini me inquieta un poquito. Nunca había hecho esto, tener novias no es mi estilo y mucho menos conocer a los padres de la novia, pero Adara es una excepción.
Adara, ahora que la analizo mejor, se veía muy hermosa con ese vestido azul pegado a su cuerpo. Dios, ese trasero se veía fenomenal. Tuve que aguantar todos mis impulsos de darle una nalgada solo porque estábamos con sus padres. Y puedo afirmar que se hubiera puesto histérica si lo hacía, pero pude apreciarla mucho al colocarnos frente a frente.
Cómo ese mechón de cabello se le salía y ella volvía a colocar en su oreja, sus labios pintados de rosa, esa coleta alta que hacía que mi imaginación volara pensando en tenerla amarrada en mi mano. No puedo negar la atracción sexual que siento hacia Adara y lo puberto que me hace sentir a su alrededor, pero culpo a la falta de sexo.
Ya en mi habitación, me desvisto para irme a la cama, pero antes tomó el teléfono para enviarle un mensaje a Liney. Solo que cuando entro al chat, tengo unos cinco mensajes de Adara.
Adara:
Max, lo siento mucho por la actitud de mi papá.
Te prometo que no volverá a pasar y te lo recompensaré.Y hay tres más diciendo lo siento. Decido contestarle porque está asumiendo una responsabilidad que no es de ella y ella ya me lo había advertido. Al menos las amenazas no han llegado. Esta morra es muy inocente, tierna, dulce. Con solo mirarla te das cuenta que es de esas morras de corazón de oro.
Alguien como ella no debería estar en un mundo de mierda como este, pero así es la vida. ¿Qué se puede hacer? Así que respondo:
Max:
Está bien, Dulzura. No es tu culpa, pero te tomaré la palabra al decir que quiero una recompensa.
Tiro el teléfono a la mesa de noche y me zumbó en la oscuridad de mi habitación.
Estoy frente a la empresa Giannini esperando a Roy, para poder acabar con este tema de una vez por todas. Llegué cinco minutos antes ya que la puntualidad lo es todo para mí. Cabe decir que no me gusta no saber qué carajos me espera una vez pase estas puertas y vaya directo a la boca del lobo, pero bueno, Caperucita Roja sabía lo que esperaba en el bosque y aún así fue todo por su amada abuela. Supongo que aquí mi amada es Adara.
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La Condición De Adara y Max
أدب المراهقينElla es una chica extrovertida cohibida por padres estrictos conservadores e religiosos. El es un chico tranquilo de vida loca con unos padres amorosos, estrictos, carismaticos. Ellos no se conocen, tienen estilos de vida muy diferentes pero por...