capitulo 13: El Ogro olor a pata

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- Y, en mi opinión, el castigo apropiado es la expulsión- cerró Snape su acusación. Profesor y alumna se encontraban en la oficina de Dumbledore para determinar cual sería su castigo por haber "hurtado, además de agredir física y verbalmente a un alumno", en palabras de Snape.

- Ciertamente Severus, aunque me gustaría saber que tiene la señorita T/a para decir al respecto- contestó Dumbledore mirando a la joven argentina que se encontraba sentada frente a él con una expresión de culpa y honestidad. Pobre Dumbledore..... no sabía que  la argentina había esta pensando mil excusas hasta el momento.

-No niego que se me encontró sacando tartas de la cocina, pero créame, lo estaba haciendo con total autorización. No he comido nada desde la mañana, me he pasado día y noche estudiando para lograr ser una gran maga al igual que usted, señor Dumbledore-  dijo con "total honestidad" la argentina.

En toda su instancia había logrado hacerse amiga de la doña que estaba en la cocina, que le había dicho que podía sacar algo de la cocina cuando quisiera. Así que dentro de todo no contaba como robo..... Al ver la cara enternecida del  viejo mago supo que su "pequeña" victimización estaba funcionando de maravilla, por lo menos en Dumbledore, ya que al mirar al profesor Snape se dio cuenta que tenía una peor cara de culo que de costumbre.

-¿Se puede saber a que se refiere con que tenía permiso? Y también dígame señorita, ¿como planea justificar el trato al señor Diggory?- Interrogó el profesor de pociones, a lo que el director le dedico una mirada un tanto desaprobatoria al profesor.

-La señora encargada de la cocina me autorizo a sacar aquellos postres. Respecto a lo sucedido con Cedric no tengo palabras para expresar lo avergonzada que estoy, la ira nubló mi juicio- "Ulala, que elegancia la de Francia", pensó la  argentina. Sabía que ver tantas novelas turcas y tomar lecciones de gramática/fonética con Hermione, obligada por la Gryffindor, le iban a servir.

- ¿Cómo......- Severus se vio interrumpido por Dumbledore.

- No necesita responder nada más  señorita T/n, confío noblemente en sus palabras, y se que no me mentiría. Pero lamentablemente no puedo dejarla impune ante lo sucedido, por lo que mañana deberá limpiar las aulas correspondientes a 1° año junto al señor Diggory- Finalizada su sentencia Dumbledore los acompaño a ambos fuera de su despacho.

- Gracias director Dumbledore, no lo voy a decepcionar. Chau!- Comentó mientras caminaba a quien sabe donde, pero lo más lejos  de ambos adultos.

-No quiero contrandecirlo Dumbledore, ¿pero sabe que esa niña no le estuvo diciendo más que inventos?- Pregunto Severus mientras miraba como aquella niña caminaba por los pasillos.

- Por supuesto que lo sé Severus. Pero dime, ¿Acaso jamás sacaste a escondidas postres de la cocina?- respondió Dumbledore recordando la vez que un joven Severus le llevó a escondidas tartas y caramelos a cierta Gryffindor que estaba enferma.
-¡Por las barbas de Merlín! Ya casi es hora de la cena.....- comentó mientras observaba su reloj antiguo.

Un rato despues~

-Vamoooo' loco, no me expulsaron. Aguante la revolución, aguante el pity, aguante intoxicado locoo- dijo dando pequeños saltitos y piñas al aire.

Pero detuvo su andar al escuchar un fuerte llanto que venía del baño de niñas, cautelosamente se acercó hasta unos de los cubículos donde indentifico que venía el llanto.

-Eh piba, ¿tas bien?- pregunto la argentina cuidadosamente, no se quería perder ningún chisme en Hogwarts.

-T-T/n, si estoy bien......- hablo Hermione detrás de la puerta secándose las lágrimas y tratando de callar sus sollozos.

Una Argentina En Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora