nueve

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Al escuchar las palabras que acaban de salir del boca de su padre levantó de la silla inmediatamente con mucho ruido.

Anahí: ¡¿QUE?! -su silla se cayó detrás de ella.

Alfonso quiso sonreír pero pensó que será mejor hacerlo en privado después de este conversación.

Franco: ni me digas nada no te dejaré perder más mi tiempo así que salte y te hablaré luego.— su tono era muy serio.

Anahí: no olvidaré esto. — fulminó la mirada hacia Alfonso y él tenía que mirar hacia otro lado para no saltar una risa.

Con una última vista hacia el hombre que supuestamente era su padre dio la vuelta y salió del oficina.

Anahí: ahora si naco si no me conoces ahora me  conocerás. —dijo a sí misma con una mirada que podrá matar.

Nadie se mete con su vida personal.

Así que ella esperó en su coche hasta que vio al malcriado salir del edificio. Alfonso sin idea de nada caminaba hacia la parada del autobús.

Anahí: es tan pobre que ni tiene bicicleta. — rio a sí misma.

Al rumbo al casa Alfonso recordó lo que pasó y sonrió. Es lo menos que merece y por fin podrá trabajar en paz. Sin saber que Anahí estaba conduciendo atrás del autobús.

Después de lo que parecía una eternidad, el autobús se detuvo y finalmente se bajó del autobús.
Su casa estaba a una cuadra de distancia. Por su lado Anahí no quería que él la viera siguiéndolo, así que se aseguró de mantener la distancia lo suficiente como para seguir a la vista.

Ya llegando Alfonso entró a casa y saludó a su mamá cómo siempre. Anahí con mucho cuidado trato de ver hacia adentro de la casa pero las cortinas estaban cerradas.

Anahí: ¡maldita sea! —susurró.

Así que tocó a la puerta con la intención de confrontarlo sobre lo que hizo. Y no esperaba quién abrió la puerta.

Una señora frágil para su visto abrió y sonrió dulcemente hacia Anahí.

Elena: hola.

Anahí: hola disculpa por la interrupción pero ¿está Alfonso? Es que soy su compañera de trabajo y olvidó algo y quería entregárselo.

Elena: claro sólo está en la ducha puedes esperar que se salga entra. — hizo al lado para que se entrara y sentaron en la mesa. Las paredes eran algo viejas y el espacio en el que estaban sentados era pequeño, tal y como ella imaginaba. Pobres.

Elena: ¿y cómo te llamas?

Anahí: Ana y usted?

Elena: Elena, soy la mamá de Alfonso. Estoy muy feliz que tiene un buen trabajo. ¿A ti te gusta trabajar ahí?

Anahí: sí me encantaba trabajar ahí pero sabes hoy me despidieron. — se frunció el ceño.

Elena: ay no y eso porque me imagino que eres buena empleada.

Anahí: si fui muy buena pero tú hijo fue la razón en porque me despidieron, hecho mentiras al jefe.

Escuchó una puerta que cerraba.

Anahí: perdóname señora pero ya es tarde ya debo irme gracias por tu compañía. — sin dejar que Elena dijera otra palabra se levantó y salió de la casa.

Anahí: esto es sólo el principio Alfonsito. — sonrió a sí misma caminando a su coche.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2022 ⏰

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