Amaneció con los ojos pesados, no tenía ganas de levantarse o tan siquiera seguir viviendo.
No después de lo que le tocaba presenciar ese mismo día.
Sin ánimos, se levantó y caminó hacia el baño para lavarse la cara, notando unas ojeras que mostraban el cansancio de haber llorado casi toda la noche.
Un tono de llamada sonó.
-¿Hola?- contestó la peruana.
-Perú, ¿Vendrás a la boda?- Perú escuchó a un mexicano al otro lado de la llamada.
-México, yo... ¿Creo que sí?- respondió con nervios.
-Estás dudando. Perú, eres mi mejor amiga, por eso me preocupo por tí, y por eso yo te digo que lo mejor es olvidarte de él-
"Él". La causa de sus lágrimas y tristeza; sobretodo desde que se enteró de su nueva relación con la japonesa, y que ahora se va a casar con ella.
-Lo sé, solo que es difícil para mí. Aún lo amo y no quiero seguir haciéndolo- la peruana no pudo reprimir su llanto.
El norteamericano sintió pena por ella; aún se aferraba a aquel amor de antaño que tuvo con el estadounidense, un amor tóxico que solo le hizo daño, por eso la obligaron a cortar su relación.
Y ahora todos ven un cambio significativo en Estados Unidos, pues es el novio perfecto con Japón, el novio que todos quisieran tener.
Naturalmente todos piensan que ese cambio positivo fue gracias a que terminó su amorío con la latina hace un par de años.
-Perú, calmate; ese idiota no te merece, te hizo mucho daño ¡Incluso terminaste en el hospital!- el mexicano estaba exasperado.
-Pero a pesar de todo, todavía recuerdo los bellos momentos a su lado, me decía que era la mujer de su vida, la única- dijo entre sollozos.
-USA te dijo todo eso y míralo ahora; está feliz de la vida mientras que tú te aferras a un pasado que él ya tiró a la basura-
-Méx, agradezco que quieras ayudarme, pero eso no me hace sentir mejor-
El contrario suspiró -Lo que trataba de decir es que, tienes que mostrarle que tú también lo superaste-
-¿Qué yo también lo superé? ¿Cómo?-
-¡Exacto! Y lo que tienes que hacer es: ponerte más bella que nunca- dijo con ánimos.
-¿Verme bien en su boda? Es lo que menos quiero-
México se estaba hartando de la actitud depresiva de la peruana.
-Pero es necesario, no puedes estar rogándole para que vuelvan, él no lo hará-
Entonces Perú miró una foto que aún conservaba de ella con USA cuando aún eran pareja, se dió cuenta de la antigüedad de esa imagen. Y pensó que su amigo podría tener razón.
-Ok Méx, tu ganas, lo haré ¡y me verás como la más hermosa de la fiesta!- exclamó más animada limpiándose los rastros de lágrimas en sus ojos.
-¡Así se habla! Nos vemos Perusita. Mi Cannie quiere que la ayude con su vestido. Adiós- se despidió y cortó la llamada.
Casi al instante, Perú regresó al baño para ducharse y hacer caso a lo que dijo México; además de que escogió el vestido más hermoso que tenía, un regalo de su amigo China.
Después de bañarse y vestirse; se maquilló lo mejor que pudo tratando de esconder las ojeras y contrarrestar adornando sus hermosos ojos dorados; y como toque final se puso unos aretes y collar heredados por su madre.