Narrador.
— ¿Que? ¿Tengo un payaso en la cara o por qué me miras tanto?
— ¿Realmente me odias? — indagó Izzy.
— ¿De que hablas? — pregunto el Blondo.
— No me respondas con otra pregunta, odio eso — dijo mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo — ¿Por que me odias?
— Esto es estupido — Michael iba a abrir la puerta.
— No — este tomó de la mano del contrario para alejarla de la manilla — aún quedan cinco minutos, mientras tanto piensa en una respuesta.
— ¿Te afecta que yo sienta odio por ti?
— Que pregunta más estupida acabas de hacer, ¡Claro que me afecta! Haces cosas horribles con tal de molestarme, no detienes tus comentarios tan... tan... tan humillantes tan hirientes, jamás te hice algo malo, ¿Entonces por que eres así conmigo?
Ahora solo se podía escuchar la música de afuera.
Izzy podía sentir un nudo en la garganta, ¿Pero por que? Tal vez solo no debía prestarle atención, ni siquiera debería preocuparse por caerle bien a todo el mundo, tal vez solo tenía que vivir y dejar vivir, tal vez.... Tal vez solo debía irse de aquella casa, si, quizás eso debería hacer.
— Hey — Michael se dio cuenta de la expresión de amargura y tristeza del azabache — No te odio, creo que después de todo solo me estaba desquitando contigo sobre algunas cosas — dijo encogiéndose de hombros.
— Eres un bastardo — Izzy dio un golpe en el pómulo del rubio y ahí fue cuando se acabaron los siete minutos en el paraíso, ¿Irónico verdad?
Se despidió de todos los presentes y salió, casi corriendo de esa casa. Por mucho tiempo se planteó de que hizo algo mal para no agradarle a Michael, pero nunca fue así, el maldito simplemente lo tenía como un saco de boxeo, ¡Jodido imbecil!
Lamentablemente salió junto con el más alto, por lo tanto no tenía llaves, además de que era de madrugada, así que tuvo que trepar por un árbol para poder entrar a la casa, casi pierde un ojo pero al menos logró entrar.
Más tarde lo terminó de despertar su alarma y al momento de abrir los ojos sintió como si un hacha se le incrustaba en la cabeza, su boca estaba seca y su olor corporal era como la mierda, se levantó con mucho esfuerzo para llegar a la ducha y tomar un baño rápido para irse al colegio, tenía unas ojeras espantosas y estaba más pálido de lo usual.
Lo primero que hizo al llegar a la escuela fue comprar una botella de agua, y ahí se topó con Steven, al parecer no le había hecho tanto efecto el alcohol como a él.
— Casi matas a Duff el día de ayer — El rubio soltó una risotada.
— ¿"Duff"? — pregunto Izzy.
— Si, así lo llamamos a ese poste de luz. Por cierto, no te ves para nada bien, ¿Quieres Saltarte clases?
— ¿Podemos hacer eso? — pregunto de manera ingenua.
— Obvio no, pero los maestros están demasiados ocupados como para darse cuenta que falta algún alumno — se encogió de hombros.
— Eh, pues bien — cedió el azabache — ¿A donde iremos?
— No muy lejos de aquí, no te secuestrare así que no te preocupes — dio una risita.
Ambos chicos caminaron en dirección al baño, dentro de este al fondo donde los chicos se cambiaban había una ventana para ventilar, allí con ayuda de unos chicos que se hallaban ahí salieron por aquel lugar, se dirigieron a un parque al cual muchos alumnos del colegio pasaban después o durante de clases a beber, fumar o simplemente pasar el rato para distraerse.
Steven sacó de su mochila un papel doblado <Sostén esto por favor> pidió amable, a lo cual Izzy no se negó, tras eso sacó nuevamente de su mochila unos papelillos.
— ¿Tienes cigarrillos? — pregunto el rubio.
Izzy asintió, sacó la cajetilla y antes de darle un cigarro, Steven le arrebató la cajetilla desarmándola en la parte superior, el azabache no dijo nada simplemente se dedicó a prestar atención a lo que hacía con el cartón.
Steven hizo una especie de rectángulo y comenzó a hacer unos dobles en aquel cartón para luego enrollarlo, le pidió el papel que le pasó anteriormente a Izzy y al desdoblarlo pudo ver que traía una especie de orégano, claro que no era orégano. Antes de seguir haciendo lo que sea que estaba haciendo se dedicó a acercar el papel a sus fosas nasales para oler mejor el aroma que desprendía aquel contenido.
— Huele muy bien — sonrió mientras acercaba el papel a la nariz de Izzy para que este oliera también.
— ¿Que es? — pregunto el Azabache.
— Un chistoso, no necesitas saber más — dijo para luego armar una especie de cigarro.
Steven llevó aquel "chistoso" a sus labios y dio una calada profunda, seguido de eso expulsó el humo por la nariz. Entregó aquel porro a Izzy, este dudó un poco si fumarlo o no y finalmente le dio una calada, aguantó un poco el humo cosa que alarmó a él rubio.
— Espera no hagas eso, tienes que fumar y expulsar el humo rápido, hace mal retenerlo — explicó el más bajo.
— Ya veo — Nuevamente Izzy le dio una calada que le ardió un poco la garganta y soltó el humo.
Pasaron unos minutos, y comenzó a hacer efecto y tal y como dijo Steven el "chistoso" los dejó bastante chistosos, al principio reían de cosas estupidas, como un árbol pequeño que vieron por ahí, ya después un ataque de risa invadió a Steven que no dejaba de reír contagiando también a Izzy. Luego de que pasara la risa ambos chicos fumaron un cigarro, cosa que hizo que la hierva les pegara más fuerte que antes.
— Ya debieron haber salido del colegio los chicos — Dijo Steven mientras se estiraba.
— Eso creo.
— Izzy... tus ojos están rojisimos — el rubio comenzó a reír otra vez — Diablos, ahí viene Duff, actúa lucido.
— Bueno, fue divertido Steven, gracias por.... Compartir eso conmigo — dijo despidiéndose.
Caminó hacia Duff quien estaba con los brazos cruzados viendo como se acercaba a él. Ambos se fueron a casa, nadie dijo nada hasta que entraron, Izzy se dirigió hacia el refrigerador buscando algo para comer.
— ¿No me pedirás disculpas por el golpe de anoche?
— ¿No me pedirás disculpas por él como me has tratado este tiempo viviendo contigo?
Nuevamente quedaron en silencio, Duff miraba fijamente a Izzy. El rubio se acercó bruscamente hacia el azabache, por un momento este pensó que lo golpearía, pero no fue así el blondo tomó del mentón del otro alzando su cabeza para que lo mirase y ahí la expresión de Michel cambió rápidamente.
— Estas drogado — Dijo enojado.
— ¿A ti qué más te da? — dijo empujándolo para poder irse.
Y era cierto, ¿Que le importaba a Michael lo que él hiciera?