Estoy tumbada sobre mi cama, todo me da vueltas y no puedo parar de pensar en cómo empezó y terminó la noche, ¿ Cómo alguien puede ser así?
No sabía que pasaría después de ese beso pero no pensé que ésta sería su reacción …
— Ya la comida está en la mess… — aparece Arianna en la puerta, su cara se pone roja al instante y señalando hacia la cocina menciona— Ejemm… voy a estar esperándolos en la mesa, no tarden mucho.
Y sin más, se va. Nos quedamos unos segundos mirando en dirección a la puerta que quedó entreabierta con la partida de Arianna. Me permito observarlo unos segundos, ya que está absorto mirando hacia el vacío, su pecho sube y baja con irregularidad y el cabello le cae despeinado por el rostro y tiene los labios hinchados, aún así, parece un modelo de las mejores marcas.
—¿Terminaste de apreciarme niña?— dice en tono despectivo volteando su rostro hacia mí, sus facciones se han vuelto duras y aprieta la mandíbula tan fuerte que creo que se la va a romper.
Automáticamente descruzo mis piernas de su cintura y me bajo hasta el suelo, sin mirarlo mucho salgo caminando porque la conciencia está empezando a volver a mi cuerpo y posiblemente esté más roja que Arianna.
— ¿ Ahora si estás callada niña ?— dice burlón a mis espaldas y aprieto las manos a mis costados—Sabes, deberías usar tu boca más para besar que para hablar, más personas te soportarían.
Sigo caminando cuando me toma del brazo y en menos de un segundo me tiene acorralada contra la pared con su mano en mi cuello, intento darle una bofetada pero con su mano libre toma las mías y las pone contra la pared, por encima de mi cabeza.
Esta vez sonríe, sonríe mientras se acerca a mi rostro y roza su nariz contra mi mejilla, me siento como un animalito indefenso antes de ser devorado.
— No debiste hacer eso niña— susurra en mi oído — el apocalipsis ha llegado a tu vida, y no tienes forma de detenerlo.
Deposita un suave beso en mu cuello, que causa un estremecimiento en todo mi cuerpo, y me suelta y sigue su camino como si nada, como si no nos hubiésemos besado, como si no me hubiese amenazado, y sobre todo, como si no hubiese derribado todos mis muros.
~°•°~— Así que tu padre es doctor, no Verónica — dice Arianna durante la cena.
— Exacto, por eso no estaba en casa cuando llegué — digo mientras intento disimular el hecho de que siento como si una aguja me traspasará con la mirada de Alan— hoy le toca guardia.
Arianna y nos sumimos en un silencio incómodo. Le dedico una mirada a Alan y por suerte no me está viendo, me quedo observando su pelo aún despeinado, que el no se dignó a peinar, y, de repente, alza la vista, no hay pasión en su mirada, no hay burla, o sarcasmo, no, es la mirada más gélida que se puede dedicar a alguien, no hay emoción alguna,siento la necesidad de apartar la vista, porque esa mirada es como cuando se mira el vacío, justo antes de saltar en él; no hay miedo, no hay esperanza, no se busca la salvación, no hay emoción alguna porque sabes que la muerte no puede escapar de tí, y la vida no puede aguantarte más, no quieres escapar, y tampoco hay escapatoria...Luego de eso yo me había retirado de esa casa lo más rápido que los modales con los que mis padres me habían criado me lo permitieron.
Siento algo peludo en mis manos y cuando levanto la cabeza para ver qué es, me sorprende que sea el conejo el que se haya subido a la cama ya que ni siquiera me había dado cuenta de que estaba en la habitación.
— ¡ Heyy! ¿ Y tú qué haces aquí? — le digo y el simplemente levanta las orejas, lo cual me permite ver la venda que hay sobre las heridas que hoy curó Arianna.
Agito mis manos a su alrededor esperando que se asuste, todos sabemos que los conejos son muy asustadizos, pero el tan siquiera se inmuta a mirarlas con curiosidad.
Dándome por vencido lo tomo en brazos y me siento en la cama con los pies cruzados y lo coloco a él en el medio, acariciando su pelaje suave.
— ¿ Que debo hacer, claramente me aparto de él— le digo al conejo suspirando— pero todo en él me da curiosidad, su familia, su casa, él?
— Ayy Pomposo — le vuelvo a hablar al conejo inventándole un nombre— no te sientes nunca en sillas viejas, o beses a tus vecinos.
Suspiro por enésima vez en la noche y continúo acariciando al conejo. El conejo se alza en dos patas sobre mi mi regazo y me enseña los dientes frontales, luego mira hacia la puerta y repite esta acción varias veces.
— Tal vez tienes hambre— digo tocando su nariz con la punta de mi dedo— ok Pomposo, vamos a por una zanahoria.
Me dispongo a levantarme y de repente todo se vuelve un remolino a mi alrededor. Pomposo salta de mi regazo hacia el suelo y la puerta se abre, algo me toma del brazo con suficiente fuerza para sacarme de la cama, casi me caigo de bruces pero eso que ma agarró vuelve a tirar de mí hacia arriba y que do de pie frente a …
— ¿ Por qué diantres no estás vestida?— grita Daniela en mi cara como para despertar el edificio entero.
¿ Por qué debería estar vest… ahhhh?
Puede que hoy mientras estábamos en el parque las chicas hallan comentado el hecho de que va a haber una fiesta en el Berlín - el bar más popular del pueblo - porque ya han terminado su remodelación, y puede que yo halla estado un poquito absorta y no les halla hecho caso ninguno.
— ¿ Porque no quiero ir?— le respondo a una muy enojada Daniela que se agarra el puente de la nariz y se sienta en la cama en un acto extremadamente dramático, ¿ les había comentado que en el grupo siempre hay una dramática?, pues, Dani y yo discutimos por el puesto.
— Ahh no, definitivamente no, sabes perfectamente que no puedes quedarte en estas cuatro paredes ni un fin de semana más, no voy a permitir que vuelvas a ser una ermitaña en lo que queda de verano es como…
—¡ Ehh! Ya, ya cálmate, para el tren que si voy — la hago parar su monólogo antes de que se vuelva loca y empiece a decir cosas sin sentido, abre la boca para decir algo pero la interrumpo— Perooo, no tengo idea de que ponerme.
Se levanta de la cama en un gesto exagerado que muestra su gran habilidad para el deporte, ya que de un brinco estaba parada frente a mí, y hace reverencias como si estuviese en un teatro y todos le aplaudieran.
— ¿ Para que demonios crees que me tienes— dice tocándome la frente con el dedo— no sería para chismesitos de amor no?
Niego rápidamente con la cabeza y ambas nos echamos a reír a carcajadas.
Después de diez intentos fallidos me decido por unos shorts, un pullover ancho de colores chillones y mis zapatillas blancas, unas tranzas para amoldar mi cabello y listo, se que es bastante informal, pero nadie se pone vestidos un viernes en San Martín. Tomo una carterista para el teléfono y me despido de mi madre diciéndole que le dé comida al conejo.~°•°~
En la entrada del club nos unimos a Melisa, Rafael, Carlos y Andy, mis amigos desde el círculo infantil. Rafael ( mi mejor amigo del mundo mundial) anda con una camiseta blanca y un pantalón negro que le hace ver genial y lleva el cabello desordenado a los lados de la cara, el cual resalta sus ojos azules como faros en la oscuridad de la calle. Carlos va por el mismo estilo que su gemelo ( sip, es una mierda que sus nombres no se parezcan) con la diferencia de que este tiene el cabello casi a rape, lo que lo hace lucir más varonil, resaltando lo cuadrada que es su mandíbula y lo preciosos que son sus pómulos y cejas. Y, Andy, como es el más friki del grupo, anda todo de negro con una chaqueta del mismo color cubriendo sus tatuajes, tiene dos piercings, uno en la ceja, y otro en el labio inferior, al llegar estaba mordiendo el último distraídamente, pero en cuanto nos vio una sonrisa se dibujó en su rostro y corrió a abrazarnos.
— Piernotasss — nos grita a Dani y a mí a pesar de tener su boca prácticamente en nuestros oídos, como he dicho, son nuestros amigos desde la infancia, lo que es una ventaja porque conocen todas nuestras fases, Andy recuerda, especialmente cuando Dani y yo envidiamos a Melissa por tener piernas largas y nosotras tan cortas— ¿ Me extrañaron, o debería haberme quedado con mi madre en la ciudad?
— Definitivamente debiste que darte en la ciudad And.
Repone Dani juguetonamente despegándose del chico para saludar a los gemelos y a Melissa, abrazo a And unos instantes más y repito la acción de mi amiga. Por supuesto, que sí tienes un mejor amigo es para que te cargue como a bebé cuando te vea, y, eso es lo que hace Rafael cuando por fin llegó hasta él.
— Te extrañé pelandruja — susurra en mi oído yo lo aprieto fuerte contra mi pecho dejando caer una lágrima.
— Yo también idiota egocéntrico — sip, esta es la relación entre mi mejor amigo y yo.
Realmente había extrañado mucho a los chicos, me sentía muy culpable por pasar el último año del pre sin ellos, pero después de aquella noche, de aquellos meses, No, pasa nada, ya lo superaste, ya estás bien, necesitaba alejarme del pueblo, respirar otro aire, y eso hice, estuve todo el año en la capital con mis tías y regresé el lunes ( el comienzo de las vacaciones), apenas había salido de casa y por eso no había visto a nadie excepto Dani y Melissa.
— ¿ Entramos no?— pregunta Carlos y todos asentimos un poco incómodos por la emoción del reencuentro.
Pagamos las entradas y pasamos al interior del bar, Andy y Melissa van de la mano como la pareja que son esto es un poco nuevo por aquí, Carlos y Dani caminan sueltos por su cuenta, y Raf y yo pasamos juntos, el con su brazo por encima de mi hombro y yo con el mío por su cintura, y por primera vez desde que llegué, realmente siento que estoy en casa.
+__+nota de la autora: WTF, que noche, que meses?? Dios se pone buena la cosa. Estoy emocionada por como me está saliendo la historia, y tu personita que leas esto ( aunque nadie lo lee'_') deja tu voto plissss
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Perdida por mi vecino
Vampire¿ Qué pasa cuando todo cambia? ¿ Que pasa si sucede tan rápido que no logras ni pestañear? Leí una vez que cuando miras al monstruo a los ojos este te sonríe al devolverte la mirada. ¿ Qué pasa si más que mirarlo, lo besas, te entregas a él? Dice...