𝟎𝟑. 𝐓𝐡𝐚𝐭'𝐬 𝐦𝐲 𝐟𝐮𝐜𝐤𝐢𝐧' 𝐫𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐡𝐚𝐧𝐝

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▬▬▬▬ ❛ MADE A PROMISE THAT I’M GONNA MARRY YOU IF
WE’RE BOTH STILL SINGLE
BY, LIKE, THIRTY-TWO ❜ ▬▬▬▬

Cuatro días después del incidente, me encontraba con Heather jugando vídeo juegos, miércoles por la tarde, las tareas ya las había acabado y el evento que me tocaba fotografiar lo tenía para el día siguiente, me encargué de dormir bien después de llegar de clases y luego fuimos solo Heather y yo por lo que restó del día, riendo cuando mi hija señalaba emocionado los gráficos moviéndose, no sé porqué Rivers le compró un PS2 para su tercer cumpleaños, solo teníamos juegos de carros donde Heather casi nunca entendía nada o uno didáctico, ese sí que le agradaba, aunque cuando estaba con él, nos reíamos de ver cómo su auto chocaba, o el mío explotaba, lo que fuera, sus carcajadas llenaban mi casa, haciéndome sentir extremadamente bien.

—Heather, debes de ser la peor jugadora de la historia, y por encima de todo, la única que se ríe cuando queda en último lugar.

Mi pequeña me observó curiosa pero me continuó mostrando esa sonrisa con dos preciosos hoyuelos marcados a los lados, la cual desapareció cuando ambos escuchamos el sonido de mi celular. Iba a maldecir, pero preferí morderme la lengua hasta que observé el nombre en el identificador “Karl Jacobs” aparecía en letras grandes.

—Tranquila, linda, es el tío Karl.

Observé a Heather sonreír al escuchar el nombre de su tío, y luego sus manos tomaron el control de nuevo. Inicié otra partida para que se divierta mientras pegaba el celular a mi oreja, oyendo la voz alegre y con ese toque neoyorquino que tanto caracterizaba al castaño omega.

—¡Quackity! —le llamó por su apodo, hace mucho tiempo que nadie se refería a él por ese apodo—. Hombre, ¿por qué no contestabas?

Conocí a Karl en la Universidad, él es un omega relativamente normal, tiene un carácter muy agradable, aunque nunca sabe cuándo callarse, él cuenta con todas las facilidades para tener un beta o un alfa cuando desee, sin embargo no ha tenido una cita hace mucho, mucho tiempo, eso según me dijo. Nos conocimos un día saliendo de clases, cuando detuve el ascensor para él y empezó a contarme la vez que se quedó atrapado en este, fue gracioso, al final terminé invitándolo a mi casa. Era un omega, no tengo porque temer que me haga algo.

Lo curioso es que no tengo muchos amigos, Karl contaría como uno de los pocos y el único cercano de la Universidad. ¿Por qué? No me llama la atención conocer personas, tanto así que de la Universidad paso a la casa, o del trabajo a la casa, no salgo a citas, si voy al bar es con un único fin, entonces muchas personas me consideran poco sociable, me imagino.

No me importa, Karl es como esos chicles de los que no te puedes separar así quieras, puedo intentar desaparecerme de la faz de la tierra por una semana, y Karl es del tipo de persona que te llama todos los días hasta encontrarte. Él te busca, porque le aburre esperar, y sinceramente se lo agradezco, de no ser por ese agradable detalle de su persona, yo no tendría absolutamente ningún amigo.

—Heather. Es que estamos en un gran momento padre e hija. —Lo escuché reír, él siempre era tan alegre.

—Bueno, dale besos de mi parte, ¿de acuerdo?

—Claro, de tu parte y el triple de la mía, ya sabes.

—Perfecto, pero Quackity, no es por Heather por lo que llamé esta vez. —Escuché que suspiró y preparé mi oído, seguro él también estaba tomando aire. —¡¿Cómo es eso que estabas con George Davidson en la exposición del sábado?! Dios, no puedo… ¿Desde cuándo salen? ¿Te está cortejando? ¿Te ha mordido? ¿Es tan genial como parece?

George Davidson, sí, suena bien. El perfecto nombre para un alfa idiota engreído que se cree la gran cosa por su posición social y por ello no folla a omegas pobres y débiles aunque estén en celo y desesperados. Sí, Davidson, el apellido de un cretino, juro que lo único bueno que he sacado de estos días en celo es saber que mi omega debe olvidarse de él de una buena vez, no chillar de felicidad por saber su apellido como ahora. Suspiré, apoyando mí cabeza en el respaldar del sofá, debería ya haber cesado esta ansiedad por él. ¿No sirve que haya pasado todo mi celo con su imagen en su cabeza? ¿Con su aroma? El pensar en su tacto y sus labios...

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 | qnfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora