Piso Mojado (ponny)

seis

Franco le dio sus instrucciones para comenzar a trabajar, y era mucho pero eso no le importo a Alfonso él iba a echarle ganas y terminar bien para su nuevo jefe.Franco abrió la puerta para Alfonso y ahí esperaba una molesta Anahi.

Franco: Ahora me vas a escuchar niña.

Alfonso imitó un oops y tapó su boca mientras paso afuera del oficina. Anahi se enojó mucho verlo hacer eso y salio un 'uggghh' antes de que ella entró al oficina.

En la oficina..

Anahi: Pa, ¿no vas a dejar que ese trabaja aquí verdad? Dime que no.

Franco no cambió su cara de serio. 

Franco: si va a trabajar aquí a quien no se si va a trabajar aquí es a ti.

Anahi no podía creer lo que estaba escuchando y se abrió la boca en shock.

Anahi: ¿pero papá qué cosas dices? No vas a despedirme verdad soy tu hija.

Franco: parece que mi hija necesita aprender cómo se siente al perder un trabajo por mal portación.

Eso le hizo saber que fue algo que dijo Alfonso de lo que pasó en sus trabajos.

Anahi: papa lo que sea que te dijo ese... chavo es mentira no puedes creerle a él que a tu propia hija.

Franco: ¿entonces no estuviste en su trabajo el mismo día en que le despidieron?

Anahi: pues.. Si pero

Franco: ¿vas a negar que no tuviste nada que ver que le despidieron?

Anahi pensaba su respuesta bien antes de contestar, no podía creer que Alfonso dijera que fue la culpa de ella.

Anahi: si él perdió su trabajo fue porque hizo su trabajo mal y debe aprender a hacerlo más bueno.

Franco: Any no te crie de la manera en que trataste Alfonso, y no creo que no tuviste algo que ver en la despedida de él en sus trabajos porque fueron dos trabajos hija en donde tu estabas ahi y perdió sus trabajos.

Anahi: ¿me vas a despedir papa?

Franco: quiero que tú tomes este día para pensar muy bien las cosas y mañana hablamos de tu puesto en este negocio.

Anahi: papa no lo puedo creer — dijo y llenaron sus ojos con lágrimas y así corrió afuera de oficina.

Franco: tampoco yo — suspiró triste.

En otra parte del edificio Alfonso limpiaba los pisos y las ventanas.

Aún recordando la cara que puso Anahi cuando salió de la oficina de su padre. Tuvo que admitir que eso hizo que su día fuera un poco más brillante. Comenzó a silbar una canción a si mismo cuando de repente llegó Anahi y ella pateó el balde de agua haciendo que toda el agua fuera a todas partes.

Anahi: esto es por mentir y decirle a mi papá que te hice perder tu trabajo. — dijo limpiando sus lagrimas.

Alfonso suspiro molesto pero no le sorprendio que ella haría algo asi.

Alfonso: en que parte menti, es verdad — dijo y cuando la miró notó que había estado llorando.

Alfonso: ¿qué te pasó?

Anahi: me pasó que TU mentiste a mi papá y va a correrme.

La noticia le sorprendió mucho, no pensaba que Franco tomara esas medidas sobre las cosas que pasaron, era su hija de todos modos.

Alfonso: no es mi culpa deberías disculparte en vez de echar culpa a otros.

Anahi: no tengo porque pedir disculpas a nadie si no hice nada.

Alfonso: pues hagas lo que quieras a mi me dejas en paz para hacer mi trabajo gracias. — dijo y comenzó a limpiar el agua que ella tiró.

Anahi: no fijate, no te dejaría hacer nada antes de que me explicas ¿cómo diablos conseguiste hablar con mi papá por un trabajo?

Alfonso dejó de limpiar y sonrió mirándola.

Alfonso: tu tarjeta querida. — y agarró la tarjeta de negocios de su bolsillo a mostrarsela y la tapó con la tarjeta en la nariz.

Anahi: entonces aparte de ser un grosero pobre también eres ladrón no me sorprende nada eso. — y quitó la tarjeta rápidamente.

Alfonso rodé los ojos.

Alfonso: no te robe nada tú cómo fue que te llamaste antes torpe si por torpe te cayo la tarjeta en mi tienda y si no te molesta devuelvemela. — extendió la mano y esperó que ella volviera a poner la tarjeta en su mano.

Anahi: no, esta tarjeta es mía y veremos si a mi papá le gustaría saber que tiene un ladrón trabajando para él.

Alfonso se acercó y estaban de narices.

Alfonso: porqué no en lugar de decirle más mentiras le dices que resignas.

Quedaron mirándose a los ojos y a Anahi no importa cuanto quisiera negarlo, se sentía atraída por este hombre. Alfonso se sintió igual y se sentío como si hubiera un imán que lo hacía inclinarse para besarla.