Luego de escuchar la explosión y ver cómo se formaba una enorme nube negra, vemos como Lanstain corre directamente de donde provenía el humo.
-OYE IMBÉCIL, ¿A DÓNDE VAS?- le grito con todas mis fuerzas. No podía decir que la mejor idea, al momento de ver que podríamos estar a punto de vivir el comienzo de una nueva guerra, sería correr directo a la batalla. Menos si no estaba preparado en ninguna forma, ni militar, ni como caballero.
-vamos a ayudar- me dice Daishi con un pie adelantado, como si estuviera esperando mi respuesta para correr junto a Lanstain.
-¿Estás idiota? No sabemos que acaba de pasar- le digo en una explosión de lucidez.
-¿Y decidiremos estar aquí mientras gente muere?.
Para ser honesta. Genuinamente, quería ver de donde provenía todo, quería saber qué había pasado, y quería ayudar a los que más podía. Solo suspire y decidí llevarme por mis intentos.
-¡Está bien!
En el preciso momento en que lo digo, Daishi, sale corriendo y yo detrás de él intentó seguir sus pasos.
Corríamos en contra de las personas que intentaban escapar, con cada hombre y mujer que me tropezaba pensaba dos veces si seguía siendo buena idea el ir a donde estuviese la explosión, Pero con cada paso que daba me percataba de a donde me dirigía. Cuado llegamos, vemos como la casa refugio estaba completamente en vuelta en llamas y ceniza. La escena era grotesca, personas carbonizadas, cuerpos decapitados, mujeres y niños aplastados, personas intentando socorrer a los que estaban debajo de los escombros. Al ver todo eso me quedé petrificada «¿qué paso?». «¿quién hizo esto?».
Un silbido que provenía de la casa fue lo que me despertó del trance. Sin oportunidad de reaccionar, el techo explota. Al alzar la cabeza, logro vislumbrar dos figuras que se alzaban por los cielos entre el humo, las cenizas y la luz de la luna. Una de esas figuras se torna de un aura azulada, y las nubes obscuras de la noche empiezan a formar una pequeña tormenta eléctrica que detona en una poderosa descarga que cae sobre ambas figuras hasta llegar al suelo. Con una fuerza tan grande que logra alzar una nube de polvo, obligándonos a taparnos los ojos.
Después de unos segundos volteo a ver a Daishi, ninguno de los dos encontraba razones a lo que había ocurrido. Apenas la nube de polvo se dispersó, ambos entramos corriendo a lo poco que quedaba de la casa. El fuego que estaba dentro se empezaba a extinguir, pero nuestra sorpresa fue ver a miguel en el suelo apoyado contra la pared y con una vara de madera atravesando uno de sus costados.
-por todos los dioses- me acercó para comprobar si estaba consiente.
Daishi se queda sereno viendo todo. Como el fuego consumía la poca madera que quedaba y como el piso de piedra estaba destruido, con marcas de un fuerte enfrentamiento. Al caminar unos pasos por la casa mira un cuerpo, si se le podía llamar así, una masa de carne humana regada por todo el piso. Huesos y sangre repartidos en porciones al rededor de lo que alguna vez fuese el comedor. Cerca de toda esa escena yacía un Lanstain inconsciente. Al percatarse de él, va corriendo para verificar si aún seguía vivo. Una pequeña luz de esperanza se prendió cuando se lo pudo ver respirar.
-¡Lanstain, está aquí!- me grita
-¿Lanstain?- no sabía qué pensar
-A... Alif... -susurro un moribundo, pero consiente, Miguel. Mientras intentaba levantarse, agarrándose a la pared que lo sostenía.
-No... no te esfuerces. Te llevaremos con un matasanos- se lo digo mientras intento que se mantenga sentado -. Todo estará bien.
Miguel asiente con la cabeza e intenta calmarse
ESTÁS LEYENDO
Obsidiana
FantasyEn las tierras de «Árdal» yacen cuatro grandes reinos que viven en paz después de años de conflicto. En estos reinos, Lanstain, Björn y Valentina Pendracost, vivirán aventuras que cambiarán sus vidas y la percepción que han tenido de ellas. La image...