La noche era fría, pero era un frío que me acogía, sobre todo cuando estaba tenso por cosas que ocurriese en mi vida. Mi día, como normalmente es, fue muy productivo, no había día en el que no se hiciera algo, todo siempre se tenía que cambiar, reparar o mejorar, y las monedas de cobre siempre escasean, muchas veces no ha habido para comprar comida, y las monedas de oro que me dio Lanstain se esfumaron como si de polvo se tratase, aunque no eh de negar que fueron una gran ayuda varios días.
En este momento mi cabeza no deja de dar vueltas, el estrés de buscar dinero, el pensamiento de que nadie muera, el verme siempre a un paso más de lograr un cambio, pero con algo deteniéndome y anclándome al piso.
Suelo ser lo suficientemente fuerte para aguantar todo lo que venga, pero a veces me siento débil, sin saber qué pasara el día siguiente. Si alguien morirá de hambre, o de frío, o porque se le calló la casa encima.
En esas ocasiones solo me tomo un descanso, uno pequeño para despejar mi mente y poder pensar mejor que debería hacer. Me apoyo en el balcón de la casa y miro el cielo, las estrellas fueron la que por mucho tiempo me acompañaron en la infancia, y la luna, mi amiga a la que siempre le he contado todo.
-maldita sea- me susurraba a mi mismo con la mirada pegada en la luna
-ten- Dice Isma mientras me hace la entrega de una taza
-¿qué es?- digo agarrando la bebida
-se llama Té, la trajeron del Este, alguna ciudad cercana a Xeor... supongo
-alguna de las ancianas, me imagino- olfateo el Té- no huele mal- le doy un sorbo
-Tampoco sabe mal- Isma le da un trago- un poco insípida para mi gusto- Su mirada gira hacia mí- ¿qué te paso hoy?
-nada- mi mirada no se desprende de la taza
-¿nada?, terminaste la reunión, creo que... unos cinco puntos antes de que realmente fuese a terminar- Isma se sienta al lado mío, con su espalda tocando la baranda y da un sorbo más- ¿fue por lo de Alif?
-Si- no me detengo a enfatizar mucho en los detalles
-él está loco, ya lo conoces, ¿por qué te haces tanto problema?
-En toda su locura, ¿tendrá algún punto?- me siento a su lado
-Y... me imagino que ya has pensado en cuál sería ese punto, ¿o me equivoco?
-el dinero es escaso, podríamos conseguirlo fácilmente, pero eso implicaría hacerle daño a otros
-Solo deja esa idea morir como lo has hecho con otras- Da un sorbo terminando con su té-hablemos de otra cosa
-¿De qué quieres hablar?- veo como Isma se queda pensando
-¿te acuerdas de Railand?
-¿cómo no?, ahí fue donde nos criamos
-Bueno... arreglaron la taberna de Jou
-¿En serio?, pensé que jamás lo harían
-sí, hace poco fui por haya, el camino sigue siendo una pesadilla, pero al menos la arreglaron
-¿Jou sigue trabajando?
-no... ahora atiende su cuñado, Ki... Ka... ¿Carma?-Isma rasca su cabeza intentando acordarse del nombre- lo olvidé por completo, lo bueno es que tienen mesas nuevas, ya no se necesitan de tres sillas para que funcionen como patas
-Suena bien, debería ir por esa zona más seguida
-no, es un asco- nos reímos al acordarnos de ese lugar
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Obsidiana
FantasíaEn las tierras de «Árdal» yacen cuatro grandes reinos que viven en paz después de años de conflicto. En estos reinos, Lanstain, Björn y Valentina Pendracost, vivirán aventuras que cambiarán sus vidas y la percepción que han tenido de ellas. La image...