C a p i t u l o c u a t r o

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Al día siguiente en la mañana Jungkook fue despertado muy temprano por su padre para que empiece a hacer las tareas de aquel día como parte de su castigo.

Mientras eso sucedía Jimin recordaba como ayer su padre le pidió disculpas por el comportamiento de Jungkook asegurandole de que si Taehyung hiciera lo mismo él mismo se encargaría de llevar a los gemelos a un correccional.

Desde que tenía memoria Jungkook siempre solía decirle ese tipo de comentarios y Jimin ya empezaba a creer que eran verdad hasta ayer que su padre mostró ante todos que él era el primogénito de la familia Hikumoto.

En cambio Taehyung era más calmado y más centrado en su mundo de visiones y demás y por último nunca le había molestado de la manera que lo hacía Jungkook.

Después de indagar en su mente empezó a tocar el piano como más le gustaba, bajo los primeros rayos del día que entraban por la ventana del salón de música.

Mientras Henzo tomaba una taza de té sonrío al escuchar las melodías del piano de Jimin.

Al llegar la media tarde todos en la familia Hikumoto se encontraban en la sala de estar mientras Henzo le daba indicaciones a Jimin para que entablará el acuerdo con el capitán Min ya que esa tarea le correspondía como el primogénito de los Hikumoto.

Minutos antes del té de la tarde Jungkook fue escoltado a su habitación mientras Jimin estaba siendo preparado por las doncellas de su casa.

Y al llegar la hora de salir al salón el doncel a pasos firmes se dirigió al mismo regulando su respiración y sus emociones.

En cuanto cruzó la puerta pudo ver a su madre siendo acompañada por Taehyung tomando el dichoso té de la tarde.

Algo consternado por la ausencia de su padre y de su posible invitado se dispuso a preguntarle por los mismos a su madre tratando de parecer desapercibido.

—Están en el despacho de tu padre tratando otros asuntos, cuando llegue la hora de que ustedes dos traten los asuntos del que te comunicó tu padre serán enviados a la biblioteca, no podemos arriesgarnos teniendo a los sirvientes fisgones entre nosotros. —respondió su madre antes de que el siquiera pudiera formular una palabra completa.

—Oh, entonces los esperaré junto a ustedes. —se limitó a decir.

—Bien, toma esta es tu taza de té. —dijo Taehyung mientras le extendía la taza de té humeante en lo que Jimin se sentaba.

—Gracias hermano. —respondió reciviendole la taza para después darle pequeños sorbos a su té.

En lo que anímicamente Hyerin y sus dos hijos donceles charlaban amenamente en el salón Yoongi y el embajador lo hacían en el despacho del mismo.

—Promete que lo cuidarás Yoongi. —le dijo el viejo embajador al joven futuro emperador.

—Más que a mi vida mi señor. —respondió Yoongi sosteniéndo la mirada de los cansados ojos del embajador.

—Entonces es un hecho, se hará el trato pero como te dije se hará solo si mi hijo lo desea.

—Lograré que su amado hijo lo deseé señor Henzo. —prometió Yoongi.

—Eso espero muchacho. —dijo el embajador antes de levantarse de su escritorio y dirigirlos a ambos al salón donde ya les esperaban.

—Su majestad le presento a mi primogénito Jimin Hikumoto. —expresó Henzo orgulloso del doncel.

—Es un gusto señor Min. —pronunció Jimin haciendo una reverencia mientras conectaba sus ojos a los de Min.

Tanto Yoongi como Jimin en aquel momento sintieron que todo al rededor de ellos quedó pasmado y en segundo plano, solo sentían que eran ellos dos en aquel mundo que al conectar sus miradas habían creado.

El corazón de Yoongi latía como loco como nunca lo había hecho jamás y entendió el porqué Henzo amaba tanto que su hijo, Jimin no solo era hermoso físicamente, sus ojos actuantes como ventanas de su alma le daban a Yoongi indicios de su hermosa y adorable personalidad. En cada poro del ser de Jimin Hikumoto, Min Yoongi podía ver la inocencia y la pureza encarnada. Definitivamente no se arrepentía del trato que había cerrado con Henzo Hikumoto.

Mientras la mente de Min Yoongi se encargaba de recrear cada pedazo de Jimin, el hermoso Jimin pensaba que en todos sus años de vida jamás había conocido a alguien tan masculino e imponente que se veía sumamente atractivo, él no era un doncel al que la belleza física de las personas solía impresionar pero Min Yoongi tal vez sería la excepción.

Y en lo que ambos se decían todo y nada a la vez con sus miradas el viejo embajador tuvo que hacer un sonido con su garganta para que ambos salieran del pequeño trance que habían logrado crear en tan solo poco tiempo.

El pálido viéndose descubierto, sonrió de manera auténtica para después hacer una reverencia y tomar la mano derecha del hermoso doncel que tenía en frente para después besarla.

—Es un enorme honor poder verlo finalmente su hermosa divinidad después de escuchar solo maravillas de usted. —dijo Yoongi causando un notable sonrojo en Jimin.

—Gracias por sus hermosos cumplidos señor Min, para mi también es un placer poder conocerlo después de oír solo maravillas de usted. —respondió Jimin.

—Su padre no mentía al decir que usted realmente es una caja de sorpresas joven Hikumoto.

Jimin miró a su alrededor dándose cuenta que sus padres y Taehyung habían salido del salón dejándolo solo junto al capitán.

—Sus hazañas de guerra son algo que realmente me llamaron la atención, realmente creo que en las lejanas tierras de Manchuria todos solo hablan de usted y sus logros.

—Me halaga saber que una persona tan hermosa como usted pueda halagarme joven Hikumoto.

—Digame solo Jimin. —respondió Jimin.

—¿Jimin?

—Sí, es así como los futuros esposos se deben tratar. ¿No es así? —preguntó Jimin.

Yoongi se quedó perplejo. Y inmediatamente preguntó.

—¿Cómo es que lo sabes?

—¿No es obvio? Mi padre ya me había advertido de esto.

—¿Te molesta? —preguntó Yoongi.

—Para nada, solo te pido que me lleves contigo a donde sea que vayas de ahora en adelante, prometo no ser una carga, sé pelear, también sé muchas cosas como arte, dibujo y pintura y entre otras cosas más.

—¿No le temes a la guerra? —preguntó Yoongi.

—Quiero estar donde mi marido esté. —respondió firme Jimin.

Yoongi quedó sorprendido por la determinación del doncel.

—Por esa misma razón le rogué a tu padre por tu mano, y debes saber que yo jamás le he rogado a nadie, eres la excepción cariño. —dijo mirándolo fijamente.

—Entonces, ¿Cuando partiremos al campo de batalla futuro esposo?

—Cuando nos casemos y te haga mío de todas las formas posibles mi amor.























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Holis <3



Andaba de viaje por eso no actualicé pero ya regresé y también conmigo regresaron las actualizaciones.


Espero les guste.



By: Sugus ♡

Dulce Ilusión - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora