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Louis estaba muy molesto con Harry.

Lo dejó irse solo hasta el hospital con Charlie enfermo por un descuido que no fue suyo.

—¡Salí un maldito día, Harry! —Le había comenzado a gritar después de llegar del hospital junto a Charlie que ya se encontraba en recuperación —Tú te vas diario y yo cuido a nuestro hijo, sólo te pedí una cosa, que no lo pusieras en el viento porque iba a enfermarse y ni eso pudiste hacer.

Harry normalmente no opinaba cuando era un tema de Charlie, en realidad no le gustaba hacerlo;normalmente, asentía a todo lo que Louis le dijera del bebé y le compraba todo lo que necesitaba, muchas veces ni siquiera sabía por qué lo necesitaba, sólo lo compraba sin más. Porque para Harry, Charlie no era de él, era algo que compartía con Louis, pero Charlie era de Louis, no suyo.

—¿Sabes lo que es tener que cargar con el crecimiento de alguien más y que su padre no esté ahí para ayudarlo? Porque no lo ayudas, Harry, yo lo estoy criando solo. Es cansado tener que rogarte para que le prestes la mínima atención.

Pero fue el último día de que Harry asintiera sin preguntar realmente las razones por las cuáles lo hacía.

—¿No te parece que te estoy ayudando? Te doy todo el maldito dinero para que Charlie tenga una buena vida, cuando llegó a nosotros acordamos que ese sería el trato ¿no? Tú estar con él en casa y yo traerles para comer.

—¡Pero cuando volvieras a casa al menos podías pasar tiempo con él, maldito imbecil!

—¡Este imbecil les da un techo para vivir! Te desvives por alguien que no recordará el día de mañana lo que hiciste por él, Louis, ni en un año, ni nunca—Se acercó a Louis y trató de calmarse, tomó un largo respiro y continuó hablando con la voz más baja y calma—¿Dónde quedó el Louis que tenía una vida, dónde dejaste al Louis del que me enamoré?

—Está cuidando de tu hijo.

Harry no lo soportó más, había pasado todo un año escuchando más de diez veces al día el nombre de "Charlie", pero parecía que algún día iba a enfermar de que su nombre ahora vivía en su cabeza, pensaba, que si seguía en esa casa junto al bebé se volvería loco.

Así que en ese momento Harry supo que sólo tenía dos opciones, seguir su vida y encontrar la paz mental que había perdido durante el último año o seguir con lo que alguna vez fue el amor de su vida, que, seguramente estaba ahí escondido, pero eso sólo significaba que Charlie no  dejaría salir al antiguo Louis, lo tenía de por vida junto a él; si escogía a Louis, tenía que escoger a Charlie.

Y Harry no quería a Charlie.

—Louis ¿Si tuvieras que escoger entre Charlie y yo, a quién escogerías?

—A Charlie —Dijo sin pensarlo dos veces —Porque él ni siquiera me haría escoger.

—Entiendo—Harry sopló con desgano—Entonces yo me elijo a mí, quiero el divorcio.


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Ya andamos bien cerquita del finaaaal.

Despertando a CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora